Pekín. China fue por más de siete décadas el país más poblado del mundo. El año pasado no sólo cedió este lugar a India, sino que desde 2022 su población se ha ido reduciendo, y las expectativas de garantizar el remplazo de una fuerza de trabajo que está envejeciendo se enfrentan con la resistencia de jóvenes, sobre todo residentes de ciudades, que no están interesados en formar una familia o tener hijos. Una de las causas es que consideran más costosa la vida de lo que fue para sus padres y abuelos; a esto se suma que la paternidad también es vista como una responsabilidad emocional.
Es una mezcla de cambio de prioridades
e incertidumbre sobre el costo de la vida, de acuerdo con un sondeo realizado entre jóvenes estudiantes que residen en Pekín. En este grupo, que si bien es ínfimo en una población de mil 410 millones 710 mil personas, la economía es percibida como una restricción para tener hijos, pero también hay resistencias contra lo que se considera una familia tradicional china
. En cambio, la búsqueda de la estabilidad emocional
y desarrollo personal y profesional
tienen prelación.
Dos millones menos en 2023
Mi definición de familia tradicional china es un esposo responsable de ganar dinero, una esposa que se ocupa de las tareas del hogar, un hijo y una hija. Basándome en esta definición, diría que no quiero una familia tradicional. No quiero depender económicamente de otros y sería justo que la pareja pudiera compartir responsabilidades en todos los aspectos
, explica Silvia, una universitaria de apenas 20 años. Para ella, como para otras jóvenes, cualquier perspectiva de formar una familia y/o tener hijos pasa por una disyuntiva entre el desarrollo profesional y un dejo de pesimismo sobre su futuro económico.
Al menos desde 1950 y hasta el primer trimestre de 2023, China era el país más poblado del planeta. Ese lugar lo ocupa ahora India, que de acuerdo con estimaciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en abril del año pasado alcanzó mil 425 millones 775 mil habitantes, con lo que superó por más de 15 millones a la población china. Esta brecha no se debe a que el número de habitantes en la primera nación crezca más que en la segunda.
En el último par de años la población de China se ha ido reduciendo. En 2022 lo hizo en 850 mil personas, y en 2023, en poco más de 2 millones, debido a que nacieron 9.02 millones de personas y fallecieron 11.1 millones, de acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Estadística china. La tasa de nacimientos cayó 4.7 por ciento el año pasado, mientras las muertes aumentaron 6.6 por ciento.
De acuerdo con una nota del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, se estima que en 2050 la población de China sea de mil 313 millones de personas, 30 por ciento de ellas mayores de 65 años. Sin embargo, desde una década antes, en 2040, la población de adultos mayores superará la de jóvenes de menos de 25 años. Esto implica nuevas presiones que ya se discuten en el país, como el costo de las pensiones y una fuerza de trabajo que se está reduciendo.
En 2023, la fuerza laboral como proporción de la población total fue de 55.2 por ciento; atrás quedaron los niveles de 2005 y 2006, cuando los ocupados rebasaban 59 por ciento, de acuerdo con datos del Banco Mundial.
La ONU estima que el tamaño de la población china seguirá disminuyendo y podría caer por debajo de mil millones antes de finales de siglo. Actualmente hay subsidios para impulsar la crianza de hijos. En la década de 1970, la elevada tasa de natalidad en el país, que entonces era de ingresos bajos, llevó a impulsar las campañas Más tarde, más tiempo, menos
, y la de hijo único
, vigente entre 1980 y 2015.
Estas políticas, junto con las inversiones en capital humano, los cambios en los roles de las mujeres y otros factores, contribuyeron a la caída de la tasa de fertilidad de China en la década de 1970 y a las disminuciones más graduales que siguieron en las décadas de 1980 y 1990
, explica la nota de la ONU.
La sociedad, de alguna manera, nos empuja a pensar en la familia como una meta esencial y definitiva en la vida, pero personalmente no creo que esté lista para dar ese paso. En este momento prefiero disfrutar de mi vida, explorar nuevas experiencias y seguir desarrollándome tanto personal como profesionalmente
, comenta Inés, de 24 años.
Independencia económica
¿Qué está pasando en la sociedad china? Lo mismo que en muchos países en desarrollo, como México: el acceso de las mujeres a mayores grados de escolaridad y con ello a independencia económica, así como un cambio de patrones culturales. La familia tradicional no es divertida
, zanja J
, una joven de 21 años. No estoy segura de poder ofrecerle lo mejor a la próxima generación, y antes que nada deseo una vida más agradable
.
Apenas puedo tolerar la existencia de otra persona en mi vida privada, y mucho menos un compromiso de ese tipo
, comenta Zori, de 24 años.Necesito poder cuidar de mí misma, tanto económica como emocionalmente, para poder criar a un niño. No quiero esa responsabilidad, que lamentablemente todavía se considera parte de las obligaciones de la madre en la mayoría de las situaciones
, añade.
Además de la ruptura con la feminización de las tareas de cuidado, Zori destaca que el costo de vida se percibe más alto que en las generaciones de sus padres y abuelos. “Aunque nos pagan más, las cosas son más caras. Para ser franca, creo que nuestra generación también tiene más necesidades de cosas que nuestros padres y abuelos no consideran imprescindibles . Podríamos gastar mucho en ‘cosas sin sentido’ (como entretenimiento), pero en realidad son partes importantes que mejoran nuestro nivel de vida”, sostiene.
No hay país cuyo PIB per cápita haya crecido tanto como China. De acuerdo con el Banco Mundial, entre 1960 y 2023 este indicador aumentó 5 mil 10.5 por ciento. En México el avance fue de apenas 146 por ciento en el mismo periodo. Sin embargo, prevalece la percepción de que la estabilidad económica no está garantizada como para costear una familia con hijos.
El tema de tener hijos está ligado a muchas consideraciones, y una de ellas, sin duda, es la económica. A menudo pienso en cómo mi generación enfrenta desafíos financieros que quizás no eran tan agudos para mis padres o abuelos. El costo de la vivienda, el alto nivel de vida y la inestabilidad económica son factores que influyen en mi decisión de no apresurarme a formar una familia o tener hijos
, comenta Inés.
Sin embargo, más allá de todos los factores externos que se puedan enumerar, la estudiante resuelve: Siento que todavía estoy en proceso de aprender más sobre mí misma, sobre el mundo que me rodea y sobre lo que realmente quiero en la vida. Tener hijos implica una gran responsabilidad, y en este momento no estoy segura de estar lista para asumirla. Es importante para mí que, cuando tome decisiones tan trascendentales, lo haga con seguridad y claridad interna, no sólo por cumplir con expectativas sociales o familiares
.