Uno. Fernando Cerimedo, el estratega digital de Javier Milei, ostenta un envidiable currículum vitae (CV): becado para estudiar en Harvard una carrera de grado y luego un posgrado de consultoría política, recibió entrenamiento militar con los Navy Seals (la fuerza especial de la Armada de Estados Unidos), y un cargo en la Casa Blanca bajo el gobierno de Barack Obama.
Dos. Amazing, ¿no? En efecto. Sólo que el referido CV es falso. Porque en la realidad-real, Cerimedo (43 años), fue taxista, obrero de una fábrica de plásticos, docente en una escuela secundaria y, en Mar del Plata, su ciudad natal, fue condenado a dos años de prisión por vender dos veces un mismo departamento (2016).
Tres. Aunque seamos justos, pues ni Harvard garantiza que sus graduados ganen entre 50 y 100 mil dólares mensuales. Monto que Cerimedo factura a la clientela de su consultoría política (Numen), ubicada en el exclusivo barrio de Puerto Madero (a 300 metros de Casa Rosada), habitado por grandes directores ejecutivos de corporaciones argentinas y extranjeras.
Cuatro. Director del portal libertario Diario.ar, Cerimedo presume de contar con 50 mil bots en Twi tter (hoy X), y una valiosa “granja” de trols creados por inteligencia artificial. Así, durante la pandemia de covid (2019/23), logró que cientos de miles de argentinos creyeran que las vacunas tenían grafeno (una sustancia prohibida). O que el fallido magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (1/9/22), fue un “autoatentado”.
Cinco. En el financiamiento electoral de Javier Milei, ninguna otra persona o empresa puso más dinero en blanco que Cerimedo (10 millones de dólares). Dinero que, posiblemente, llegó de las arcas del brasileño Jair Bolsonaro, gran amigo del presidente argentino.
Seis. Un estratégico secuaz de Cerimedo es Juan Pablo Carreira, actual director nacional de comunicación digital de la presidencia, y tuitero meritorio por su defensa de Milei bajo el seudónimo Juan Doe. Y junto con ellos, el médico genetista Daniel Parisini (conocido en las redes antisociales como @GordoDan).
Siete. Tras el reciente intento de golpe militar contra el presidente de Bolivia, Luis Arce, @GordoDan posteó: “No hay que ceder un centímetro a los zurdos jamás. Jamás enviar enérgicos repudios ante nada. Jamás solidarizarse con nada de lo que a ellos les pase. Y si les pasa algo, en serio, mejor”. Por último, desde su domicilio en Madrid (España), el ex estudiante de filosofía de la Universidad de Buenos Aires Federico Gorga, quien se define como “un sicópata” (sic), que sólo quiere “reventar y destruir gente” (sic) y obrar de “policía política para el oficialismo” (sic).
Ocho. Finalmente, el diputado bonaerense Agustín Romo (28 años, 50 mil seguidores), quien alcanzó popularidad insultando a otros usuarios de las redes. “Soy un nacionalista que no confunde el amor a la patria con el amor al Estado”, rebuzna Romo. Añadiendo: “No hay que invertir dinero. No hay que imponer nada. Donde haya wifi llegará ‘el león’ (Milei)”. Si mil personas tuitean “lápiz rojo”, en media hora lo hacemos tendencia. Es más barato que instales algo en Twitter y lo levante la tele de la tarde, que un periodista hable de lo que vos querés”.
Nueve. Innegable, el poder de los influencers neofascistas den tro del Estado argentino. Y todos, autorizados por Milei, su hermana Karina y el “asesor fantasma” Santiago Caputo (38 años), a quien el sátrapa confirió el título de “arquitecto de todo esto”, en su discurso como presidente electo.
Diez. Sobrino del ministro de economía, Luis Caputo (“el Messi de las finanzas”, según Milei), y de Nicky Caputo (sospechado de haber financiado el atentado contra Cristina y “amigo del alma” –sic– de Mauricio Macri), Santiago se formó como discípulo del consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, campeón de la amoralidad y el cinismo que salpican la política de toda América Latina.
Once. De Cerimedo, “no hay mala publicidad. No importa si son elogios o críticas. Lo importante es que hablen de uno. La idea es que la verdad es apenas un estorbo para las grandes historias”. Aunque olvidó decir: y para hacer dinero.
(Datos del informe publicado por la revista Crisis bajo el título “Las milicias digitales de la ultraderecha” (julio), de Jeremías Batagelj (Página 12, 16/11/23), y de Martín Burgos, Flacso (Página 12, 14/7/24.)
Primera entrega: https://www.jornada.com.mx/2024/07/24/opinion/017a1pol
Segunda: https://www.jornada.com.mx/2024/08/07/opinion/018a1pol