Hace apenas un mes (o dos) asistimos a un concierto donde el repertorio, en voz de Iraida Noriega, se armó exclusivamente con composiciones de Derbez. Dos suspiros después, nos enterábamos que andaba de aquí para allá presentando su nueva novela, Lo que mira Damián, que en Radio Educación continuaba con tres programas semanales: Datos para una historia aún no escrita (jazz), Lunes tormentoso (blues) y Por sus obras les conoceréis (entrevistas), que la editorial veracruzana Mar Adentro le acababa de publicar el libro La libertad es el tema (sobre anarquismo y literatura). Y que, bueno, en las rutas de la música seguía tocando jazz y blues con Manuel Viterbo y Daniel Reséndiz, y con los grupos PPN (Puro Pájaro Nalgón), Los Gallos Justicieros y Popol Blues.
Fue entonces que el maestro nos invitó a la presentación de la cuarta edición del libro El jazz en México y a que le echáramos un ojito a su nuevo programa en TV UNAM ¿Jazzabías… o hasta ahorita?
Mucho es lo que hay que platicar con Alain. Y empezamos por el nuevo libro.
–Entiendo que ésta es una nueva edición, la cuarta versión, corregida y aumentada, de Datos para una historia aún no escrita, aquel libro que sacaste hace 30 o 40 años en la editorial Ponciano Arriaga, de San Luis Potosí.
–Sí. Tiene algunas desincorporaciones, le saqué varias cosas. Me dijeron que le tenía que quitar 200 páginas, por eso se tardó tanto en salir, porque, una vez entregado me lo devolvieron para que lo volviera a expurgar, para que le quitara mucho material que no podía entrar por cuestiones de tamaño. Hubiera tenido que salir en dos tomos.
–Quitaste cosas y agregaste otras.
–Sí. En el primer capítulo incorporo una revisión de todos los libros, o de buena parte de los libros de jazz que han salido… Después de que salió Datos para una historia, de algún modo catalizo la presencia de un montón de libros y de tesis académicas. Entonces menciono varios libros que hay en Michoacán, Guadalajara, Monterrey, tus mismos libros. En fin. Cuando salió mi libro, era como un garbanzo en olla, y ahora ya hay una buena cantidad alrededor del jazz en México. Ya se llena el estante del librero.
“Primero fue Datos para una historia aún no escrita y el subtítulo era El jazz en México. Después, cuando salió en el Fondo de Cultura Económica, fue El jazz en México. Datos para una historia, y luego El jazz en México. Datos para esta historia; esta nueva se llama El jazz en México. Yo tengo otros datos”.
–Cuatro ediciones corregidas y aumentadas de un mismo libro. Y en esta nueva de 800 páginas cabrían muchísimos nombres, pero yo sigo pensando que hace falta la inclusión de más jazzistas del interior del país. ¿Qué opinas?
–Mmmm… no lo creo. Me hubiera encantado que hubiera un índice onomástico, pero yo estoy haciendo ese índice a requerimiento, y cuando lo termine lo mandaré electrónicamente a la gente que me lo pida. Haciendo el índice, menciono un montón de gente de otras ciudades. Obviamente, hay muchísimos que me faltarán, pero, bueno, si hay una buena mención.
–Así a botepronto, ¿qué jazzistas del interior de la República, actuales o del pasado, estarían en…?
–Bueno, muchos del interior que se vinieron para acá, pienso en…”
–No, no, no. Que hagan su carrera musical en ciudades del interior. Calatayud es de Córdoba, pero hizo su carrera en Ciudad de México.
–Ah, pues de entrada, Ramiro González, Édgar Dorantes, Javier Cabrera, Lucio Sánchez, Ik Balam; de Xalapa te puedo mencionar un montón de gente. Óscar Terán estaba en Xalapa y ahora vive en Yucatán. Está Patricia Reyes, que ahora está en Guadalajara… está el saxofonista potosino Mauricio Gómez Aranda, está Juan Alzate…
Jorge Mabarak, de Veracruz. En las casi 800 páginas hallarás más nombres de gente que no ha hecho su carrera en la Ciudad de México.
–¿Consideras entonces que está suficientemente revisado el jazz en el interior de la República?
–Yo creo que sí. Obviamente, siempre faltarán muchas personas. Tú en tus libros tienes a un montón de gente que muchas veces yo no tengo ni idea de quiénes son. Pero tú has viajado mucho para conocerlos.
(continuará)