Así empezamos la nueva 66 Legislatura, con la gran expectativa para continuar con los proyectos de la Cuarta Transformación (4T). Damos comienzo a esta etapa legislativa bajo diversas circunstancias que nos obligan a mantenernos en alerta para continuar con el desarrollo del proyecto de nación. Por ejemplo, la existencia de guerras y de conflictos de seguridad en el mundo que ponen en riesgo el avance en la búsqueda del equilibrio ambiental y el perfeccionamiento de las técnicas para generar más y mejores fuentes limpias de energía.
Los conflictos bélicos sí afectan en algún grado a toda la sociedad mundial, por más lejanos que estén y, sobre todo, son el desastre para la población que los sufre en su territorio. Dependemos todavía de los hidrocarburos y, al aumentar la demanda para cubrir las necesidades militares, se atrasa el desarrollo de los programas cuya meta es el fortalecimiento de la soberanía energética.
La tecnología ha avanzado, ya lo hemos recalcado en opiniones anteriores en este espacio de La Jornada, y seguiremos señalando la urgencia de avanzar a grandes pasos en su depuración y perfeccionamiento. Todas las fuentes de energía deben ser consideradas y tomarlas como un sistema que potencie entre sí a cada una de éstas.
No existe otro asunto más importante que el rescate del ambiente. Tenemos amplia confianza en que el próximo gobierno, presidido por Claudia Sheinbaum Pardo, abrirá otras puertas más para avanzar en la investigación científica a favor de la energía limpia y en la aplicación de lo que tenemos hasta ahora (termoeléctrica, energía nuclear, eólica, hidrocarburos, fotovoltaica y geotérmica, entre otras).
En varios países, la investigación avanza. Por ejemplo, en la República Popular China. Mientras unos gobiernos derrochan el dinero y los recursos naturales para generar destrucción, como es el caso de Israel y otros en África y en Oriente Medio, el apoyo a la investigación en el país de Xi Jinping, en el asunto de la transición energética, se toma absolutamente en serio.
Zhang Jianhua, director de la Administración Nacional de Energía, asegura que seguirán construyendo su sistema eléctrico cada vez con mayor tecnología nueva, además de continuar con la búsqueda de nuevas alternativas, a fin de lograr la transición energética sin complicaciones económicas que afecten el mercado interno o el externo. Además, continuarán promoviendo el comercio de electricidad obtenida por la vía saludable, o verde, como la han llamado. La meta es limitar, en la medida de lo posible, el uso de combustibles fósiles.
Para un país de las dimensiones de China, es una tarea titánica electrificar todos sus asentamientos humanos. Es el mismo caso de India, país con la mayor cantidad de habitantes en el mundo, que cuenta con múltiples centrales nucleares y cuya meta es lograr la energía eléctrica para todos sus pobladores. Ambos países se han comprometido en avanzar con la reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Al hablar de transición, no debe pensarse que es posible dejar de utilizar –de golpe– los combustibles contaminantes, ésta no es una postura seria ni científica. La inversión para lograrlo es multimillonaria. El gobierno chino invirtió 676 mil millones de dólares en su transición energética durante 2023, según lo señalado por BloombergNEF, asegurando que esta inversión representa 38 por ciento del total mundial.
Si lo utilizado en enfrentamientos bélicos pudiera invertirse en un fondo mundial para financiar a los países que menos tienen para limpiar sus fuentes de energía, estaríamos hablando de otro panorama ambientalista.
La sociedad en su conjunto tiene la responsabilidad de hacer el seguimiento a los programas de limpieza ambiental y los gobiernos tienen el compromiso de educar para mejorar el ambiente. Tarea también titánica, pero sumamente útil y urgente de realizar. Ya hemos abordado el tema de los errores y crímenes cometidos al emplear uno de los elementos más útiles para la creación de fuentes limpias, como lo es la energía nuclear. Las bombas atómicas están prohibidas, los ensayos nucleares, también.
La Asamblea General de Naciones Unidas estableció el 29 de agosto como Día Mundial en Contra de los Ensayos Nucleares. La fecha fue promovida para conmemorar el inicio del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. Nuevamente, ponemos el dedo en la llaga: esta fecha debería ser conmemorada por toda la sociedad, pero sigue pasando desapercibida. Resulta inadmisible la amenaza, más a estas alturas de la ciencia, de un conflicto nuclear. La concientización de la población debe ir a la par de la de los gobernantes. No hay futuro sin paz mundial. Por lo tanto, continuaremos nuestra lucha permanente en contra del armamentismo y del crimen masivo con armas nucleares.
Una de esas tareas es la divulgación de la información de todo lo referente a la industria nuclear del país; en este sentido, hacemos la cordial invitación al cuarto Foro Energía Nuclear y Uranio en México, que se llevará a cabo mañana en la Casa Rafael Galván (Z acatecas 94, colonia Roma), de las 9 a las 15 horas. Es una buena oportunidad para informarse a través de especialistas en la materia.
Aprovechamos la oportunidad para desear lo mejor para la 66 Legislatura que comienza hoy. Sigamos haciendo historia.
Colaboró Ruxi Mendieta
X: @AntonioGershens