Madrid. La ESA (Agencia Espacial Europea) prevé lanzar en 2026 un satélite de 150 kilos con tecnología para la primera demostración mundial de un proceso de desintegración controlada en la atmósfera terrestre.
Con ese objetivo, la agencia ha firmado con la española Deimos Space el contrato para el desarrollo de la primera fase de la misión DRACO (Destructive Re-entry Assessment Container Object). Deimos liderará un consorcio que incluye al Instituto Von Karman de Bélgica, Fluid Gravity Engineering, Belstead Research, Vorticidad y Dial (todos en el Reino Unido) y Hyperschall Technologie Göttingen de Alemania.
La misión DRACO tiene como objetivo reducir las incertidumbres existentes en los procesos de desintegración y desaparición y, en última instancia, garantizar que los satélites se quemen completamente durante el reingreso. Una combustión completa en la atmósfera garantiza la seguridad de las personas y la integridad de la infraestructura y los activos en tierra y en el espacio aéreo, informa la ESA.
El objetivo principal de DRACO es registrar la secuencia de eventos durante el reingreso destructivo de un satélite, mientras una cápsula sobreviviente transmite datos detallados y sin precedentes a la Tierra.
Se espera que los conocimientos adquiridos en esta misión sean fundamentales para el avance de las tecnologías de fragmentación temprana y diseño para la desaparición (D4D), "que son fundamentales para el enfoque de Cero Residuos de la ESA y el futuro de las actividades espaciales sostenibles", según destaca la agencia.
Deimos, como integrador de sistemas y contratista principal de la misión, es responsable del diseño y la gestión de la misión, la ingeniería de sistemas, el desarrollo e integración de la plataforma y los segmentos de tierra y de usuario. El satélite, también diseñado por Deimos, se ensamblará en las instalaciones de Deimos en Puertollano, con la colaboración de los equipos de Deimos en Portugal, Italia y Rumanía.