Ciudad de México. Alicia de los Ríos, Alejandra Cartagena, Irma Pineda y Marakorea Navarro, hijas de personas desaparecidas y ejecutadas durante la contrainsurgencia, exhortaron a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la Secretaría de Gobernación a reconocer de manera integral los trabajos Mecanismo de Esclarecimiento Histórico de la Comisión para la Verdad de la guerra sucia (1965-1990) y que sea la Fiscalía General de la República, así como las fiscalías locales y tribunales quienes determinen la calidad de víctimas y de posibles responsables de las violaciones graves de derechos humanos.
Lo anterior, a partir de las listas integradas por el MEH, así como investigaciones testimoniales y documentales.
“Exhortamos a la presidenta Claudia Sheinbaum a que retome y dé continuidad a este proceso para concretar los derechos a la verdad, la justicia, la no repetición y la reparación integral para toda víctima de las violencias” que se ejercieron durante ese periodo y el presente.
En un escrito difundido este miércoles Alicia, Alejandra, Irma y Marakorea señalaron que han participado activamente en los trabajos de la comisión para la verdad –que concluyó su mandato el 30 de septiembre pasado- por lo que manifestaron que es un “desacierto rechazar la colección Fue el Estado, de los comisionados Abel Barrera, David Fernández Dávalos y Carlos Pérez Ricart, desconociendo con ello la mayoría de las comunidades violentadas por el Estado en el pasado reciente, debido a la imposición desde la Secretaría de Gobernación de una clasificación de víctimas ‘políticas’ y a una supuesta infracción del mandato”.
Insistieron en que la imposición de una categoría de víctima política “desconoce las luchas y movilizaciones por la transformación del país que también fueron violentamente reprimidas, como comunidades indígenas, campesinas, obreras, de la diversidad sexual y miles de comunidades sobre las que la violencia del Estado cayó para controlar y aniquilar cualquier atisbo de insurgencia y resistencia ante el poder autoritario”.
Desconocer esas luchas y violencias, enfatizaron, significa también borrar, una vez más desde el poder, la diversidad de las memorias.
Finalmente, Alejandra, Irma, Marakorea y Alicia manifestaron que este día honrar en recuerdo de sus madres y padres pensándoles como personas que lucharon organizadas con y para otras comunidades agraviadas. “Y honrar ese recuerdo supone no permitir que se borren o desconozcan a otras personas o comunidades violentadas”.