Madrid. Edmundo González Urrutia, el líder opositor venezolano de 75 años que concurrió a las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, se convirtió desde ayer en exiliado político y residirá los próximos años en España, después del compromiso de concederle el asilo por parte del gobierno del socialista Pedro Sánchez, quien se refirió a él hace sólo un día como “héroe” y gracias a la intervención “crucial” del ex mandatario José Luis Rodríguez Zapatero. González, que había permanecido oculto desde los elecciones, viajó en un avión del Ejército español que lo recogió la víspera y que hizo hasta dos escalas, una en Santo Domingo, República Dominicana, y otra más en las Islas Azores antes de aterrizar en el aeropuerto militar de Torrejon de Ardoz en Madrid. Sus primeras palabras desde Madrid, González denunció haber sufrido “coacciones y amenazas” para “no permitir” su salida del país.
El dirigente político tiene una orden de búsqueda y captura por parte de la justicia venezolana por su presunta responsabilidad en varios delitos, entre ellos el de usurpación de funciones, forjamiento de documentos públicos, instigación a la desobediencia de las leyes, delitos informáticos, conspiración y asociación para delinquir, e, incluso, le señalan como “responsable” de la muerte de más de veinte personas durante las protestas callejeras de las jornadas postelectorales de los pasados 29 y 30 de julio, cuando todavía no se conocían los resultados oficiales de los comicios.
El líder venezolano se había refugiado en las últimas semanas en la sede de la embajada de los Países Bajos en Venezuela y desde el pasado jueves en la representación diplomática española, precisamente cuando ya se le había prometido el asilo político por parte del gobierno español y que ya está en trámite. González viajó a Madrid acompañado de su esposa, Mercedes López, y por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Globales de España, Diego Martínez Belío.
Edmundo González se suma así a una larga lista de líderes venezolanos que se encuentran en España y que maniobran desde aquí para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro, entre ellos el ex líder Leopoldo López y su esposa, Lilian Tintori; el ex alcalde Caracas, Antonio Ledesma; el ex presidente del parlamento venezolano, Julio Borges; el ex general Miguel Rodríguez Torres, que fue acusado de conspiración contra el gobierno de Maduro cuando era ministro del Interior y de Justicia y por lo que estuvo encarcelado en el 2018; y el activista Loren Saleh, que había sido acusado de planear “actos terroristas contra el Estado”, entre otros.
El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, confirmó que la petición de asilo había sido por “solicitud suya” y que la hizo llegar a la diplomacia española cuando se encontraba refugiado en en la Embajada de los Países Bajos en Venezuela, que abandonó de forma furtiva el pasado jueves para trasladarse a la sede de la delegación diplomática de España en Caracas. Una vez ahí sólo esperó para viajar en el avión militar español, una aeronave del modelo F900 Dassault Falcon. A su llegada a España, González difundió un mensaje de audio de 40 segundos que dio a conocer su equipo de campaña y en el que afirma que su “salida de Caracas estuvo rodeada de episodios de presiones, coacciones y amenazas de no permitir mi salida”, al tiempo que añadió que “confío en que próximamente continuaremos la lucha por lograr la libertad y la recuperación de la democracia en Venezuela”.
El canciller español informó además que para la concesión del asilo no hubo ningún tipo de negociación política con el gobierno de Maduro. Lo que contradice lo afirmado por el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, quien afirmó que “los gobiernos de España y Venezuela acordaron el otorgamiento de salvoconducto al ciudadano Edmundo González Urrutia para que abandonara el territorio nacional y se acogiera al asilo concedido por España”.
Josep Borrell, el máximo responsable de la política exterior de la Unión Europea (UE), señaló por su parte que “ante la represión, persecución política y amenazas directas contra su seguridad y libertad”, Edmundo González “ha tenido que pedir asilo político y acogerse a la protección que le ha ofrecido España”. Esta maniobra diplomática también enfrentó de al gobierno y al principal partido de la oposición, el derechista PP, que es además el principal aliado de la oposición venezolana en España. El vocero de asuntos internacionales, Esteban González Pons, afirmó que “Sánchez y los oficios corruptos de ZP deberían ser parcos en autoalabanzas. Sacar a González Urrutia sin reconocerlo presidente legítimo no es hacerle un favor a la democracia, sino quitarle un problema a la dictadura. Lo mismo haría Cuba si se le pide”.