Guadalajara, Jal. La escritora tzotzil Ruperta Bautista Vázquez (17 de mayo de 1975, San Cristóbal de las Casas) ganó la 12ava edición del Premio de Literaturas Indígenas de América (PLIA) con su poemario Presagio lóbrego, en el cual da voz a mujeres de las comunidades de esa entidad del sureste mexicano, quienes al morir -sea por vejez o por violencia- hacen que poco a poco se pierdan los usos, tradiciones y costumbres de los pueblos originarios.
“Este poemario de Presagio lóbrego está enfocado a la muerte, que hay dos tipos: la natural y la violenta o provocada que pasa a diario en Chiapas”, dijo la ganadora, en un videoenlace desde San Cristóbal de las Casas a la sala de prensa de la Universidad de Guadalajara, institución convocante del PLIA, durante el acto en el cual se dio a conocer que obtuvo el primer lugar entre las 17 mujeres y lo 30 hombres participantes en el certamen literario, dotado con un premio de 300 mil pesos.
El jurado, cuya representante Angélica Ortiz López (wixárika jalisciense) recordó que hubo participación de obras poéticas enviadas de Perú, Guatemala, Ecuador, Colombia, Argentina, Bolivia y México, lo integraron además la mixteca Celedina Patricia Sánchez y la mapuche argentina Liliana Ancalao. La decisión a favor de Ruperta Bautista, fue unánime.
“Presagio lóbrego es un poemario fundamentado en el pensamiento tzotzil, cada verso expresa el dolor, la sensación de orfandad, el desconsuelo, el abatimiento de ver cómo se va desintegrando la vida de quien se despide de este mundo”, dice una parte del acta.
La autora lo dedicó a las madres que aún sin llegar su tiempo alguien les cortó “el hilo de su vida” y también “a todas aquellas mujeres que dejaron su legado en diferentes manifestaciones comunitarias”.
“Al perder a nuestros personas que guardan la sabiduría y conocimiento de nuestros pueblos, se va un poco de nosotros, de cada una de las personas que pertenecemos a las culturas de los pueblos originarios”, dijo Bautista, quien subrayó la importancia de escribir para guardar la memoria de esos seres que se van pero tienen un legado que debe ser preservado.
“Ser mujer y de algún pueblo originario en nuestro país, es ser discriminada. Hay menos apertura para tener la posibilidad de manifestar nuestras actividades, sean literarias, científicas, de investigación. Son muy limitadas. Para que una mujer pueda hacer este tipo de actividades es un gran esfuerzo”, agregó la también antropóloga por la Universidad Autónoma de Chiapas.
Afirmó que ahora corresponde a las autoridades apoyar porque quienes escriben desde las comunidades indígenas ya hacen su aporte para preservar las culturas originarias, en particular el idioma y la memoria social.
“Pero sobre todo hay una necesidad urgente de que las instituciones atiendan otros pendientes de los pueblos originarios (como) la educación, que atiendan las necesidades (pero) a partir de nuestros conceptos. Esto permitiría que se construya la posibilidad de que por fin haya respeto a nuestras culturas”, dijo.
Entre los presentes en el anuncio del triunfo de Ruperta Bautista, estuvieron Alma Rosa Spíndola García, encargada de despacho de la Dirección General del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas o bien del gobierno estatal el director de Educación Indígena, David Chino y el director de Gestión Integral de Proyectos de la Secretaría de Cultura, Mario Alberto Limón, además de funcionarios universitarios entre ellos el rector del campus Norte de la UdeG, Uriel Nuño López.
La ganadora, quien en 2002 recibió el Premio Chiapas de Poesía Indígena Pat O’tan y además de autora de cinco libros es traductora, actriz y directora de teatro, recibirá su premio durante la próxima edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, a inicios de diciembre.