Si tienen frente a ustedes esta columneta, quiere decir que fallaron mis buenas intenciones de dejarlos descansar, cuando menos hoy. Resulta que una vieja quejumbre en las rodillas se agudizó de tal manera que me llevó a la invalidez casi total y, como hay quien insiste en afirmar que escribo con la parte inferior de mis pantorrillas (léase pies o, en el peor de los casos, patas), pensé que ustedes merecían una tregua; sin embargo, algo no habrán hecho bien esta semana. Yo, por mi parte, les propino una mala jugada, pues logré medio incorporarme de la cama y ahora estoy tratando de picar este aparatito, abuelo de todos los descendientes que ahora pomposamente llamamos IA, y que yo apenas logro encender. Mi modesta computadora, tan antigua como el ábaco en el que aprendí con las monjitas de mi escuela primaria Antonio Plancarte (patrono indiscu-tible de los maestros cristianos), una verdad tan irrebatible como la existencia del infierno: que 2 por 5 son 13.
Tengo la intención, desde hace tiempo, de relatarles cómo fue mi primer mitin político electoral, en el que participé a nombre de las juventudes revolucionarias de Coahuila, en la época en que todavía no existían 90 por ciento de los lectores de este diario, pero no quiero que este intemporal relato haga llegar totalmente extemporáneo el anunciado gazapo que nos informa del mexicano que provocó el más agudo retortijón a los candidatos republicanos a la presidencia y vicepresidencia de nuestros vecinos del norte. Pues resulta que la prensa nacional ha dado a conocer una rotunda decisión tomada por el ciudadano Víctor González, quien no sólo ha dado a conocer su abierta solidaridad y apoyo a las candidaturas de Kamala Harris y Tim Walz, sino que en una abierta acción injerencista (de carácter privado, por supuesto) ha convocado a todos los mexicanos que tengan familiares residentes en territorio estadunidense y estén legalmente capacitados para participar en la próxima contienda electoral, a que emitan su voto en favor de la fórmula Kamala/Walz. Por supuesto que don Víctor está en su derecho a opinar y aun de sugerir la formulación del voto, lo que sí llama la atención es la manera de expresarse o, ¿qué opinan ustedes de los términos de su planteamiento? A saber: siendo las principales preocupaciones del doctor González la ayuda a quienes menos tienen y al medioambiente (que para apegarnos a la realidad, más que medio, llega apenas a un cuartoambiente), y como todo indica que la señora Harris piensa de manera similar a nosotros, recomiendo a quienes tengan familiares en Estados Unidos, que platiquen con ellos para que piensen bien su voto, el próximo mes de noviembre, pues es necesario tener un mundo mejor.
Obviamente, somos muchos los que compartimos el pensamiento de don Víctor González, internacionalmente conocido como el Dr. Simi y valorado no sólo por su enorme fortuna, sino también por su talante fachendoso, jactancioso y carente de toda proporción. Fíjense cómo no dice que él está de acuerdo con los postulados de la candidata Kamala, o que ambos coinciden en ideas fundamentales, al contrario, es ella quien piensa de manera Simi-lar, pero bueno, esto es peccata minuta. Ojalá y hubiera muchos Simis que unieran sus fuerzas para detener a esa terrible zanahoria que una vez más pretende convertirse en la peor amenaza para propios y extraños.
Por otra parte, sería muy reconfortante, tanto para el Dr. Víctor González como para el Dr. Simi, acertarle a la presidencia en Estados Unidos, ya que no pudo conseguirlo en nuestro país con su botarga consentida.
Una vez más se quedó en el disco duro mi narrativa (palabrita tan de moda que la desgastaron los parlanchines y escribientes en un dos por tres). Habré de sacarla a la brevedad porque quiero compartir con ustedes mis inicios como jilguero. @ortiztejeda