Chalco. Méx. Este sábado, después de 72 horas de nubarrones y lluvia constante, el huracán John se fue y el sol se asomó, pero aquí en Chalco las aguas negras volvieron a brotar del drenaje, el líquido aumentó e inundó por tercera ocasión, en la última semana, algunas viviendas y calles de la zona cero de las colonias Jacalones y Culturas de México.

Pero, antes de que se sintieran los efectos y toda el agua que trajo consigo el ciclón tropical, los elementos de la Marina y del Ejército mexicano ya se habían retirado de Chalco. Desde el domingo pasado, desmontaron las carpas; se llevaron las plantas potabilizadoras de agua; dejaron de brindar servicio médico y el apoyo con las faenas de limpieza; también retiraron la cocina móvil que surtía de más de dos mil raciones alimentarias diarias, a los damnificados.

La gente que lo perdió todo y sigue batallando con las aguas negras, ha buscado la manera de enfrentar una de las necesidades prioritarias: alimentarse. Sin el apoyo de la Marina, ven otras alternativas, algunos consiguieron estufas usadas con sus familiares y otras más, de plano están reutilizando los braceros contaminados para poder preparar los alimentos del día.

Los electrodomésticos ofrecidos por los gobiernos municipal, estatal y federal, no se han entregado, precisamente porque el riesgo de la inundación continúa y así seguirá hasta que no concluyan las obras emergentes, tras el colapso del viejo colector Solidaridad.

A doña Isabel Sosa, vecina de la calle Mexicas, se le pregunta si en casa no han enfermado por reutilizar la estufa y el refrigerador que se contaminaron con la inundación la cual inició el pasado dos de agosto y cuya contingencia cumple 58 días este sábado.

“La estufa la sacamos y la lavamos afuera (en la calle) y el refrigerador también lo sacamos y lo lavamos y luego lo volvió a meter mi esposo”. Lo que sí tiró a la basura fueron sus trastes que estaban dentro de ambos aparatos.

Reconoce que el refrigerador por momento truena y emite sonidos raros, en cuanto ello ocurre, lo desconecta de la energía eléctrica por un rato. De la estufa, pensó que se había echado a perder, pero hasta hoy, empieza a carcomerse el fierro de la base.

La gente está enojada porque las autoridades los están dejando solos con la tragedia y son los familiares quienes les ofrecen aparatos usados para que puedan preparar y almacenar los alimentos. En la zona cero, cada quien encuentra la manera de resolver el problema y cocinar.

Pero la molestia se convierte en furia, llegó el fin de semana y las autoridades de los tres niveles de gobierno no han corregido los errores cometidos durante el levantamiento de los censos lo que ocasionó que no toda la gente recibiera el monedero electrónico de ocho mil pesos.

Muchos de los damnificados no recibieron el apoyo y denunciaron que hay gente que no se inundó o vive en otras colonias de Chalco, quienes sí fueron beneficiadas con el recurso otorgado por la Secretaría del Bienestar.

Ana Velia García, vecina de Culturas de México, asegura que las autoridades se echan la bolita y el gobierno municipal culpa a los empleados federales de no haber hecho bien su trabajo.

“Los del Bienestar no se metieron hacer su trabajo como lo tenían que hacer que es entrar casa por casa, sino se quedaron en la esquina porque no traían equipo para poder entrar y pues estuvieron censando a cuanta gente aparecía porque, aunque no querías te decían que el censo era para todos. El problema de que era para todos, es que ahora los que estamos damnificados somos los que no recibimos”.

Don Raúl, Doña Nati, Alicia, Ángela, el hijo de Don Román, son solo algunos de los vecinos de la calle Mexicas quienes no recibieron el apoyo. En sus casas aún están las marcas del agua, incluso, esta vialidad es una de las que este sábado se encontraban otra vez anegada.

Benito Torres Flores, no recibió la tarjeta del Bienestar. El tiene que vender ropa usada y chacharas en los tianguis para ganarse la vida y no pudo registrarse en el censo, pero a su nombre lo hizo su hija Patricia Torres, pero ni así fueron beneficiados.

En Chalco, muchos de los predios tienen una superficie superior a los 200 metros cuadrados y en su interior viven varias familias, asegura Ana Velia quien permite ingresar a su propiedad para que se constate su dicho.

“Por lo regular, vas a encontrar muchas casas grandes así (como la suya) porque son herencias que nos han dado, entonces se reparten entre los hermanos. Entonces, cada quien tiene su casa, aquí si ves, son cuatro casas diferentes, lo mismo que la de alado que son cuatro casas diferentes, aquí viven tres casas y así”, explica la damnificada.

La mujer muestra el folio de su censo y exige una respuesta. “Que nos resuelvan, que la gobernadora (Delfina Gómez Álvarez) se entere que, en realidad, así como dijeron que nos entregaron los apoyos, eso es mentira. Que venga a ver que la gente damnificada que en realidad no ha recibido ningún apoyo que dicen que tenemos”.

A un costado del mercado Culturas de México se celebró la Caravana Itinerante por la Justicia Social. Sin embargo, ningún funcionario de nivel acudió a la inauguración, ni siquiera el cuestionado alcalde morenista Miguel Gutiérrez.