Buenos Aires. La inflación en Argentina –la tercera economía latinoamericana– repuntó levemente en agosto a 4.2 por ciento frente a 4.0 por ciento el mes anterior. En la medición anual, la inflación fue de 236.7 por ciento, uno de los niveles más altos del mundo.

El Instituto Nacional de Estadísticas (Indec) dio a conocer el informe y agregó que el acumulado en los primeros ocho meses del año alcanzó 94.8 por ciento.

El dato fue mayor al esperado por los analistas y por el gobierno, que esperaba poder quebrar la línea de 4 por ciento mensual por primera vez en el año.

El alza estuvo liderada por el rubro vivienda, agua, electricidad y gas, que registró un incremento de 7.0 por ciento por el impacto de las subidas en los precios de los alquileres y de las tarifas de servicios públicos. Le siguieron educación (6.6 por ciento), transporte (5.1 por ciento) y Comunicación (4.9 por ciento).

En medio de la escalada inflacionaria, Argentina registra un desplome del consumo, que fue reflejado por los indicadores de cámaras empresariales y arrojó una caída en agosto de 10.5 por ciento anual, pese a rebajas agresivas de precios y promociones de compra a crédito.

La tercera economía en América Latina (detrás de Brasil y México) se contrajo 5.1 por ciento en el primer trimestre de 2024 respecto a igual periodo del año anterior, y ya había caído 1.9 por ciento en el cuarto trimestre de 2023.

“No hay un peso, la gente no compra nada que no le sea indispensable”, explicó a la AFP Mariana Noriega, vendedora en una tradicional pefumería del centro de Buenos Aires, un rubro donde las ventas cayeron en agosto 29.3 por ciento anual, seguido por farmacia, que descendieron 17.4 por ciento.

De acuerdo con el informe del Indec el rubro alimentos y bebidas no alcohólicas registró un incremento de precios en agosto de 3.6 por ciento, sensiblemente menor al registrado el mes anterior (6.1 por ciento).

Pesaron descuentos agresivos de precios en algunos productos para contrarrestar la caída de las ventas, dijeron fuentes del sector.

“El cliente pasó de llenar el changuito (carrito) en el supermercado, a bastarle una bolsita para ir al comercio de proximidad donde compra el día a día”, comentó a la AFP Fernando Savore, vicepresidente de la Federación de Almaceneros de Buenos Aires. “Estamos en una situación de pozo profundo, a partir del día 15 empieza 'el fin de mes'”.

En ese contexto, las promociones están a la orden del día. “Algunos precios están rebajados hasta 50 por ciento para que el cliente compre”, sostuvo Savore.

“La caída de ventas se siente, mientras las tarifas eléctricas no paran de subir. En mi comercio (un almacén de Villa Sarmiento) de 94 mil pesos en julio (unos 96 dólares) pasé a pagar 240 mil en agosto (245 dólares). Con pocas ventas es más difícil”, indicó el comerciante. (Con información de Reuters y AP)