A gritos, desde la tribuna donde hizo tabla rasa de la oposición y se dirigió a las compañeras y compañeros
, la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, rompió el protocolo del último Informe del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Lo hizo, además, sin estar en el orden del día de la sesión de Congreso de la Unión, y en un tono que derivó lo que se venía venir: los gritos de ¡fuera, fuera, fuera!
de un irritado panismo.
En contraste con lo austero de su intervención el año pasado, la aspirante a dirigir Morena dio primero un mensaje político –que el PAN reclamó como partidista y MC de propaganda– y después entregó el sexto Informe, que la presidenta de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez (Morena), levantó en brazos.
Mientras batía el puño en alto, la funcionaria sostuvo que el texto representa la lucha de muchos años, no sólo de un hombre, sino de millones de mujeres y hombres que desde hace muchos años decidieron acompañarlo
y no se dieron por vencidos.
Mientras los opositores abuchearon a la funcionaria, los morenistas vitorearon al Presidente. Foto Luis Castillo
Balde de agua fría para los del blanquiazul
Durante la sesión –a la que del Senado nada más faltaron Omar García Harfuch y Manlio Fabio Beltrones–, el panismo se había mantenido en silencio, el cual rompió con abucheos para la funcionaria, quien subió aún más la voz.
En un breve balance del informe, ponderó el estado económico del país, el peso pesa más como moneda en el mundo
, y dijo que por los resultados no es ninguna casualidad que hace unos meses más de 35 millones de mexicanos decidieron que continuara el segundo piso de la transformación
y que fuera una mujer la primera presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo
.
La declaración que encendió al PAN fue en la que Alcalde sostuvo que quizás uno de los legados más importantes que nos habrá de dejar el Presidente de México para el futuro, es que, si en algún momento más adelante regresan por sus privilegios los que se creían dueños de México, las nuevas generaciones tendrán la receta, el camino ya probado, que es que sólo el pueblo puede salvar al pueblo y que sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación
.
Desde las mermadas filas panistas arreció el abucheo y los gritos de ¡fuera, fuera, fuera!
, que Morena y sus aliados devolvieron con ¡es un honor estar con Obrador!
En las curules aledañas, los que fueron sus aliados electorales, los priístas, sólo hicieron mutis.
Si el blanquiazul se definió como una oposición en resistencia, el PRI anticipó una postura de buen comportamiento, explicado en el discurso de Marcela Guerra ante el informe: Nos definimos como un partido de posición política, no como uno de oposición política irreductible
.
La funcionaria ignoró entonces a la oposición y se dirigió a Morena y sus aliados: “Compañeras y compañeros: les informo que el Presidente ha decidido no hacer uso de su facultad para presentar una iniciativa preferente. Este recinto cuenta con las iniciativas de reforma constitucional presentadas por él el pasado 5 de febrero. Les toca todos ustedes, verdaderos defensores del pueblo, tomar la última palabra
.
Todavía al final, mientras los priístas abandonaban el salón en rechazo a la reforma al Poder Judicial, el PAN exigió incluir en el acta de la sesión un extrañamiento a la funcionaria por dirigir un mensaje partidista
.
A mano alzada, la nueva mayoría desechó la petición.
Con información de Andrea Becerril, Georgina Saldierna, Fernando Camacho, Néstor Jiménez y Enrique Méndez.