Ante los actos de violencia animados por la intolerancia religiosa en contra de integrantes de la Iglesia Cristiana Interdenominacional (ICIAR) que habitan en la población de San Juan Lalana, Oaxaca (región Chinanteca), representantes de dicha denominación religiosa realizarán mañana una manifestación en el Zócalo de la Ciudad de México y también en la Ciudad de Oaxaca para denunciar la situación y exigir solución de fondo a este tipo de problemáticas que suceden en diversos estados, sobre todo en Chiapas.
En este contexto, pastores, expertos en asuntos religiosos y defensores de derechos humanos llamaron a las autoridades oaxaqueñas y federales, así como de la iglesia católica a intervenir para poner fin a las agresiones en contra de los congregantes cristianos evangélicos de dicha población, a los cuales feligreses católicos les quemaron el templo, destruyeron y robaron sus casas, animales y cultivos.
La agresiones contra las familias cristianas evangélicas de la ranchería comenzaron en diciembre pasado, y fueron escalando, señaló a La Jornada Isaías López Hernández, representante de los pastores de la ICIAR en Ciudad de México y Puebla.
“Tristemente a pesar de que ya tuvieron reunión con representantes de Gobernación y de la Dirección de Cultos Religiosos (de la entidad), los que quedaron de actuar conforme a las leyes, no ha sucedido. Los congregantes han sufrido, y todo esto puede causar pérdida de vidas. La autoridad no ha actuado. Se ha invitado al gobernador de Oaxaca Salomón Jara Cruz que intervenga, y no hay respuesta”.
Acotó que, Aaron Cortés, pastor general de la ICIAR se trasladó a la zona a fin de gestionar un cese de las hostilidades y de brindar respaldo a los integrantes de la iglesia cristiana evangélica. La opción que se maneja es trasladar a los congregantes a una zona segura y enviarles ayuda en víveres y económicamente.
Elio Masferrer, especialista en temas religiosos expuso que el arzobispo de Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, quien en la homilía dominical reconoció que el templo cristiano evangélico fue quemado por católicos, “tendría que ir a la localidad con los curas del rumbo y decir a los habitantes que la iglesia católica que opone a este tipo de agresiones y advertirles que si continúan con la violencia los excomulgarán”. Si nada más habla a favor del respeto a la fe que profesan otras personas, es solo un “acto de cinismo”.
Tomás de Jesús Toribio, presidente de la Asociación Nacional e Internacional de Derechos Humanos (ANIDH), llamó al gobierno de Oaxaca y a la Secretaría de Gobernación a que intervengan y pacifiquen la zona, “porque nuestros hermanos están sufriendo intolerancia religiosa”.
Añadió que “bajo el argumento de usos y costumbres ellos (los católicos) no permiten otro tipo de creencias, entonces ¿dónde queda la libertad de culto?. El arzobispo debería “hablar con sus feligreses porque están poniendo en riesgo vidas e invadiendo propiedad privada. Esto puede generar un conflicto mayor, y que el gobierno oaxaqueño sirva como conciliador”.