de pena ajena, aunque a todas luces el mandatario se quedó muy corto, pues en ese mismo paquete debió incluir al mundillo de la derecha autóctona que a lo largo del sexenio no dio una, hizo ridículo tras ridículo y sufrió derrota tras derrota, sólo para exhibirse aún más de lo que ya estaba.
Si esa derecha derrotada y por ella misma ridiculizada pretende mantenerse en la arena política por medio de sus personeros, lo primero que debe hacer, dado su rotundo fracaso, es una profunda limpia en la pandilla de escoria que armó, disfrazó y pagó en su fallido intento por dinamitar el avance de la Cuarta Transformación.
Así, debe comenzar por su operador
Claudio X. González Guajardo –el júnior de la gruesa chequera– y seguir con los esperpénticos dirigentes
partidistas (a Marko Cortés bien podría regresarlo al kínder y a Alito a la correccional), también dan pena ajena estrategas, propagandistas, analistas, intelectuales a modo, legisladores, sicarios mediáticos, bots y trolls en redes sociales, abogados, cabilderos, ministros, magistrados, jueces y demás empleados del Poder Judicial, estudiantes
júniors con papás en San Lázaro y, de hecho, a todo el personal en su nómina, porque salieron muy buenos para cobrar, pero pésimos a la hora de dar resultados.
Para esa rancia derecha (aglutinada y escondida en el Consejo Mexicano de Negocios) lo anterior es más que desastroso, y no sólo por la pérdida de prácticamente todas las posiciones y privilegios que mantuvo durante décadas, sino por contravenir uno de los apotegmas que a capa y espada defiende: que todos sus empleados deben ser altamente productivos y ofrecer resultados positivos, pero con la pandilla de escoria que armó, disfrazó y financió obtuvo exactamente lo contrario, es decir, fracaso tras fracaso, derrota tras derrota, gruesa pérdida económica y una exhibida monumental. Una limpia profunda, pues, aunque queda claro que las cabezas ocultas, las que dan las órdenes y marcan las estrategias
también deberían dedicarse a otra cosa, porque al final de cuentas ellas son las responsables de lo sucedido.
Para mayor rabia, con el hígado a punto de estallarle y en medio de un ataque de pánico, esa derecha recién se enteró que la reforma constitucional al Poder Judicial, aprobada por mayoría calificada, transitó triunfalmente la ruta de los congresos estatales. Hasta la tarde de ayer, 19 de ellos ya habían dado su visto bueno (como mínimo se requieren 17) y a lo largo de la noche la contabilidad creció y creció. Entonces, por muchas vueltas que den, por mucho dinero que inyecten, por mucho que presionen a los ministros
en nómina y por mucho berrinche que arme, la citada reforma no solo es legal, sino un hecho histórico.
Muy a su pesar, esa misma derecha rancia recibió otro anuncio por cortesía del presidente López Obrador: sería bueno pensar que se publique (se promulgue) el 15 de septiembre, porque es una reforma importantísima, es reafirmar que en México hay una auténtica democracia, que el pueblo elige a sus representantes, a los servidores públicos de los tres poderes; que esa es la democracia, no las élites, no la llamada clase política, no la oligarquía. Todos, cada ciudadano, de acuerdo con la Constitución, tiene derecho a votar y a ser votado, y esa es la democracia representativa y al mismo tiempo democracia participativa
.
Y sobre esa pandilla de escoria, el mandatario dijo que “hasta les tengo que agradecer; se han portado muy bien nuestros opositores. Me voy a quedar con las ganas de entregarles un reconocimiento: primer lugar, medalla de oro, a Claudio X González por su contribución a que continúe la transformación en nuestro país; además, ‘dirigentes’ de partidos, periodistas, conductores de radio y televisión famosos, esos también ayudaron muchísimo. Imagínense, desde que se pusieron de acuerdo para nombrar a los candidatos del bloque conservador nos hicieron un gran favor, porque no supieron escoger bien”.
Algo más: “son un fiasco hasta en lo intelectual. Cuando la gente se entrega por entero a la mentira, pierde imaginación, talento y decoro. Se metieron a ser los legitimadores del régimen de corrupción, y ellos fueron (Krauze, Aguilar Camín y conexos), desde la época de Salinas, los más famosos… Ahora están desquiciados”.
Las rebanadas del pastel
Resulta que las monedas lanzadas por la histérica Lilly Téllez a un legislador que traicionó
al PAN fueron las mismas que a ella le arrojaron cuando traicionó a Morena. Ni en eso gastó.
Twitter: @cafevega