Ciudad de México. El avance de la reforma al Poder Judicial en México, luego de que la Cámara de Diputados la aprobara en lo general y en lo particular, le pasa factura al peso mexicano.
La divisa mexicana presenta una depreciación de 0.67 por ciento, para operar en alrededor de 19.9194 pesos por dólar, cerca de las 11 de la mañana tiempo de la Ciudad de México. La moneda mexicana abrió la jornada sobre niveles de 19.79 unidades por dólar, relativamente tranquila, una vez que durante la madrugada los diputados aprobaron la reforma judicial en lo general y se esperaba la aprobación en lo particular.
No obstante, la caída del peso mexicano volvió a intensificarse una vez que la Cámara baja continuó con la discusión y ya se aprobó en lo particular, tras la revisión de reservas, por lo que se llevará al Senado de la República para su discusión.
La polémica reforma ha provocado que Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, insista, en un mensaje a legisladores, incluyendo a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, de que la aprobación de la reforma judicial puede traer "muchísimo daño" entre México y Estados Unidos. Preocupación que se extiende a los agentes económicos estadunidenses.
Así, el riesgo nacional, junto con el fantasma de la recesión económica en Estados Unidos, principal socio comercial de México, que vuelve al escenario financiero, se unen y siguen presionando al peso mexicano, y se acerca nuevamente al nivel sicológico de 20 pesos por dólar. La volatilidad del tipo de cambio es elevada, pues en segundos se modifica.
En el mercado cambiario, la mayoría de las divisas gana terreno frente al dólar, que se debilita 0.48 por ciento, de acuerdo con el índice ponderado DXY, que mide su comportamiento frente a una canasta de seis monedas internacionales, a 101.269 puntos.
El ambiente empieza a deteriorarse en los mercados con renovados aires de pesimismo sobre la reactivación del crecimiento en China. Los temores económicos emergen de nuevo como catalizador de las ventas. Cobraron mayor intensidad a raíz de la publicación del ISM manufacturero de Estados Unidos. El dato peor de lo esperado afianzó la contracción del sector industrial, por quinto mes consecutivo, y reactivó el miedo a una desaceleración económica más pronunciada de lo previsto.
El mayor pesimismo económico y la posibilidad de bajas de tasas más agresivas de la Fed desinflan al entorno de 3.80 por ciento la rentabilidad exigida al bono estadunidense a 10 años.
El temor a que las bajas de tasas de interés de la Reserva Federal (Fed) puedan llegar demasiado tarde como para evitar el debilitamiento de la economía estadunidense desató un notable correctivo.