Filadelfia. En la última jugada del partido, Kirk Cousins iluminó la noche de Atlanta. El mariscal de campo conectó un pase con el receptor abierto Drake London, justo cuando las Águilas de Filadelfia miraban de reojo el reloj, y consiguió la anotación de la victoria a 34 segundos del final para que los Halcones se impusieran 22-21 en el cierre de la segunda semana de la NFL.
Todo ocurrió después de que Saquon Barkley, ofensivo de Filadelfia, dejó caer un pase corto que detuvo el cronómetro a 1:46 minutos del final y obligó a su equipo a conformarse con un gol de campo en lugar de un primer down. Esto le dejó suficiente tiempo a Cousins, especialmente ante una defensa que jugó con cobertura suave.
El veterano de 36 años, quien disputó apenas su segundo encuentro desde que se desgarró el tendón de Aquiles el 29 de octubre pasado con Minnesota, se sobrepuso a una irregular actuación de Darnell Mooney y le lanzó el balón para 21 y 26 yardas en jugadas consecutivas.
Sólo entonces, Cousins encontró a London con un pase corto a la derecha para empatar el juego y Younghoe Koo le dio el triunfo a Atlanta (1-1) con un punto extra de 48 yardas, después de que el receptor abierto fue penalizado por conducta poco deportiva.
Jessie Bates III interceptó el pase final de Jalen Hurts, que sentenció el triunfo de Atlanta y desencadenó una celebración enloquecida a un costado del campo.
Las Águilas (1-1) se fueron arriba con la conocida jugada “tush-push” de Hurts a 6:47 minutos del final. Barkley terminó con 95 yardas y 22 acarreos en su debut en casa con Filadelfia, pero su balón al suelo le dio esperanzas a los Halcones.
Y fue ahí que Cousins comenzó a jugar como el quarterback al que Atlanta le dio un contrato de cuatro años y 180 millones de dólares.