Nicolás Romero. Méx. El refugio Pergatuzoo que aloja a más de 2 mil 300 animales rescatados de ritos de santería, maltrato o abandono, requiere del apoyo de la sociedad civil y autoridades, luego de ser afectado por el desbordamiento del río Barrón el jueves de la semana pasada, que arrastró corrales, herramientas y alimentos.
Miguel Ángel Vargas, uno de los responsables del refugio, informó que la creciente del río destruyó algunos corrales, se llevó láminas de techos y herramientas, como carretillas, palas y otros insumos; y enlodó a varios caballos y burros.
El refugio fue construido en el año 2010 por el protector de animales Felipe Ángel Vargas Águila, en la calle Lázaro Cárdenas colonia Vicente Guerrero, desde entonces ha ido alojando diversas especias de animales. Al momento tiene más de 2 mil 300 perros, caballos, gatos, burros, cabras, borregos, vacas, cerdos, gallinas, puercos, patos, gansos, incluso un faisán, entre otros.
El caballo Spideey es uno de los huéspedes de Pergatuzoo. Fue rescatado del maltrato que le propinó su dueño hasta déjelo inconciente, tras ser utilizado como bestia de carga en los tiraderos del Bordo de Xochicaca.
Otros ejemplares fueron encontrados en situación de calle, rescatados de ritos de santería e incluso, varios de los caballos eran empleados en Nezahualcóyotl para tirar carretas de basura y al ser surtidos por vehículos de carburación, fueron llevados al albergue de Nicolás Romero.
Durante la contingencia de la semana pasada, la prioridad fue realizar el resguardo de todos los animales, " ninguno tuvo daño físico", planteó Miguel Ángel Vargas.
Apeló a la solidaridad de la sociedad civil y de las autoridades, a estas últimas ha brindado apoyo para alojar animales sin recibir nada a cambio; ahora aquí de requiere comida, cobijas, láminas, polines, barrotes, vigas, madera, lonas, palas, carretillas, entre otros.
El fin de semana, el personal del refugio a marchas forzadas baño a los animales, varios quedaron enlodados, para este lunes, lucen limpios, caballos, burros y perros cepillados y con pelaje limpio.
Pero viene la etapa de la reconstrucción de varios corrales, insisten en qué falta alimento, pues el que había lo arrastró la creciente del río.