Los países de América Latina y el Caribe necesitan mejorar desesperada y urgentemente los resultados de la educación y todos los indicadores de calidad del aprendizaje, sostuvo José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal.
Durante su intervención en la conferencia “La educación no puede esperar: condiciones habilitantes e inversión en América Latina y el Caribe”, realizada en el marco de la Cumbre del Futuro y la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, comentó que la educación de calidad a lo largo del ciclo de la vida es la inversión más importante que los países tienen que hacer para tener un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible en todas las dimensiones.
“Invertir en educación es una inversión inteligente que no sólo tiene retornos individuales para las personas, sino sociales y colectivos para reducir pobreza y aumentar la innovación y el desarrollo productivo”, mencionó.
“Hoy más que nunca, ante las revoluciones tecnológicas y frente a los importantes desafíos medioambientales y demográficos que enfrenta América Latina y el Caribe, se requiere fortalecer la inversión en la educación y la formación para el trabajo”, mencionó.
Fortalecer esa inversión es una de las grandes transformaciones que requieren los países para salir de las trampas del desarrollo, planteó.
“Venimos diciendo que vemos a la región sumida en tres trampas del desarrollo: una de baja capacidad para crecer, una de alta desigualdad y baja movilidad social y baja presión social, y otra de bajas capacidades institucionales y gobernanza”, manifestó.
“Por lo menos para esas dos primeras trampas la educación es absolutamente esencial”, destacó.
Detalló que los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) invierten cinco veces por estudiante de lo que invierten en promedio los países de América Latina y el Caribe.
“La región requiere invertir más y mejor. Me refiero a la gran necesidad de elevar la calidad de los aprendizajes (…) la correlación entre crecimiento económico y escolaridad es baja o nula y la correlación entre los resultados del aprendizaje y el crecimiento del desarrollo productivo es altísima; por eso es importante no sólo cuánto se invierte sino cómo se invierten esos recursos en los sistemas educativos”, mencionó.
Expuso que los países también requieren ampliar su espacio fiscal para invertir de manera más sostenible en educación, aumentando la recaudación tributaria y fortaleciendo la forma de movilizar recursos y el financiamiento.
Incluso, Salazar-Xirinachs señaló que para enfrentar los desafíos medioambientales y demográficos que enfrentan la región se requiere fortalecer inversión en educación
“Es una inversión inteligente, que no solo tiene retornos individuales, sino también sociales y colectivos en términos de reducir la pobreza, y es también un elemento esencial para aumentar la productividad, la innovación, el desarrollo productivo y el crecimiento económico”, concluyó.