María Luisa Evelia Álvarez recuerda muy bien la fecha del derrumbe: 9 de junio de 2019, porque ese día tuvo que dejar su casa en Cerrada Tláloc, colonia El Paraíso, Iztapalapa, y desde entonces vive en cuartos que renta cerca con un apoyo económico que recibe mientras concluyen las obras de mitigación en la ladera del Peñón del Marqués y la alcaldía le notifica que puede volver.

Eran como las 9:30 de la noche y de repente se oyó como cuando vacían un bote de grava, pero muy fuerte. Se vino un puñado de rocas y gracias a Dios no nos pasó nada, ni siquiera al perro.

Las enormes piedras cayeron a un costado y sólo las ramas de un pirul que se desprendió golpeó su vivienda, habitada entonces por tres familias: su hijo con su esposa y dos adolescentes, una nieta con un niño de tres años y ella con su marido. Mi casa está feíta, pero bien maciza.

Según el Atlas de riesgos de Iztapalapa 2019, un total de 586 mil 658 habitantes de 206 colonias se encuentran en situación de riesgo por la inestabilidad de laderas; con una intensidad de peligro alta, 69 mil 873 personas en 55 colonias en la Sierra de Santa Catarina, el Peñón del Marqués y el Cerro de la Estrella.

En el Peñón del Marqués o Peñón Viejo las zonas de mayor peligro se localizan en la estructura principal, sobre los depósitos de lava y escoria, de composición basáltica. Los más importantes son los cortes artificiales y los terraplenes donde se asientan las viviendas irregulares.

En un recorrido se observó detrás de viviendas de la calle Circuito La Joya una parte de la ladera en la que se realizaron trabajos de mitigación con malla y cemento que protege a un par de viviendas, junto a varias más expuestas, como la de María Sotera de los Santos, quien comentó que esa obra se hizo hace siete años, en la época de Dione Anguiano, pero les falló el presupuesto y ya no siguieron, aunque reconoce que tampoco han solicitado al gobierno continuar los trabajos.

Su hija Isidora cuenta que con el sismo de 2017 se vino abajo una roca de 1.20 metros de diámetro, del peñasco que se eleva en el escarpe como una torre contigua a la vivienda, pero cayó junto con un árbol y se formó una fractura que se observa en horizontal en el muro de piedra de tezontle. Panaderos de oficio, cuatro de esas casas son de una misma familia, 16 personas, de las que cinco son menores.

Al otro lado del Peñón, cerca de la calzada Ignacio Zaragoza, vecinos de la calle Xipe recuerdan el último derrumbe, en noviembre de 2016, de 50 toneladas de roca, y aunque no ocasionó daños a las viviendas al otro lado, salvo algunas puertas golpeadas por los escombros, mantuvo la vialidad bloqueada por medio año.

Por eso se construyó un muro que impresiona por su altura de casi 20 metros, y aunque al final quedó expuesta una saliente frente a tres casas y se ven fracturas, aseguraron a las familias que el peñasco es sólido.

Al ser zona federal en barrancas, autoridades de la demarcación no actúan

Elba Mónica Bravo

Vecinos de la colonia Lomas de la Era viven en riesgo de que las lluvias desmoronen la barranca por la que corre el río Magdalena o Lídice, que divide Álvaro Obregón de La Magdalena Contreras,lo que podría afectar sus viviendas, sin que hasta el momento hayan sido atendidos por las autoridades con la construcción de un muro y el retiro de tres árboles caídos por el deslizamiento de la tierra.

La tarde del pasado lunes la lluvia aflojó parte de la barranca hasta que se desgajó en una propiedad de la calle Oyametla, en la que hay un taller mecánico familiar.

Los moradores fueron auxiliados más de 24 horas después por personal de Protección Civil de la alcaldía Álvaro Obregón, con la colocación de dos hules de plástico de 6 por 10 metros, que resultaron insuficientes, por lo que compraron otros para cubrir una mayor área de la barranca.

Sin embargo, los tres árboles –dos tepozanes y uno de pera– siguen atravesados en el cauce, mientras los hules evitan el reblandecimiento y que haya daños materiales o incluso fallecidos.

A la petición vecinal para colocar un muro de contención, personal de Protección Civil de la alcaldía señaló que al tratarse de una zona federal corresponde a la Comisión Nacional del Agua y al Gobierno de la Ciudad de México atender el caso.

Los habitantes dijeron sentir temor de que en los siguientes días llueva tanto que el río crezca y al no retirar los tres árboles se forme una represa que podría colapsar el muro de concreto colocado hace varios años del lado de La Magdalena Contreras, además de que hay costales con tierra que prácticamente están deshechos.

El hule ayuda, pero no es la solución, dijeron los residentes, que exigieron una solución al reprochar que la alcaldía Contreras sí construyó el muro.

Las descargas de drenaje de las viviendas llegan al cauce, que permanece con basura, arbustos, animales muertos y ropa, entre otros desperdicios.

Isabel, quien vive ahí desde hace 40 años, aseguró que en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari los pobladores recibieron sus escrituras, algunas casas son de tres y cuatro niveles, con techos de concreto, aunque otras mantienen láminas de fierro y asbesto.

Entonces el agua del río era transparente”, acudía a los lavaderos públicos en San Bernabé, y se hallaba un campo lleno de magueyes, pero ahora ha llovido como nunca y sí da miedo.

Según la alcaldía Álvaro Obregón, hay siete cauces de río y 500 casas se ubican en zona de riesgo.