Chihuahua, Chih., La familia de migrantes venezolanos, integrada por Josué Castro y su hijo de siete años de edad, permanece alojada en el albergue municipal KiKi Romero, en Ciudad Juárez, después de que el tren de carga en el que viajaban hacia la frontera descarriló el miércoles, en el accidente falleció el hijo menor de la familia, de cuatro años de edad, mientras la madre, una mujer identificada como Ruth Sarahí Gallardo Torreal, de 28 años, presentó amputación en el pie derecho y trauma raquimedular, por lo que permanece hospitalizada.
La madrugada del miércoles, al menos 12 vagones de un tren de carga descarrilaron a la altura del kilómetro 302 de la carretera Ahumada-Ciudad Juárez, cuatro migrantes que viajaban a bordo resultaron lesionados, además, un niño de cuatro años de edad, de nacionalidad venezolana, falleció.
Las autoridades auxiliaron a un adolescente originario de Nicaragua, así como a un núcleo familiar de cuatro integrantes provenientes de Venezuela, dos de ellos menores de edad, de siete y cuatro años, el niño más pequeño se reportó desaparecido después del descarrilamiento, hasta la localización de su cuerpo sin vida la mañana del miércoles, mientras que la madre fue trasladada a un hospital para su atención médica, debido a que presentó heridas graves, en tanto el padre y el niño de siete años fueron atendidos en el lugar por lesiones menores.
El adolescente de Nicaragua, identificado como Jefferson Polanco Rocha de 17 años, presentó fractura transfacial, contusión en región ocular derecha, traumatismo craneoencefálico moderado, por lo que fue hospitalizado en la clínica 66 del Instituto Mexicano del Seguro Social.
El Instituto Nacional de Migración (INM) informó que inició contacto con las autoridades consulares de sus países, para gestionar la ayuda a las víctimas y atender el traslado de sus familiares a México.
El padre de familia, Josué Castro, culpó de la muerte de su hijo a las autoridades migratorias de México y de Estados Unidos, “si nos dejaran libremente transitar en un autobús, sin que nos maltrataran, esto no pasaría, en nuestro camino también un compañero migrantes, de nacionalidad china, quedó bajo del tren, lo partió a la mitad”.
“A los migrantes que cogen el tren, busquen otra manera, viajen en buses, en combis, un taxi o alguna otra cosa, y si los devuelven intenten una y otra vez hasta que se dé el momento, pero no intenten esa locura que yo cometí”.
“A mi otro hijo (de siete años) lo alcancé a salvar, está bien, mi esposa está grave, pero sé que con la ayuda de Dios vamos a salir adelante para cumplir la meta, que no le dimos a nuestro hijo pequeño”.