Nueva York. La cifra de personas que padecen hambre catastrófica se disparó en el 2024 a causa, en gran medida, de los conflictos en Gaza y Sudán, reveló este jueves un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La más reciente publicación del Reporte Global de Crisis Alimentaria estima que casi dos millones de personas se enfrentan ahora al nivel más crítico de inseguridad alimentaria, un incremento de más del doble con respecto al período anterior.
El texto confirma una extrema falta de alimentos y agotamiento de la capacidad de afrontamiento, a la par que advierte un riesgo marcadamente mayor de desnutrición aguda y muerte.
Al presentar el informe a la prensa reunida en la sede de la ONU en Nueva York, los representantes de tres de las agencias a cargo consideraron alarmantes los datos registrados en la franja de Gaza y Sudán, donde los conflictos en curso impactan dramáticamente en la alimentación de los civiles.
“La situación nutricional en Gaza es una de las más graves que hemos visto jamás”, aseguró Víctor Aguayo, director de Nutrición Infantil del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.
El impacto de la guerra y las severas restricciones a la respuesta humanitaria han llevado a un colapso total de los sistemas de alimentación, salud y protección, con consecuencias catastróficas, detalló.
Por su parte, el economista jefe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Máximo Torero, estimó en más de 25 millones los sudaneses que enfrentan inseguridad alimentaria con niveles de crisis o peor tras más de un año de conflicto.
Esa cifra representa un 26 por ciento más en el período de junio a septiembre en comparación con junio del año pasado, afirmó.
Según estas estimaciones, la carga mundial de crisis alimentarias aumentó de 90 millones de personas en 2023 a unos 99 millones en los meses transcurridos de 2024.
No obstante, el reporte mostró algunas señales optimistas para reducir el hambre en países como Kenya, la República Democrática del Congo, Guatemala, el Líbano y Afganistán, sobre todo por los mejores resultados de las cosechas.
Los expertos consideraron indispensable una mejor financiación y proporcionar asistencia de manera sostenida para revertir el panorama.