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Zedillo, el demócrata. El ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León en la inauguración de la conferencia anual de la Asociación Internacional de Abogados, en el Centro Banamex, el 15 de septiembre. Foto María Luisa Severiano
18 de septiembre de 2024 08:07
Se necesita cara muy dura, memoria muy corta y un elevadísimo grado de cinismo para salir a hablar de atrocidades, felonías, tiranías, antipatrias, fragilidades, devastaciones y un grueso inventario adicional de sandeces, cuando él, junto con otros cinco ex inquilinos de Los Pinos del régimen neoliberal, cometieron, abundante y permanentemente, todo tipo de tropelías y atracos en contra de México y los mexicanos.

Se trata de Ernesto Zedillo, el mismo del bienestar para la familia (oligárquica), el que nunca tuvo “ cash” para atender y resolver las necesidades sociales de los mexicanos, pero sí, y en abundancia, para proteger los intereses del gran capital e incrementar sus caudales, siempre a costillas de los bienes y recursos de la nación, quien ahora se llena la boca con la palabra democracia, cuando durante su estancia en Los Pinos no hizo más que agredirla.

Invitado por la Asociación Internacional de Abogados para participar en su conferencia anual, Zedillo soltó un rosario de estupideces: la reforma constitucional al Poder Judicial de la Federación, es una atrocidad que enterrará la democracia mexicana y lo que quede de su frágil estado de derecho; ello, transformará a México en una tiranía; la sobrerrepresentación en el Congreso es obscena; la elección de jueces dependerá de Morena e incluso del crimen organizado; rompió su silencio, según dijo, por una razón muy triste: la aprobación de una reforma que destruirá al Poder Judicial; en cambio, el golpe que él mismo dio al Poder Judicial, permitió que la Suprema Corte de Justicia de la Nación dejara de servir al Ejecutivo y después una reforma electoral que convirtió a México en una verdadera democracia. Y como esas, muchísimas más, porque por ocurrencias no paró.

Hay que tener cachaza, porque el ahora muy preocupado ex inquilino de Los Pinos ni por aproximación hizo referencia a las barbaridades por él cometidas en contra de México y los mexicanos: los saqueó para fortalecer al gran capital; destrozó sus derechos constitucionales y los transformó en negocios privados; privatizó buena parte de los bienes de la nación (los que no alcanzó Carlos Salinas de Gortari); reprimió brutalmente a campesinos, indígenas (Acteal, El Bosque, Aguas Blancas), movimientos sociales, intentó privatizar la educación pública, ahorcó a la UNAM, privatizó el ahorro y las pensiones de los mexicanos (Afore), destrozó los salarios e incrementó 50 por ciento la tasa del impuesto al valor agregado.

Siguió con los ferrocarriles nacionales, aeropuertos, puertos, energía eléctrica, gas natural, satélites, pesca, minas, entregó la factura petrolera para garantizar el apoyo financiero que Bill Clinton le otorgó y, en fin, ilegalmente rescató a los banqueros y la voluminosa deuda resultante alegremente la traspasó a los mexicanos, quienes acumulan casi tres décadas pagándola y aún deben alrededor de un billón de pesos. Además, concesionó (privatizó) servicios públicos como sistemas de agua potable, limpia, tratamiento de aguas residuales y otros.

La siguiente información nos aproxima a lo que Ernesto Zedillo le costó al país, sólo en términos económicos: entre 1995 y 2003, los rescates de banca, carreteras, ingenios azucareros, proyectos financiados con Pidiregas y aerolíneas, entre otros, habían costado al erario público 555 mil 332.3 millones de pesos (algo así como 70 mil millones de dólares al tipo de cambio de la época) sólo por el pago de intereses, equivalentes en ese momento al monto de las reservas internacionales del Banco de México (Carmen Silvia Zepeda Bustos, en un análisis publicado por la UAM-Azcapotzalco, marzo-abril de 2012).

En su sexto y último Informe de gobierno, Ernesto Zedillo aseguró que seré un ex presidente que deberá trabajar para apoyar el sustento de mi familia, pero lo que no se animó a revelar es que ya había amarrado jugosas posiciones en las trasnacionales y corporativos nacionales a los que ampliamente benefició a lo largo de su mandato, amén de que amarró su pensión vitalicia en el Banco de México.

He ahí solo una estampa de quien hora, descaradamente, habla de atrocidades, felonías, tiranías, antipatrias, fragilidades y devastaciones.

Las rebanadas del pastel

Para Neto, con cariño: nuestros adversarios traen a Zedillo a decir que México ya es una dictadura, y es de risa, hacen el ridículo (AMLO dixit); el rescate bancario estuvo lleno de corrupción, una deuda que seguimos pagando; él representa al viejo régimen de corrupción y privilegios y como tal opina (Claudia Sheinbaum).

X, antes Twitter: @cafevega

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