Ciudad de México. Metallica, la histórica banda de heavy Metal de San Francisco, se despide de México tras cuatro históricos espectáculos en el estadio GNP -antes foro Sol- siendo el único país, en dos años de gira, en el que los cuatro jinetes repitieron la dosis durante dos fines de semana seguidos. No hay duda de que el público mexicano es demasiado ambiente para un solo fin de semana; aunado a eso, la conexión tan especial de cada uno de los miembros de la banda con su público en el país es más que evidente.
Metallica preparó para sus seguidores un espectáculo fuera de serie. Un escenario de 360 grados y ocho pantallas cilíndricas que provocó una cercanía sin igual con su público, tanto visual como auditiva. Sin importar el lugar que ocuparan, el recinto retumbó con las canciones más históricas de la banda, poniendo la piel de gallina a cada uno de los asistentes, magnificado con las voces del público que coreaban al unísono canciones que eran anheladas por el público capitalino y nacional, como Harvester of sorrow, el viernes, Fade to black, Battery, ONE y para finalizar una serie de incomparables presentaciones, Enter Sandman, que se escuchó entre ovaciones, luces y pirotecnia volviendo locos a todos el estadio. La principal premisa de esta gira, M72 World Tour, fue que los gigantes del metal no repetirían canciones en ninguno de los dos shows.
Uno de los momentos más que especiales de la primera presentación, del segundo fin de semana, fue el aniversario de la muerte del siempre recordado Cliff Burton hace 38 años, en un 27 de septiembre. James Hetfield conmemoró junto a su público a Cliff, que gritó su nombre después de que el vocalista de la magnífica banda pidiera un estruendoso vitoreo para el bajista que participó en la grabación de los que se consideran los tres discos más icónicos de la banda: Kill’em all, (1983), Ride The Lightning (1984) y Master Of Pupets (1986).
El amor que la banda le tiene a su público en este país los llevó a tener la atención de dedicar un momento en cada uno de sus shows para interpretar cuatro covers de canciones memorables de intérpretes mexicanos como La Chona, de los tucanes de Tijuana; La Negra Tomasa, de Caifanes; La terminal del ADO, de El TRI, y para cerrar, Los Luchadores, de la Sonora Santanera.
La energía y la pasión emanaba del público tema tras tema. Cada canción, al comenzar y al terminar, provocó en el público una serie de emociones indescriptibles. Cada nota, cada rasgueo de las guitarras y el bajo, y cada batacazo en la batería, envolvió al público en una montaña rusa de sensaciones.
James Hetfield, Kirk Hammett, Lars Ulrich y Robert Trujillo aprovecharon cada instante que tuvieron para recordar a sus seguidores el agradecimiento y el amor que les tienen. “¡MÉXICO! Fue un placer compartir cuatro noches con ustedes. SÓLO CON USTEDES. Metallica los ama México, somos una increíble familia”, remarcó Hetfield al despedirse de su público.
Envuelto en lágrimas, nadando sobre un mar de emociones, algunos con sangre sobre sus rostros, resultado de los fuertes contactos que provocaron los intensos slams, devolvieron el agradecimiento con un estruendoso grito que hizo retumbar el estadio entero.
Siete años pasaron para que esta histórica banda regresara a compartir momentos inigualables con su público. Tras una muy larga espera luego de compartir tres noches con sus más apreciados seguidores en marzo del 2017, Metallica regresó al país que tanto ama para compartir cuatro noches de una gira inolvidable, en palabras de los asistentes, “gloriosa”, que terminó con una experiencia muy satisfactoria para su más fiel audiencia.