Chalco, Méx. Vecinos organizados recolectan monedas y productos de despensa para preparar alimentos calientes y repartirlos a bordo de lanchas entre las familias de 600 viviendas que están inundadas, desde hace 20 días, por el colapso del viejo colector Solidaridad. En las colonias Jacalones y Culturas de México, la mayoría de los tres mil 600 damnificados se niegan a abandonar sus casas por temor a la rapiña y refugiarse en alguno de los cuatro albergues habilitados por las autoridades.
En el garaje de una de las viviendas que no fue alcanzada por el nivel de las aguas pestilentes y ubicada sobre la calle Juan Fernández Albarrán, la gente se puso de acuerdo y habilitaron una cocina con parrillas, un tanque de gas doméstico de 30 kilos y una mesa para cortar y picar verduras, papas y otros productos de materia prima.
Verónica Urbina, fuera de su propiedad colocó una mesa para recibir donaciones como arroz frijol, aceite, tortillas, cualquier alimento que la gente quiera llevar. Algunos residentes que no resultaron afectados llevaron cereal y leche, entre otros bienes comestibles.
“Una señora ya nos trajo cuatro kilos de longaniza, otra nos dejó frijoles y ya los estamos guisando”.
Varias vecinas de la señora Verónica se sumaron a la ayuda altruista. Llegaron y de inmediato se pusieron a preparar alimentos en cazuelas, sartenes, comales y otros trastes. La hija de Verónica es quien se encarga de abordar las lanchas y llevar a cabo el reparto. Solo el día de ayer proporcionaron 50 comidas.
“Solo en una vivienda de departamentos hay 16 niños y cuando mi hija lleva la ayuda en lancha, ¡los niños exclamaban “! mamá, mamá! ya llegó la comida”, narra Verónica quien asegura que hay mucha tristeza por la situación por la que están pasando sus vecinos quienes desde el viernes dos de agosto y hasta la fecha, tienen dentro de sus domicilios las aguas de drenaje.
Todas las mujeres encuentran la manera de apoyar, hubo quien se apostó sobre la avenida Solidaridad y con cartulina en mano y un bote invita a la gente a la solidarizarse aportando a la colecta para comprar víveres y preparar alimentos calientes, varios peatones y al menos un conductor, se detuvo e hizo su aportación.
“Aquí vamos a estar, hasta que esto pueda resolverse, preparando alimentos “.
Por ello piden a la gente que done productos que puedan cocinar, pero cualquier tipo de despensa es buena y la van a repartir entre los habitantes damnificados de la colonia Jacalones; sí la misma comunidad donde la gente denunció a los medios de comunicación que fueron olvidados pues toda la ayuda del gobierno, se concentró en Culturas de México.
De acuerdo con el censo oficial dado a conocer por las autoridades de Chalco, son tres mil 600 damnificados, luego de que hace 20 días colapsó el viejo colector Solidaridad.
Sin embargo, están por cumplirse tres semanas de la emergencia sanitaria y la gente se niega a refugiarse en los albergues donde se les ofrece alimentos calientes y se cuenta con servicio de regadera, cocina y comedor.
Lizeth Torres Castillo responsable de albergues, explicó que se habilitaron cuatro espacios, pero solo uno está ocupado por 51 personas. En el único albergue funcionando, se habilitaron cinco recámaras y se distribuyeron colchonetas para todos los ocupantes, provenientes de las colonias Jacalones, Culturas de México y Emiliano Zapata.
Dijo que en el momento que lo desee la gente, pueden ocupar los otros tres albergues que ya están listos para recibir a la gente cuya vivienda se encuentra inundada.
Alicia Hernández es vecina de esta última comunidad donde vive sola. “Tengo dos hijas, pero ellas ya hicieron vida”. La mujer de 72 años de edad reconoce que se resistía a dejar su propiedad, pero los rescatistas insistieron.
“No la vamos a llevar de este lugar porque usted tiene temperatura”. Fue lo que le dijeron. “Y me vine porque, qué voy a hacer adentro, no voy a poder hacer ni comida, el agua se está metiendo porque brota por la coladera”, dice al ser entrevistada en el refugio.
La mujer de la tercera edad, se acongoja y al punto del llanto, dice estar bien y sentirse bien en el albergue, pero la ayuda no cura el dolor emocional. Con sentimiento expresa “me siento triste, porque a nadie le importa. Me siento triste por mi casita, por ver cómo está”, inundada.
Aunque en el refugio no falta la comida y está bajo chequeo médico constante, ella asegura que en cuanto se acabe el tratamiento médico “voy a ir a checar mi casita”.
Este miércoles, pudo constatarse que el nivel del agua no baja. Elementos del Ejército invitaron a los medios de comunicación a constatar los avances de limpieza en el Jardín de Niños Paulo Freire, la misma escuela que el martes visitó la gobernadora Delfina Gómez Álvarez.
Ya desalojaron el 90 por ciento de las aguas residuales, se coló una costalera y esperan concluir este día con los trabajos, pero la profesora María Luisa quien es directora del plantel, asegura que el agua continúa brotando por las coladeras del patio y el sanitario. Sin duda, se agota el tiempo y todo hace suponer que no iniciará a tiempo el nuevo ciclo escolar programado para este lunes 26.
El coronel Román Solís Martínez integrante del Plan DN III de auxilio a la población, informó que a partir de este día se estableció como estrategia, colocar costaleras en cada una de las puertas de cada vivienda y con bombas de achique y otros equipos de succión retirar el agua.
La brigadas de los tres niveles de gobierno estuvieron trabajando a lo largo del día, sin embargo el agua sigue estancada y no se vislumbra la fecha en que puedan sacar la totalidad del líquido de las calles y viviendas de la zona afectada.