Ciudad de México. “¡Wos, Wos, Wos!”, era el grito de batalla con el que los fanáticos del rapero argentino, de nombre real Valentín Oliva, empezaban a calentar el concierto con en el que, ante 8 mil seguidores reunidos en el Pepsi Center, cerró la gira de promoción de su último disco, Descartable.
Desde antes de las 21 horas los seguidores del cantante surgido de la mítica competencia de rap freestyle El Quinto Escalón colmaron las inmediaciones del recinto ubicado en la colonia Nápoles de la capital mexicana. Una mezcla generacional en la que dominaban los jóvenes de menos de 25 años era la seña distintiva del evento, dónde los asistentes tenían prestos sus teléfonos moviles para poder grabar de inicio a fin el recital.
Diez minutos después de las 21 horas, los acordes se Nuevas coordenadas, de su más reciente álbum, dieron inicio al concierto, entre los gritos de emoción del respetable, que acompañó con sus coros la canción.
A pesar de su origen en el rap, el argentino prendió al público con Descartable y 7/8, canciones con el toque rock tirando al heavy metal, donde sus músicos de soporte destacaron notablemente, con énfasis en la emoción y destreza de la guitarrista y la bajista que subieron al escenario.
La energía no decayó y a pesar de los ritmos más lentos de Morfeo y Okupa, el público no dejó de corear y acompañar las canciones que Wos desplegaba. Con Que se haga tarde persistió el ánimo rockero y las revoluciones volvieron a bajar un poco para dar paso a la primera pausa que sirvió para medir el ánimo del público, donde el argentino agradeció a los asistentes y soltando la clásica preguna “¿Ya se cansaron?"”, retomó el ritmo inagotable con Niño gordo flaco, que preparó el clima para el primer momento de éxtasis de la noche.
“Hace falta que con menos se pueda vivir en paz”
En una selección de melodías cuidadosamente planeada, el primer momento catártico de la noche llegó con Canguro, que con sus letras combativas no dejó caer el ánimo del público, totalmente entregado a la canción, entre brincos, gritos y acompañamiento de la letra de inicio a fin. Oliva dejó que con Estímulo el público tomase aire para la siguiente descarga emocional.
Fue con Arrancármelo que Wos llegó a la comunión con su público, que prácticamente sobrepasó al músico al cantar a capela la canción entera, que además sirvió como himno hace dos años para las celebraciones de la Copa del Mundo de futbol conquistada por Argentina.
Himno para la amistad
Tras la primera parte del concierto, Wos tomó el micrófono para volver a agradecer al público y pedir que Contando ovejas y Terraza la siguiente fueran canciones dedicadas a la amistad, a lo que los asistentes asintieron entre vítores al cantante y acompañando de principio a fin la melodía.
Wos no decepcionó y demostró sus dotes en el beatbox, con el acompañamiento de su batería donde entre ambos improvisaron una batalla de sonidos y ritmos que no hizo sino encender más las emociones del respetable, que volvió a llegar al éxtasis cuando en el escenario apareció Aczino, nombre artístico del mexicano Mauricio Hernández González, con el que improvisó una batalla de los gallos, es decir, un enfrentamiento de rimas entre ambos raperos, en honor a los legendarios enfrentamientos musicales entre los dos raperos en el evento de La Batalla de los Gallos, con saldo de una victoria para cada uno.
Luz delito no dejó bajar el ánimo de los asistentes, que volvieron a demostrar su entrega al músico acompañando los coros y brincando de principio a fin de la canción, y aunque no tuvieron un respiro como tal, dejaron que los acordes de Culpa, Caída libre y Andrómeda sirvieran de ligera pausa para descansar de la vorágine musical presentada ante ellos
Ermitaño volvió a levantar el ánimo con sus ritmos que oscilaban del rock al freestyle, para dar paso a Cabezas cromadas, que siguió la misma línea rockera y dar paso así a Alma dinamita volvió a llevar al público por ritmos más calmados, pero que fue entonada por los asistentes sin parar.
La niebla, de su más reciente material discográfico, puso más emoción al concierto, ya que de los altavoces del recinto, la voz de Natalia Lafourcade, con la que colaboró en dicho tema, hizo vibrar a los asistentes, que parecían haber convertido el lugar en una sucursal más del concierto que el rapero dió hace algunos años en el estadio del club Racing de Avellaneda, que siguieron saltando, cantando y gritando con Púrpura, en la que el músico pidió al respetable entonar para deshacerse se las malas energías que hubieran llevado al concierto.
Ya con el público extasiado, Wos convirtió al Pepsi Center en una gigantesca pista de baile cerrar con Cambiando la piel, canción que grabó con su compatriota Nicki Nicole y luego, dar paso a el encore con Melancolía y sus ritmos de cumbia villera, cortesía de su colaboración con el legendario Gustavo Santaolalla y cerrar con broche de oro con La cochería con la que el público llegó al éxtasis final y se brindó ante el músico argentino.
De esta forma, el joven Valentín Oliva, hoy conocido como Wos, dejó tras de sí una estela de música y energía que sus seguidores en definitiva nunca van a olvidar.