Manzanillo, Col. Una gira entre el júbilo y la nostalgia; entre las ansias por la llegada del primer gobierno de una mandataria federal y la melancolía del final de un ciclo que se avizora inminente. La entrega de la constancia de presidenta electa a Claudia Sheinbaum precipitó en el ánimo popular la certeza de que está muy cerca el adiós de la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Sólo la presentación como presidenta electa hizo estallar el entusiasmo en la masa congregada en este puerto, el más grande de México. Entre la concurrencia surgió el estribillo, ahora ya del movimiento, adoptado al liderazgo emergente de Sheinbaum. ¡Es un honor estar con Claudia hoy!
, coreado con tal intensidad que contagió a López Obrador.
Era la primera gira conjunta del Presidente y la presidenta electa. Y los asistentes reparten afectos en esta transición, pues también se desbordan los gritos para el líder histórico del movimiento. Como lo hiciera la víspera en el acto en el que celebró con la élite política morenista, Sheinbaum proclamó ante el titular del Ejecutivo su respeto y agradecimiento.
Claro que hay muchos mandatarios en la historia de México que honramos, pero creo que no hay nadie que salga de la Presidencia con el amor y la popularidad que tiene Andrés Manuel López Obrador. Por eso, ya ven que nuestros adversarios quieren que tomemos distancia, que digamos que hay diferencias. Yo digo y siempre voy a decir: ha sido, es y será un honor estar con Obrador, con orgullo.
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Una nueva ovación rubricó la frase entre quienes asistieron a la inauguración del acueducto Armería-Manzanillo.
La participación de la gobernadora Indira Vizcaíno le confirió un toque de nostalgia al evento, pues su discurso fue prácticamente una despedida pública al Presidente: “el ciclo que estamos cerrando es un momento de nostalgia, una tristeza originada por el recuerdo de una dicha perdida: ¿hay o habrá en realidad una dicha perdida? Sí, la del camino recorrido en el momento de un cambio democrático fundamental para el pueblo de México.
También incluye haber compartido escenario y camino político con un liderazgo fuerte, un liderazgo con rumbo y con convicciones claras, un liderazgo con amor profundo por el pueblo, especialmente las personas que durante décadas, incluso siglos, fueron ignoradas, invisibilizadas, humilladas y hasta utilizadas
,añadió Vizcaíno.
Cierro mi ciclo y me voy contento
En su intervención, López Obrador dejó de lado el tono de despedida de quienes lo antecedieron:
Estamos muy contentos. Ya podría entregar la banda presidencial; tenemos que esperar un mes y días. Pero me voy muy contento. Ya cierro mi ciclo porque son bastantes años de lucha. Tengo muchas cosas que me llevo: el amor de muchos mexicanos y experiencias extraordinarias.
Y añadió: me llevo un récord. ¿Quieren que yo presuma? Bueno, en la historia moderna nadie, ningún presidente había logrado reducir la pobreza y la desigualdad
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Fue, en síntesis, la reivindicación de su política social, la cual tiene garantías de continuidad como lo ofreció Sheinbaum una vez más al reiterar el principio que se resume en: por el bien de todos, primero los pobres.
Un principio que no sólo resume una visión humanista de la política, sino que ademas, llevado a la práctica, da resultados y tenemos una economía creciente, una economía que da para todos y para todas.