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Alto nivel de agua pone en riesgo presa Cerro Prieto, advierten expertos

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Vista aérea de la presa Cerro Prieto, en el estado de Nuevo León, tras la temporada de lluvia que recuperó los niveles de agua. Foto Tomada de X @samuel_garcias
12 de agosto de 2024 12:27

Monterrey, NL. El embalse de la presa Cerro Prieto en Linares, Nuevo León, rebasó los límites del Nivel de Aguas Máximas Ordinarias (NAMO), al contar actualmente con 319 millones de metros cúbicos, cuando su capacidad máxima es de 300, advirtió el ingeniero hidrólogo Alfredo González González.

Máxime, señaló el especialista, la presa se encamina a alcanzar el Nivel de Aguas Máximas Extraordinarias (NAME), que es de 393 millones de metros cúbicos, lo que pondría en riesgo a comunidades y pobladores de la zona.

Alfredo González González, quien participó en la construcción de la presa Cerro Prieto, ha admitido que el revestimiento de la misma no fue el adecuado, debido a la premura que se tenía para inaugurar la presa por el entonces Presidente José López Portillo, siendo el gobernador de Nuevo león, Alfonso Martínez Domínguez.

Mantener el embalse en estos niveles, que es ahora de 106 por ciento, podría implicar riesgos de desbordamientos e inundaciones en comunidades aledañas, advirtió el experto.

El embalse de la presa, ubicada en el municipio de Linares, tiene un llenado que preocupa debido a que no ha terminado la temporada de ciclones tropicales y los escurrimientos siguen.

“Ya deberían estar abriendo las compuertas. Yo ahorita estaría desfogando controladamente para llevar la presa a un 80 o 90 por ciento”, dijo el hidrólogo Alfredo González .

Tras ser desfogado del 19 al 30 de julio, Cerro Prieto todavía supera su “Nivel de Aguas Máximas Ordinarias” (NAMO), contando actualmente con 319 millones de metros cúbicos del vital líquido.

“Puede ser una negligencia o puede ser una política de operación, pero yo pienso que se están arriesgando mucho”, agregó González González.

Los desfogues de las presas deben hacerse de manera paulatina. No es recomendable sacar toda el agua de manera abrupta, dado que los ríos pueden desbordarse e inundar ejidos y ranchos.

Recordó lo sucedido al municipio de Anáhuac en julio del 2010, cuando la apertura de compuertas de la presa Venustiano Carranza provocó que el río Salado se sobrepasara, por lo que 18 mil personas tuvieron que ser evacuadas.

Tal como lo ha explicado la misma Comisión Nacional del Agua (Conagua), la delimitación de un NAMO, así como de un Nivel de Aguas Máximas Extraordinarias (NAME), les da a las autoridades un margen para desfogar los embalses y evitar riesgos.

Es por lo anterior que llama la atención que Cerro Prieto permanezca con agua de más de la que permite el NAMO cuando las otras dos grandes presas nuevoleonesas, “El Cuchillo” y “La Boca”, sí quedaron por debajo de este nivel tras ser desfogadas.

“Del NAMO sigue el NAME, el Nivel de Aguas Máximas Extraordinarias. Esa región es la que a nosotros nos permite operar eventos hidro meteorológicos extremos.

“Es por eso que las políticas de operación de las presas establecen este tipo de desfogues para tener esa región entre el NAMO y el NAME libre, que nos podría llegar a amortiguar”, explicó al respecto Luis Carlos Alatorre Cejudo, director del Organismo de Cuenca Río Bravo de la Conagua.

Inclusive, Alatorre Cejudo admitió que era primordial mantener la región entre el NAMO y el NAME libre durante la temporada de lluvias, puesto que se estima que habrá hasta 25 fenómenos hidro meteorológicos en el Océano Atlántico este año.

“Imagínate que otra vez nos llegue otro Alberto. Aproximadamente, se estima que va a haber 25 fenómenos en el Atlántico. Vienen los meses de lluvia más significativos para Nuevo León, y no se diga un evento extraordinario”, agregó Alatorre Cejudo.

Aunado a esto, el pasado 16 de julio, el excedente de Cerro Prieto –a diferencia del de El Cuchillo y “ La Boca”–, acaba en las aguas saladas de la Laguna Madre, dejando de ser apto para consumo humano.

Aunque esto se trata de una operación regular, que tiene que ver con el movimiento natural del agua, una razón por la que el embalse linarense está rebosante es porque, hasta la fecha , no ha aportado ni una sola gota de agua a la ciudad en más de 50 días.

Todavía continúan en curso las reparaciones correspondientes a la inundación de la Planta de Bombeo Número Dos y la tercera explosión de una tubería, que tenía cinco años pendiente de arreglarse. “El agua va a ir al mar; ese es el movimiento natural.

Al momento que nosotros hacemos una presa, cortamos el movimiento del agua para poder usarla”, expuso el hidrólogo Víctor Hugo Guerra.

Sin embargo, los especialistas también apuntan que seguramente los daños que presenta la Planta de Bombeo Número Dos de Cerro Prieto son tan graves que podrían requerir hasta tres meses de reparaciones, para volver a surtir de agua potable a la zona metropolitana de Monterrey.

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