Ciudad de México. Es tan importante el tiempo como el dinero, y luego las necesidades como educación, salud, vivienda, agua y drenaje, sostuvo Julio Boltvinik, autor del libro De la pobreza al florecimiento humano. Crítica de la economía política de la pobreza.

“Hay que medir la pobreza, pero para medirla hay que entenderla, eso es lo que demuestra este libro. Debes tener un concepto claro de qué es la pobreza, a qué le llamo pobreza económica, pero incluye conceptos como el amor, el afecto, la autoestima y la autorrealización”, comentó en entrevista el también columnista de La Jornada, luego de presentar su libro, editado por Siglo XXI Editores, en las instalaciones de El Colegio de México.

Con 80 años cumplidos, Boltvinik es economista por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y columnista de esta casa editorial desde hace 30 años. Tuvo diversos cargos en el gobierno federal, fue diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y ha sido consultor de organismos internacionales en temas de pobreza.

El especialista expone que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) fue su idea, que se originó cuando fue legislador y se creó la Ley General de Desarrollo Social. Sin embargo, lamentó que las mediciones de pobreza de Coneval no incluyan al tiempo y otras necesidades humanas afectivas.

“¿Qué es pobreza? Tener insatisfechas las necesidades humanas. Si yo trabajo ocho horas y me paso otras cuatro en el transporte, nunca veo a mis hijos, nunca le hago el amor a mi esposa, y para mi eso es pobreza económica, porque tengo que trabajar esas jornadas y trasladarme lejos porque no me alcanzan los recursos”, planteó el especialista.

“Las encuestas no incluyen estos aspectos, ¿cómo se incluyen? Con el tiempo. Si la gente tiene tiempo disponible puede cuidar e interactuar con sus hijos, puede vivir plenamente la vida”, agregó.

Diversas instituciones a nivel internacional se han enfocado a la medición de la pobreza y la desigualdad, pero en sus metodologías han tenido que minimizar o soslayar cuestiones distintas al enfoque económico, se menciona en su libro; y sin una adecuada medición, será difícil reducir la pobreza.

Según Coneval, entre 2018 y 2022, el porcentaje de población mexicana en situación de pobreza multidimensional bajó de 41.9 a 36.3 por ciento. Es decir, en 2022, 36 de cada 100 personas presentaban al menos una privación en sus derechos sociales y tenían un ingreso mensual insuficiente para adquirir la canasta alimentaria y los bienes y servicios necesarios.

“La pobreza bajó pero muy poco y a ese ritmo de disminución tardaríamos 70 años en erradicarla. El gobierno no debe improvisar, ¡van a desaparecer el Coneval!, en lugar de hacer que corrijan su trabajo”, expresó el analista.

A nivel mundial, el único método que incluye al factor tiempo en la medición de pobreza es el utilizado por el Consejo de Evaluación del Desarrollo Social de la Ciudad de México (EVALÚA) que desarrolló Boltvinik, junto con su esposa Araceli Damián, próxima secretaria de Inclusión y Bienestar de la Ciudad de México, entidad donde se utiliza actualmente esta herramienta.