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Caso Mayo y Güero: declaraciones a analizar

16 de agosto de 2024 00:03

Veintiún días después de la detención los presuntos líderes del cártel de Sinaloa, Ismael Mario Zambada García, alias El Mayo, y Joaquín Guzmán López, alias El Güero, hijo del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, supuestamente en Doña Ana County International Airport, Nuevo México; existen dudas por parte del gobierno de México, así como de periodistas y ciudadanos. Incluso en conferencias matutinas el Presidente ha mencionado que aún espera un informe detallado sobre el arresto.

Aunque al menos en México la falta de información parece persistir, instancias en Estados Unidos, como la FBI, la DEA, el Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Nacional pocas horas después de la detención emitieron mensajes tanto a través de sus cuentas en redes sociales como de sus sitios oficiales.

De acuerdo con versiones, las detenciones ocurrieron cerca de las 14 horas y para las 20:38 la FBI en X, en breve mensaje del director Christopher Asher Wray, afirmó que los arrestos de Zambada García y Guzmán López eran un ejemplo del compromiso de esta institución y de sus socios para desmantelar organizaciones delictivas trasnacionales como el cártel de Sinaloa.

Anne Melissa Milgram, directora de la DEA, aseveró que los arrestos eran un golpe al corazón del cártel que es responsable de la mayoría de las drogas, incluido el fentanilo y la metanfetamina, que matan a estadunidenses de costa a costa, que continuará buscando justicia para cualquier vida estadunidense que se pierda y trabajará incansablemente para prevenir más muertes innecesarias y perseguir a los responsables.

El fiscal general de EU, Merrick Brian Garland, comentó que las aprehensiones se suman a una lista cada vez mayor de líderes y asociados del cártel de Sinaloa a quienes el Departamento de Justicia está responsabilizando. Entre ellos se encuentran El Chapo; otro de los hijos de éste y supuesto líder del cártel, Ovidio Guzmán López, y el presunto sicario principal del cártel, Néstor Isidro Pérez Salas, El Nini.

Las detenciones se celebraron en los departamentos de inteligencia y seguridad en EU. Incluso el titular de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en un comunicado de prensa felicitó a los agentes y oficiales de Investigaciones de Seguridad Nacional y de la FBI cuyos años de trabajo, junto con otros en la comunidad policial, han desbaratado y desmantelado las operaciones de los cárteles en todo el mundo.

Las dudas que prevalecen en México parecen no ser compartidas en EU. ¿Por qué aquí las instancias de seguridad aún no tienen un informe detallado? ¿Podría significar este silencio la antesala de una ruptura con respecto al trabajo bilateral sobre próximas operaciones? ¿Cómo podría impactar la captura de El Mayo y El Güero para la siguiente administración federal?

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que el operativo no participó su gobierno, y podría decirse que lo tomó desprevenido, pero también afirmó que lo que hizo Washington fue injerencia y que ningún país debería sustraer ciudadanos, mencionando que de ser así “nosotros también podríamos ir a secuestrar a presuntos delincuentes a EU”.

Lo he mencionado y lo reitero: el líder del cártel de Sinaloa es un problema de seguridad nacional; sus declaraciones, ciertas o no, podrían poner en riesgo la seguridad y la gobernabilidad en México, pero la lista de posibles testigos ha crecido en los últimos años. A El Güero y a El Mayo hay que anexar al propio Chapo, a Ovidio Guzmán López, a Néstor Isidro Pérez Salas, a Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, y a Jesús Zambada García El Rey.

Una de las versiones que se ha mencionado es que el hijo de El Chapo traicionó y entregó al Mayo, a quien supuestamente había convocado a una reunión a la que también asistiría el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, quien según la fiscalía de este estado murió en un intento de robo en una gasolinera, casualmente el mismo día de la detención de los líderes narcotraficantes.

A 45 días de que López Obrador concluya su administración, este tema ha devenido en uno de los mayores problemas de la relación bilateral México-EU en combate al crimen organizado y seguramente habrá más sorpresas que buscarán convertirse en escándalos, pero hay que tener presente que en política nada es casualidad.

La relación entre México y EU es muy amplia y productiva en todos los ámbitos, por lo que conviene destacar que una buena coordinación basada en la amistad y la confianza será importante para continuar atendiendo las diversas agendas. Un conflicto entre ambos sólo daría como resultado que la delincuencia organizada se fortalezca.

*Consultor en seguridad, inteligencia, educación, religión, justicia y política



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