El estrambótico presidente de Argentina, Javier Milei, está empantanado política y económicamente y hubo de desairar la muy acariciada visita de provocación que había planeado para este fin de semana a la Ciudad de México, en el marco de la trumpista Conferencia Política de Acción Conservadora, auspiciada por el ultraderechista actor y productor cinematográfico Eduardo Verástegui.
Para empezar, está cada vez más enredado en pleito con su vicepresidenta, Victoria Villarruel, con quien ha librado continuas batallas internas y externas que dan cuenta de la inhabilidad política del escandaloso economista libertario.
Además, una encuesta de opinión (Zubán Córdoba) colocó en la lista de los temas que más enojan a los argentinos, en orden de importancia: el aumento de la pobreza, la desocupación, la detención de un diputado acusado de integrar una red de pedofilia, la crisis económica y… los continuos viajes privados de Milei pagados con fondos públicos, los más costosos, sólo por motivos personales o de promoción partidaria e ideológica (https://goo.su/qw1dR). Así que se excusó de viajar a México arguyendo que el próximo viernes debe estar en un acto conmemorativo de la bolsa de valores de Rosario, en la provincia de Santa Fe.
Citlalli Hernández será la titular de una secretaría federal de las mujeres que, en términos administrativos, será una continuidad del instituto dedicado a los mismos asuntos femeniles pero que, en la práctica, podría convertirse en un importante brazo político, luego electoral, del claudismo.
Así como buena parte del éxito electoral del obradorismo residió en el ejército de asistencialismo y control relacionado con los programas sociales (enfoque que Sheinbaum mantendrá), el segundo piso
, es decir, la etapa de la primera presidenta, debería articular los procesos relacionados con las mujeres, pues constituyen una expresión creciente de poderío institucional y una franja de votos que la aún secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, puede organizar y encauzar.
Clara Brugada dio a conocer a los integrantes de su gabinete en un acto con mensajes o, cuando menos, con diferenciaciones. No lo hizo en episodios, sino de un solo tirón. Aceptó continuidad con el pasado inmediato, en la persona del martibatrista César Cravioto, pero sin que a esa designación se sumaran muchas más que dieran demasiado peso a tal administración anterior: sólo fueron ratificados el secretario de seguridad pública, relacionado con Omar García Harfuch, y la secretaria de asuntos de riesgos y protección civil.
Llama la atención que Alejandro Encinas quede a cargo de una dependencia de próxima creación, que se encargará de la planeación y del ordenamiento territorial, al tiempo que Inti Muñoz va a la de vivienda, que dividirá funciones de lo que es la actual Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda. Ex jefe de Gobierno sustituto y ex subsecretario de Gobernación, Encinas es enviado a tareas técnicas, mientras sus anteriores labores en defensa de los derechos humanos quedaron truncas y a merced de amagos verde olivo que a él mismo pretenden alcanzar.
También se advierte la presencia de personajes con marcado compromiso social: Ana Francis Mor, en Cultura; Eréndira Cruzvillegas, en la Consejería Jurídica; Julia Álvarez Icaza, en Medio Ambiente, y Tomás Pliego en Atención a la Ciudadanía, por dar ejemplos. Por otro lado, habrá de verse el significado en los casos de Manola Zabalza Aldama, en Desarrollo Económico, y Juan Pablo de Botton Falcón, en Finanzas.
Y, mientras una facción de trabajadores del Poder Judicial Federal aceleró el marco de protestas contra la reforma que Morena y sus aliados pretenden aprobar, mediante un paro en varias instalaciones del ramo, y los jueces y magistrados decidían ayer hacer similar abstinencia el miércoles, ¡hasta mañana!
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