San Salvador Atenco, Méx., Para muchos habitantes de la región de Atenco y sus alrededores, productos como el ahuautle, el alga spirulina, el tequesquite, la sal de tierra, la artemia, la pulga de agua o simplemente las mazorcas tiernas de maíz; eran ya casi inexistentes; pero con el resurgimiento de la lagunas y protección de las tierras en el Área Natural Protegida de Texcoco, donde se planeaba construir el nuevo aeropuerto; han vuelto a resurgir y ahora su producción, consumo y venta se promueve.

Estos productos, como otros; fueron ofrecidos por los campesinos en la segunda Feria del Maíz y la Milpa que se llevó a cabo en la explanada de Atenco, promovida por el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) y la organización Manos a la Cuenca.

En la feria hubo conferencias, exposiciones y actos musicales; todos con un solo objetivo, dar a conocer los productos del campo y demostrar que tras 23 años de lucha del FPDT, su resistencia continúa por hacer producir las tierras y conservarlas.

Máximo Nopaltitla Pineda, originario de San Cristóbal Nexquipayac, es considerado el último productor de sal de tierra, hijo de Sebastián Nopaltitla, de quien heredó esta tradición.

“Ya todos nuestros ancestros se fueron, somos los únicos que estamos trabajando la sal de tierra y conservar la producción de sal es un orgullo porque fue por la sabiduría que nos dio mi papá, enseñanza ancestral”.

Explicó que el proceso de producción de sal de tierra consiste en acudir a la laguna, donde se planeaba construir el nuevo aeropuerto, a recolectar la tierra y de ahí llevarla a su taller en Nexquipayac.

“Ahí la tierra recolectada la vamos haciendo y revolviendo con tierra limpia y un poco de ceniza y así la vamos produciendo, a través de unas pilas cónicas la vamos llenando de esa tierra, entonces con eso la vamos filtrando y a través de un tiempo empieza a escurrir las pilas y ese escurrimiento la llevamos a la paila donde tenemos un horno; la empezamos a hervir para que se vaya cristalizando y vaya saliendo lo que es la sal”.

Alejandro Pineda Contla originario de Santa Isabel Ixtapa es otro de los productores de ahuautle y alga spirulina y quién considera que sí hay futuro en la zona del ex lago de Texcoco para rescatar los alimentos milenarios y donde se están organizando para hacer cooperativas y producción a escala comercial.

Explicó que el proceso de recolección de alga spirulina comienza con el almacenaje de agua de lluvia en la laguna y cuando tiene la salinidad adecuada empieza a haber cantidades de spirulina y los recolectores la van a traer y la lavan.

“Somos de los pueblos originarios y obviamente estamos rescatando nuestros alimentos milenarios porque tienen más de mil años, este lago tiene más de 3.5 millones de años; entonces la alga spirulina esa es la edad que tiene y hoy está considerado uno de los alimentos más nutritivos en el planeta”.

Destacó que el ahuautle que es endémico de la zona, se da en tiempo de lluvias cuando comienza a crecer la larva que posteriormente se convierte en un mosquito adulto o chinchilla y empieza el apareamiento o luego del desove. “Con las lluvias y las lagunas otra vez vuelve la producción de ahuautle masiva; es considerado como uno de los caviares mexicano, una fuente de los que todavía vivimos del lago”.

“La importancia que tiene de haber rescatado este lago y de ser sustentable y sostenible es fundamental; ahora hay que aprovecharlo para el beneficio de las comunidades, es uno de los tesoros guardados que habían quedado en el olvido y ahora con el ANP estamos recuperando”.

Durante la feria, Armando Bartra Vergés ofreció la conferencia “Los Nuevos Herederos de Zapata en la actualidad: retos y desafíos en donde hizo una reseña histórica de los últimos 50 años de lucha, resistencia y lucha por la tierra de los campesinos del país.

Sostuvo que actualmente el reto que tenemos los que amamos el campo mexicano es recuperar a los jóvenes, “no perdimos la tierra, pero perdimos la esperanza, perdimos el futuro de recuperar a los jóvenes y es una tarea muy difícil; no a todos insisto”.

Afirmó que actualmente la defensa del territorio se está transformando de manera paulatina en el aprovechamiento, en el usufructo y lo que es vivir con dignidad en el territorio que uno defiende y tiene tres dimensiones en el tiempo. Una es la fuerza del pasado, el arraigo y los ancestros es decir una historia rica; otra es el arraigo en el presente que tiene que ver con el trabajo colectivo y la organización presente, y una última, un proyecto a futuro.

“Si no hay un proyecto a futuro la defensa del territorio es hueca y eso es muy complicado, mucha gente esta dispuesta a morir por defender el territorio, pero no tiene un proyecto, no tiene alguna esperanza de construir ese territorio”.

Si tenemos un proyecto donde estamos habitando, tenemos un presente de organización y solidaridad y tenemos un pasado. Pero si no tenemos alguna de las tres esta mas complicado.

Destaco que Atenco es un ejemplo de mantener la tierra, de preservarla pues se está recuperando tierra y agua y pozos que habían cerrado y se están desarrollando proyectos productivos; “y se ahora se trata de desarrollar con una mucho mayor profundidad si eso se logra Atenco seguirá siendo el ejemplo que fue y es y seguirá teniendo un futuro”.

“Atenco los primeros herederos de zapata cuando menos del siglo XX y siglo XXI es precisamente Atenco y todos aquellos que en todos estos años han dado y siguen dando la lucha en defensa de los territorios”. 

Adán Espinoza, dirigente del FPDT reafirmó que el movimiento atenquense se mantiene en pie de lucha por la defensa de sus tierras y ahora trabaja en replantar los montes, limpiar los ríos que confluyen al ex lago de Texcoco y construir humedales para que vuelva a florecer el lago.