Ayer en Chetumal, Quintana Roo, Andrés Manuel López Obrador advirtió que con tal último acto masivo protocolario (falta ver lo que suceda este lunes, en el final-final) concluye prácticamente nuestra obra, nuestra tarea
. Hoy tendrá reunión mañanera, pero no más con preguntas y respuestas, sino con fiesta, con baile, según adelantó desde la semana anterior. Y al último minuto de este lunes el mando de la nación quedará en manos de Claudia Sheinbaum, con ceremonia solemne de traslado de poder el martes ante el Congreso de la Unión.
El cierre hecho en Chetumal contó con la presencia de la inminente presidenta, quien acompañó al saliente a lo largo de una inédita gira de los dos mandatarios, uno en funciones, otra electa, que confirmó el grado de continuidad del proyecto denominado Cuarta Transformación, al que la científica especializada en temas de energía proclama habrá de construir un segundo piso.
La inusual gira de una especie de presidencia bicéfala significó la confirmación del liderazgo y fuerza política del saliente, a quien la entrante prodigó reconocimiento y agradecimiento, retribuidos por el tabasqueño estelar. El diseño general del sexenio por iniciar está marcado en buena parte de las carteras del gabinete, en el control operativo de las cámaras legislativas, el peso de los gobernadores y la nueva directiva de Morena, por esa persistencia del obradorismo, por más que el titular se retire a una finca en Palenque, aunque no en lo inmediato, sino en unos días más, pues anunció que se aclimatará
un poco antes de dirigirse a su retiro chiapaneco.
A López Obrador le fueron recortados dos meses de ejercicio presidencial, no por una maniobra específica contra él, sino por una reforma constitucional aprobada por el Congreso federal y publicada en febrero de 2014, durante la administración de Enrique Peña Nieto. Se arguyó que con este cambio se daría más tiempo al presidente entrante para preparar los proyectos hacendarios que deberá enviar a dicho Congreso. Hasta antes de la reforma al artículo 83 de la Constitución, el presidente tomaba posesión de su cargo el 1º de diciembre, mismo mes en el cual diputados y senadores solían apresurarse para recibir, dictaminar, discutir y aprobar las propuestas del Ejecutivo entrante.
Pero, aun cuando López Obrador contó con dos meses menos de ejercicio presidencial, ejerció su función hasta el último minuto (que será hoy), con una intensidad absoluta, sin dejar espacio suficiente, político y mediático, a la entrante que hasta ahora ha permanecido en segundo plano. Situación distinta de la vivida por el propio AMLO, pues el martes siguiente a la elección presidencial de 2018 el ocupante de Los Pinos, Enrique Peña Nieto, pasó a una suerte de retiro anticipado, dejando todo el espacio político y mediático a su sucesor.
En este torbellino transformador
(así se define a AMLO en el título del programa especial de largas horas que se transmitirá hoy en Canal Astillero, a partir de las cinco de la tarde, https://goo.su/4LkEXV5) y, como caer de telón, se cocinó y se le entregó la reforma judicial, la relacionada con pueblos indígenas y afromexicanos, y la formalización de la adscripción de la Guardia Nacional a la Sedena.
Respecto a la reforma judicial persisten las objeciones de sectores empresariales nacionales y de Estados Unidos, así como el amago de acciones ante tribunales internacionales para revertirla. En el caso de la Guardia Nacional hubo un rechazo de los partidos opositores, PAN, PRI y MC, que se ausentaron de la sesión legislativa para no convalidar la militarización
que denuncian.
Todavía ayer se publicó un decreto presidencial que otorga pensiones vitalicias y otros beneficios a padres y madres de los niños fallecidos en el incendio de la guardería ABC en Hermosillo, Sonora, así como a infantes lesionados de forma permanente e incapacitante en aquel suceso cargado de protección del calderonismo hacia la élite responsable de la operación de la guardería, incluida una familiar de Margarita Zavala Gómez del Campo. ¡Hasta mañana!
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