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Economía moral

20 de septiembre de 2024 07:47

György Márkus (GM) dice, en la continuación del Apéndice 1 de Language and Production (véase entrega del 13/9/24), referida al método de Marx en los MEF ( Manuscritos de economía y filosofía de 1844) que es muy evidente que este programa y método de crítica filosófica no es otra cosa que el intento de transformación materialista y radicalización de la Fenomenología de Hegel. En ella las formas de la conciencia son remplazadas por tipos de individualidades tal como están determinadas por su lugar en el proceso de vida social material. El punto de partida de Hegel (‘certidumbre-sensorial’) se remplaza por la relación práctico-material del sujeto con el producto de su trabajo, y en lugar del acto del reconocimiento del mundo como externalización de la conciencia se sitúa ahora el programa práctico de la apropiación del mundo de las objetivaciones sociales por sus creadores por la transformación revolucionaria de la sociedad. Este método –al que GM llama fenomenología materialista (FM) y que reduce las relaciones de la vida social a la relación de un individuo históricamente representativo con su propia actividad– está atado al postulado de una relación no alienada entre individuo y sociedad, al entendimiento del comunismo como la reconciliación total entre existencia y esencia humanas, condiciones bajo las cuales cada individuo podrá apropiarse y realizar todas las Necesidades y Capacidades creadas y objetivadas. Comunismo designa la etapa del desarrollo histórico en la cual se alcanza la identidad práctica entre sociedad y persona. La FM significa la aplicación de estándares no alienados a un estado social alienado. GM concluye que la FM está atada a una concepción vaga y utópica del comunismo y que por ello en los MEF hay una tensión entre una orientación filosófica realista (que mantiene la idea de la finitud humana) y una orientación práctica utopista que aparece como la abolición completa de todas las fuentes posibles de conflictos sociales y como la satisfacción de todas las necesidades (N), invocando el fin de la historia. La presencia de esta tensión se aprecia mejor en la teoría de Marx del proletariado como sujeto y portador de la teoría crítica (TC). Según ésta, el proletariado está absolutamente alienado; no constituye del todo una clase de, ni en, la sociedad burguesa; no tiene intereses por realizar en ella. De modo que su actividad radical colectiva está necesariamente dirigida a trascender las condiciones generales de la alienación. Si no es una clase particular, es la clase universal. Pero, dice GM, el estado de absoluta alienación lo caracteriza Marx como una situación de completa deshumanización, de privaciones materiales e intelectuales tales, que resulta imposible contestar la pregunta:¿qué lo motiva, qué clase de impulsos prácticos pueden surgir de esta condición de existencia animal ( brute-like) para realizar la teoría socialista? No parece, concluye GM, que haya una estrategia sociopolítica capaz de cerrar esta brecha.

Es muy probable que estas tensiones hayan determinado el cambio hacia la 2ª forma de la TC que transforma la crítica filosófica de la economía política (1ª forma), como ideología básica de la sociedad burguesa, en una economía crítica filosóficamente orientada (2ª forma). El primer paso en esta dirección lo dio Marx en los escritos de 1846-1847. En la Ideología alemana (IA), Marx remplaza su anterior idea de una TC como criticismo filosófico de las ideologías con un programa de fusión de la filosofía con las ciencias histórico-sociales, en las cuales las categorías orientadoras y ordenadoras de la filosofía tienen que probar su validez no sólo al hacer comprensible el material empírico de la historia, sino en primer lugar, al relacionarlo con, y centrándose alrededor de, la posibilidad práctica de la emancipación humana. La TC adopta ahora la forma de una investigación radical de los problemas sociales que tienen una importancia vital para la lucha revolucionaria de la clase obrera y su estrategia, basada en una teoría general de la historia filosóficamente anclada. A la par de este cambio, Marx transforma agudamente el método de la TC abandonando la FM, pero mantiene el postulado desfetichizante para analizar/entender la historia humana total en términos de actividades y prácticas humanas, pero ahora subraya que las relaciones sociales históricamente producidas y objetivadas de los individuos son elementos constitutivos tan elementales, irreducibles y sustantivos de la vida social, como los propios individuos. Es a partir de la IA que la noción de totalidad social, entendida como un sistema de relaciones sociales dinámicamente cambiantes, adquiere un papel central en la TC. Es aquí donde también se introduce el concepto teórico de formaciones sociales que permiten analizar las relativamente estables discontinuidades de la historia. Las caracterización de la TC como fusión de filosofía e investigación social empírica se esclarece más si tomamos en cuenta los cambios simultáneos en la actitud de Marx hacia la teoría económica. En los escritos de este periodo, Marx abandona definitivamente la idea que cualquier intento de crear una teoría comprehensiva y libre de contradicciones de la economía burguesa, que es por si misma apologética y teóricamente irrealizable. Marx ahora acepta los rasgos generales de la teoría de David Ricardo justo porque la considera el sistema científico de la economía política, y en su marco también acepta la teoría del valor-trabajo. Pero todavía no le parece necesario elaborar un sistema económico propio, independiente y crítico que pudiera contraponerse a los sistemas burgueses de economía política. En los escritos del periodo básicamente se basa en la teoría ricardiana. Es, sin embargo, en este periodo que nace la idea de una economía crítica del proletariado, pero limitada a aspectos conectados de manera decisiva con la lucha de clases. Por eso intenta crear una teoría independiente y crítica de los salarios. Puesto que más tarde la revocó, raramente se destaca que la 1ª contribución de Marx a la teoría económica haya sido su teoría de los salarios, escrita en 1847. Para expresarlo de manera cruda, dice GM; Marx en ese entonces aceptó la visión Malthusiana de la sobrepoblación y, como su corolario, la ley de los salarios siempre decrecientes, sólo que argumenta que esta ley es una necesidad histórica y no natural, determinada en última instancia por el carácter social del desarrollo técnico bajo el capitalismo. La manera en la que el capitalismo aplica maquinaria y transforma, por tanto, la situación económica y laboral del productor inmediato, es lo que crea una constante sobrepoblación (ejército industrial de reserva) que ejerce una presión irresistible a la baja de los salarios. Esta tesis provee un contenido concreto, económico-empírico a la concepción de la alienación absoluta del proletariado: los trabajadores son, en principio, excluidos de participar en el crecimiento de la riqueza social producida por el desarrollo capitalista.

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