Cuernavaca, Mor. La subida al cerro en donde está la zona arqueológica de El Tepozteco en el pueblo mágico de Tepoztlán durante los fines de semana, cada vez, está más llena de comerciantes ambulantes que venden principalmente bebidas alcohólicas, comida y diferentes artículos que impiden a los paseantes disfrutar de la naturaleza.

El problema del ambulantaje, según el alcalde de este municipio, David Demesa, no es de ahora, sino que este viene de administraciones anteriores, calculó unos 400 comerciantes de la vía principal que comunica el pueblo con el cerro, reconociendo que no han podido con este problema: “porque quitamos a unos y se ponen otros”.

La gravedad del asunto es tanta, que Demesa, aseguró que hay algunos grupos de comerciantes ambulantes que están instalados sobre las banquetas, y sobre la mera vía del cerro, que se ostentan como “guardianes” de este espacio y hasta “dueños” de este camino ancestral por donde se sube hasta la pirámide.

“Nosotros cuando entramos ya tenían un permiso (los comerciantes ambulantes), (dicen) que ellos resguardan  el espacio de subida al Tepozteco;  ellos  tenían que refrendar ese papel que les dieron, ellos lo tomaron como dueños de ese espacio; nosotros no refrendamos ese documento que se hizo con cabildo (en el pasado no precisó en qué administración municipal), nunca lo refrendamos, porque nadie es dueño de ese espacio, los dueños son toda la gente que lo visita (el Tepozteco)”, aseguró el alcalde Tepoztlán.

En un censo general de esta avenida principal que comunica el centro de Tepoztlán con el mencionado cerro, dijo que han contabilizado, hasta 400 comerciantes ambulantes, y otros tantos que ni siquiera están contados, “quiero decirles, que en su momento, no tienen permisos todos, las  pasadas  administraciones (municipales) han venido dejando crecer (este problema).

“Nosotros aplicamos los reglamentos, pero desafortunadamente: quitas a uno y se pone otro, y así sucesivamente”, puntualizó.

Ante la pregunta de por qué el ayuntamiento no ha podido quitar a tanto ambulante sobre todo en la subida al cerro, para  que no estén en la mera subida al cerro, obstruyendo  el camino a los paseantes, -con sus puestos y con sus distintas mercancías-, respondió: “porque quitamos  a unos,   y se ponen otros, desafortunadamente, vivimos en un pueblo, que ya creció como turismo, y dicen: “nosotros tenemos derecho de vender somos del pueblo”, y si el ayuntamiento se opone, mencionó que se generan conflictos sociales en este pueblo mágico.

Los comerciantes  ambulantes ya fuera del pueblo, es decir de las últimas casas o comercios establecidos que hay en la mencionada vía que comunica el pueblo con el cerro, ofrecen a los caminantes micheladas de todos los sabores, refrescos, camarones, gorditas, quesadillas, agua, y artículos diversos de recuerdo de pueblo y otros de otros estados del país.

Incluso, una parte de la subida al cerro, está una zona llena de nailos azules, como si entraras a un túnel en donde te venden todo tipo de mercancía (ropa principalmente como playeras). En esta parte de la subida al Tepozteco, los hules que cubren los alrededores y la parte de arriba, impiden a las y los caminantes ver y disfrutar la naturaleza.