Los prestadores de servicios turísticos padecen constantemente bloqueos carreteros, extorsiones de grupos de la delincuencia e intimidaciones en tramos rumbo a poblados de la Sierra, Frontera y Selva de Chiapas.
De acuerdo con el testimonio de uno de ellos, con cuatro décadas en el sector, debido a la situación de violencia e inseguridad que asuela esas zonas se han visto obligados a rodear por Tabasco y Guatemala para llegar a algunos sitios de territorio chiapaneco, y en otros casos desviar a los turistas hacia destinos de Guatemala o a los estados de Yucatán y Quintana Roo.
“La situación en la carretera fronteriza del sur, que va de Lagos de Montebello a Chankalá también se ha visto afectada. De hecho, el turismo ha bajado mucho porque hay que pagar cuotas para pasar ahí; incluso carros de turismo en la zona de Bonampak y Yaxchilán”, contó el guía que accedió a una entrevista a condición de anonimato por razones de seguridad.
Explicó que la agencia de turismo con la que opera dejó de ofrecer servicios hacia las localidades de la emblemática Selva Lacandona, donde estimó que la afluencia se ha desplomado hasta 90 por ciento. “Muchos grupos ya no están bajando a Chiapas porque las agencias de Europa se dan cuenta de que es un problema, entonces los circuitos se están acortando”, subrayó.
Durante los recorridos, narró, han observado la presencia de pequeños grupos delictivos que instalan controles carreteros aprovechando la confusión que existe por la presencia de los cárteles que se disputan el control de territorios y rutas para el tráfico de drogas, migrantes y armas.
Mencionó que hace unos días llevó a un grupo de turistas franceses de San Cristóbal de las Casas hacia Guatemala, pasando por Frontera Comalapa –localidad asediada por la confrontación que mantienen los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
A unos metros de una intersección que lleva a los Lagos de Colón fue abordado por hombres que se identificaron como policías municipales, sin especificar de qué localidad; le tomaron fotografías y revisaron el vehículo en el que viajaban los extranjeros.
Los supuestos uniformados eran hombres no morenos y bajos de estatura, como son los rasgos de los lugareños. Kilómetros adelante, en la misma ruta a la frontera, encontró otro punto de inspección de pobladores que vigilan la carretera en el crucero conocido como Chamic. Y ahí tuvo lugar otra revisión más por parte de supuestos campesinos de el poblado El Jocote.
“El gobierno no tiene control de la situación”
“El gobierno ha abandonado cualquier situación de estado de derecho, de control de las situaciones”, reprochó el prestador de servicios. Cuando los turistas franceses pretendieron regresar a Chiapas no pudieron hacerlo por Frontera Corozal y se vieron obligados a ir al cruce de El Ceibo, en Tabasco.
Recordó que antaño, cuando recibían a grupos de paseantes en los límites de Frontera Corozal, en el río Usumacinta, aprovechaban para visitar Yaxchilán. “Ahora está cerrada, no hay autoridad porque en esa región ya no se puede operar.
Los mismos mañosos impidieron que regresaran los agentes de Migración a Frontera Corozal. Por ello no está entrando turismo por esta zona, “probablemente ingresen indocumentados, pero eso ya es cuestión de manejo de estos grupos delictivos”.
Resaltó que en los 40 años que lleva trabajando con el sector turístico en Chiapas no se había visto un fenómeno como ahora. “Tal parece que la ingobernabilidad no es resultado de que el gobierno, sobre todo el estatal, no tenga las herramientas, sino más bien es complicidad”, acusó.