Cada 26 de septiembre se conmemora el Día Mundial de Prevención del Embarazo en Adolescentes. En esta ocasión México obtuvo avances importantes.
La tasa de fecundidad de adolescentes estaba estancada desde la década de los 90, y apenas se logró romper la tendencia: la tasa nacional descendió 30 por ciento en los últimos siete años, al llegar a 50 nacimientos por cada mil adolescentes; bajó en todas las entidades, aunque Guerrero y Chiapas todavía presentan tasas muy altas, de 82 y 79 por cada mil (Inegi, Enadid, 2023); se proyecta que en las próximas décadas seguirá descendiendo, al dar continuidad a la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo de Adolescentes (Enapea), que ha mostrado su eficacia.
La estrategia se coordina desde la Secretaría General del Conapo y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), que ha destinado 398 millones de pesos a la Enapea), con trabajo en los tres órdenes de gobierno, de agencias de cooperación internacional, de la academia y de organizaciones de la sociedad civil organizada; articula a más de 30 instituciones federales, seis instituciones académicas y nueve organizaciones civiles; las acciones se concretan en terreno a través del trabajo interinstitucional de 32 grupos estatales para la prevención de embarazos de adolescentes (Gepea).
Múltiples acciones fueron instrumentadas. Se logró el reconocimiento del embarazo en la adolescencia como fenómeno de interés público y multifactorial. Por primera vez, la educación sexual y la perspectiva de género se reconocieron como derechos constitucionales.
Desde mayo de 2019 la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice, a la letra, en su artículo tercero: “Los planes y programas de estudio tendrán perspectiva de género y una orientación integral, por lo que se incluirá […] la educación sexual y reproductiva”. Conforme al marco jurídico vigente, la Nueva Escuela Mexicana propone un nuevo paradigma educativo que busca una transformación cultural hacia el buen trato y la paz social.
Se fortalecieron contenidos en el Plan de Estudio para la educación prescolar, primaria y secundaria, así como en los libros de texto gratuitos, con conceptos claves que incluyen valores y derechos sexuales y reproductivos, perspectiva de género y prevención de la violencia de género, salud y bienestar, el cuerpo humano, salud sexual y reproductiva.
Al término de la pandemia la Secretaría de Educación Pública arrancó el curso en línea sobre educación integral en sexualidad (EIS) para comunidades educativas, ya pasaron 10 generaciones que cubrieron a 19 mil 479 participantes, de los cuales 87 por ciento son personal docente y 17.7 por ciento, personas servidoras públicas.
Las campañas en televisión, radio y promoción comunitaria se enfocan en fortalecer la corresponsabilidad masculina y la autonomía de las niñas y adolescentes en entornos urbanos e indígenas, con los lemas: “¡Yo decido mi futuro!”, “¡Yo decido mi plan de vida y el de mi comunidad!”, y “¡Yo exijo respeto!”
Los servicios del sector salud han crecido. Se cuenta con una red de 3 mil 313 Servicios Amigables para Adolescentes en operación (un incremento de 27 por ciento en seis años), además de 31 Servicios Amigables Itinerantes Edusex que circulan en áreas geográficas estratégicas por su condición de aislamiento y altas tasas de fecundidad; hay una red integrada por 16 mil 144 promotores juveniles voluntarios que promueven los derechos sexuales y reproductivos y los servicios.
Por primera vez se instalaron 125 Servicios de Aborto Seguro Estatales en unidades médicas que atienden todas las causales para interrumpir el embarazo. Están además los Centros de Atención a la Salud del Adolescente (CASA), ubicados en 3 mil 622 unidades médicas y 81 hospitales, que han atendido a 418 mil 377 adolescentes en prevención de embarazos.
El IMSS ordinario cuenta con mil 535 Unidades de Medicina Familiar, 253 consultorios de planificación familiar y 7 mil 799 consultorios de medicina familiar que han favorecido la accesibilidad a los servicios en salud sexual y reproductiva a adolescentes y adultos. La puesta en marcha de IMSS-Bienestar es otra oportunidad para ampliar estos servicios.
Otro avance de estos años fue el descenso en 10 por ciento de la tasa de fecundidad forzada de las niñas madres, las menores de 15 años. En estos años se diseñó la Ruta NAME que ofrece servicios integrales a las niñas madres. Atrás de este flagelo están los matrimonios arreglados y la violencia sexual, que suele ocurrir dentro de las familias, pautas milenarias que prevalecen principalmente en comunidades aisladas y con pobreza extrema.
Las altas tasas de fecundidad de adolescentes son reflejo de que las mexicanas se unen a edades muy tempranas, 18.4 por ciento inician una vida conyugal antes de los 18 años, con grandes diferencias regionales: en Guerrero y Chiapas 30 por ciento se unen siendo menores de edad, en la Ciudad de México, Aguascalientes y Jalisco, siendo menores lo hacen 7.3, 12.1 y 13.7 por ciento, respectivamente.
Los descensos en las tasas de fecundidad de niñas y adolescentes se han acompañado de una reducción del abandono escolar, muy probablemente relacionado en el volumen de las becas estudiantiles con que hoy cuentan las y los alumnos. No hay duda de que la clave del avance ha sido el trabajo interinstitucional, tanto federal como en las entidades y localidades.
*Secretaria general del Conapo
X: GabrielaRodr108