Tulum, Q. Roo., Fitch Ratings aseguró este jueves que no tiene considerado en este momento reducir la calificación de la deuda soberana de México ni moverla del nivel actual, grado de inversión –un instrumento sin riesgo para inversionistas–, afirmó Gerardo Carrillo, director regional para América Latina de finanzas públicas internacionales de Fitch, al hablar sobre el panorama del país a unos días del cambio de gobierno y una vez que fue aprobada la reforma al Poder Judicial.
Antes de que concluya el año, la agencia calificadora se planteará una revisión en la perspectiva de la calificación, que actualmente es estable
, dijo el directivo, sin anticipar el sentido del cambio.
Antes de un cambio directo en la calificación, lo que se podría dar es un cambio, positivo o negativo en la perspectiva, pero con la perspectiva estable actual no estamos viendo una potencial baja de la calificación crediticia de México
, mencionó al participar en la 18 Convención Nacional de la Asociación de Sociedades Financieras de Objeto Múltiple de México (Asofom).
Añadió que “es probable que las reformas (del denominado plan C) afecten significativamente el perfil institucional de México, pero es demasiado pronto para evaluar la magnitud del impacto.
La reforma que más preocupa y que más ruido hace es la del Poder Judicial, nosotros claramente observamos que esto tendrá un impacto negativo sobre el perfil institucional del país, pero es demasiado pronto para conocer el impacto.
Y según la calificadora, el riesgo potencial
del conjunto de reformas que fueron presentadas por el Ejecutivo en febrero pasado es socavar el clima de inversión y negocios, al afectar el ya de por sí débil estado de derecho
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Hereda Sheinbaum economía estable
Carrillo precisó que la nueva administración, que será encabezada por Claudia Sheinbaum, heredará una economía estable. Asumimos que se mantendrá una política monetaria y fiscal prudente para contener desequilibrios macroeconómicos y se continuará respetando la autonomía del Banco de México
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No obstante, refirió, pese a la solidez de las instituciones macroeconómicas, el débil crecimiento ha sido un desafío y una limitante a la calificación soberana. El crecimiento promedio entre 2000 y 2023 ha sido de 1.7 por ciento, mientras en los países comparables es de 3.6 por ciento.