Chicago. Líderes inmigrantes locales de Chicago y otras ciudades de Illinois dan la bienvenida a la Convención Nacional Demócrata con un mensaje: dejen de hablar y defiendan los derechos básicos y la dignidad de los que nutren a este país con su trabajo, su cultura y sus sueños.
En una reunión de la Coalición de Illinois por los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados (ICIRR, por sus siglas en inglés), líderes jóvenes y veteranos de organizaciones comunitarias, laborales y representantes electos locales, estatales y federales expresaron su compromiso de continuar defendiendo los derechos y libertades civiles de todos los indocumentados, y enviar el mensaje tanto dentro de la Convención Demócrata como en las calles, de que los políticos serán obligados a rendir cuentas sobre su actuación en torno a esta lucha.
Demuestran que a nivel local y estatal se ha avanzado mucho más que a nivel nacional. Artemio Arreola, director de enlace comunitario de ICIRR, comenta en entrevista con La Jornada, a pregunta sobre la convención que se realizará en su ciudad: “creo que el que sea aquí en Chicago, que es una de las ciudades que dan la bienvenida a los inmigrantes en hechos, lo han mostrado en políticas públicas y en presupuestos, y también en el estado de Illinois, donde se han concretado cambios reales y fuertes a favor de los inmigrantes… es uno de los mejores estados que da la bienvenida”.
Medidas que benefician a todos
Señala por ejemplo que aquí “está prohibido construir un centro de detención de migrantes y los existentes se cerraron completamente”, resultado de una campaña de 12 años de los activistas inmigrantes y sus aliados.
También obtuvieron licencias para conducir, programas de salud para menores y mayores de edad, apoyo en gastos de vivienda para todos, “y estamos hablando de indocumentados. “Es una ventana donde expone el estado y la ciudad, cómo han cambiado políticas públicas que benefician a todos”, y en la convención “queremos mostrar un trabajo que hemos venido realizando en los últimos 22 años”.
Se espera que representantes de estas luchas, incluidos políticos locales, estatales y hasta federales, “lleven un mensaje claro y fuerte sobre una legalización para todos. Eso es lo que estamos buscando con el fin de contrarrestar de una manera más agresiva la política, que ya nos dijeron que, por otro lado, consiste en deportaciones masivas”.
Arreola destaca que hay que “dejar claro cómo contrarrestan estos ataques muy fuertes, no solamente a nuestra comunidad, porque también son ataques directos que han hecho a México… con lo de la frontera o con la cuestión de las drogas o de los cárteles.
Ilustración de Casa Michoacán, en Chicago. ‘Foto La Jornada’
Es un ataque a México”. Subraya que estos esfuerzos para promover el involucramiento de los inmigrantes en el ámbito político son encabezados por jóvenes, quienes “aprenden la organización comunitaria, la organización política... Ya tenemos más de dos décadas haciéndolo, donde ya tenemos muchos jóvenes que ya están en la legislatura, son senadores, representantes, o en el gobierno municipal en la ciudad”.
O sea, son los líderes políticos del futuro. Algunos ya lo son en el presente. En la reunión para el Proyecto Democracia de ICIRR realizado en Casa Guanajuato, hablaron líderes jóvenes sobre la movilización del voto inmigrante a todos los niveles, pero resaltando que no se trata sólo de esta próxima elección, sino que es parte de una agenda contante.
Dulce González, del Centro de Trabajadores Unidos, es una de las jóvenes líderes que expresó, con ira y convicción de su experiencia con un padre indocumentado que fue detenido durante dos años, que se dedica, dice, a que los políticos entiendan que cuando hablan de inmigrantes, están hablando de “seres humanos que viven y respiran”, y que deben tener el derecho a la dignidad.
Ese mensaje fue repetido por Yonggang Xiao, de una coalición de la comunidad migrante china de Chicago. Celina Villanueva, quien fue capacitada en este tipo de trabajo y hoy es senadora estatal, declara que “la democracia no sólo es votar, no es un deporte de espectadores, es un deporte de acción”, y agrega que “las voces inmigrantes tienen que ser expresadas durante la convención, pero también después… esto no se trata sólo de una convención en estos días, sino de cómo las comunidades migrantes están cambiando al país”.
Este mensaje también se expresará desde las calles, ya que algunos de estos activistas inmigrantes participarán en las marchas que se realizarán en las afueras de la convención la próxima semana. Más aún, formarán parte de un extraordinario mosaico de fuerzas populares que se movilizarán para exigir que los políticos del Partido Demócrata dejen de apoyar el genocidio que perpetra Israel contra los palestinos en Gaza, que se defiendan con más firmeza los derechos de las mujeres y de los gays, y dejar de criminalizar a los inmigrantes y respetar plenamente sus derechos, incluido el del asilo.
Desafiar al gobierno federal
Oscar Chacón, director de la red de organizaciones de inmigrantes Alianza Américas, indica que no espera que haya un cambio real en la política migratoria nacional aun si ganan los demócratas, pero sí podría verse a nivel local. En entrevista con La Jornada, enfatiza que “el papel de los estados y de las ciudades necesita evolucionar hacia un plano de acción diferente. ¿Por qué? Porque aún si Kamala Harris gana la elección, el Congreso no va a cambiar radicalmente.
Entonces, por ejemplo, la idea de que vamos a aprobar una reforma migratoria sensata con apoyo bipartidista, cuando tienes a un bloque neofascista influyendo profundamente el Partido Republicano y, por añadidura, algunos demócratas, no va a pasar. Entonces, ¿qué vas a hacer como partido ya en una lógica descentralizada, cuando tienes millones de personas en California, Nueva York, Illinois, Nuevo México..., demandando una solución? ¿Qué vas a hacer? Yo creo que algo sensato que debería pasar es que los estados, de forma individual y conjunta, desafíen la premisa histórica de que el único que toma decisiones sobre temas de política de inmigración es el gobierno federal. Y, por ejemplo, crear programas de permiso de empleo a nivel estatal.
“Porque al final de cuentas, si tú le preguntas a un indocumentado qué es lo que quisiera cambiar, te responde tres cosas: trabajar sin que me jodan, o sea, trabajar con autorización, poder visitar a mi familia en mi país de origen y que le den a mis hijos todo lo que tienen los demás… Nadie te dice: yo quiero ser ciudadano… no es lo primero en la cabeza de la gente. Y esas cosas, con la excepción de lo de entrar y salir del país, lo puedes resolver a nivel de política estatal.” Tal vez el mensaje de los que promueven los derechos de los inmigrantes en Chicago es que el cambio está en manos de la acción de los políticos del futuro fuera de Washington.