Rio de Janeiro. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que el G20 no puede eludir sus responsabilidades ante las graves crisis generadas por el cambio climático y exigió al grupo una actuación eficaz en la lucha contra el hambre y en el cambio de gestión de las principales instituciones multilaterales.
Lula, como presidente rotativo del G20, se reunió este miércoles en Nueva York con los ministros de Asuntos Exteriores del bloque, aprovechando la Asamblea General de la ONU.
"Brasil está trabajando duro para lograr avances concretos en la agenda del G20. El G20 es responsable del 80 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Su liderazgo en la misión de contener el calentamiento a un grado y medio marcará la diferencia para todo el planeta", afirmó Lula.
Brasil ocupa la Presidencia del G20 todo este año hasta finales de noviembre y acogerá la cumbre del grupo los días 18 y 19 de noviembre en Río de Janeiro.
Durante su discurso, Lula enumeró las principales agendas sobre las que trabajar en su visión, en torno a los ejes de la inclusión social, el cambio climático y la gobernanza global. "En el centro de nuestras prioridades está la lucha contra la desigualdad en todas sus formas. Esta preocupación impregna los tres ejes que guían nuestra presidencia", subrayó.
En el ámbito de la inclusión social, la preocupación central es la lucha contra el hambre. "En julio, adoptamos las bases de la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza, que ya está abierta a la adhesión y se lanzará oficialmente en noviembre. La Alianza movilizará recursos técnicos y financieros para promover un conjunto de políticas públicas de eficacia probada contra estas lacras", explicó el presidente brasileño.
El cambio climático, según Lula, exige una rendición de cuentas efectiva no solo por parte de las naciones, sino también de otros sectores relacionados con la cuestión. "Brasil ha incorporado al debate sobre el clima a actores como los bancos centrales y los bancos públicos de desarrollo para garantizar una transición justa. Aprobamos el primer documento acordado multilateralmente sobre la bioeconomía", recordó Lula.
El tercer eje se refiere a una reforma del sistema de gobernanza global, capaz de reposicionar a la ONU en el centro de la toma de decisiones internacional. Según Lula, esta cuestión debe ser el centro de la reunión de Nueva York.
"La comunidad internacional está dando vueltas en círculos. No podemos responder a los desafíos globales porque hemos cambiado el multilateralismo por acciones unilaterales o acuerdos excluyentes. No trabajamos juntos porque las instituciones multilaterales están desacreditadas", comentó.
Según el presidente brasileño, para romper este círculo vicioso, necesitamos el valor de cambiar y el compromiso de superar las diferencias.