Río de Janeiro. La inflación en Brasil repuntó 0.38 por ciento en julio y alcanzó 4.50 por ciento en 12 meses, mostraron datos oficiales publicados el viernes en la mayor economía de América Latina.
Los precios habían aumentado en junio 0.21 por ciento y el dato anual había marcado 3.93 por ciento, de acuerdo con el instituto oficial de estadísticas, IBGE.
La subida del transporte (1.82 por ciento) incidió en particular en el repunte en julio pasado del Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA), de referencia para medir el comportamiento de los precios.
Dentro de ese grupo, se dispararon los precios de la gasolina (3.15 por ciento) y los pasajes aéreos, con un incremento de 19.39 por ciento.
También impactaron el incremento de la tarifa de la energía eléctrica residencial (1.93 por ciento) y de la vivienda (0.77 por ciento).
Los precios del grupo de alimentos y bebidas, por su parte, se redujeron uno por ciento.
“En julio tenemos vacaciones escolares, lo que contribuyó al aumento de los pasajes aéreos. Además, ese mes comenzó a aplicar la bandera tarifaria amarilla para la electricidad residencial”, que ajusta los precios en función de las condiciones más o menos favorables para la generación de energía en el país, destacó André Almeida, gerente del IPCA, en un comunicado.
La inflación de julio estuvo levemente por encima de las previsiones del mercado, que anticipaban 0.35 por ciento, de acuerdo con el promedio de las proyecciones de 41 instituciones financieras y consultoras encuestadas por el diario económico Valor.
La inflación a 12 meses en julio toca así el techo de la meta del Banco Central de Brasil, de 3 por ciento con un margen de tolerancia de 1.5 puntos porcentuales hacia abajo o arriba.
El mercado espera una inflación de 4.10 por ciento para este año, según el último boletín Focus del Banco Central, publicado la semana pasada.
El incremento de la inflación fue uno de los argumentos que esgrimió la semana pasada el Comité de Política Monetaria del Banco Central para mantener sin cambios su tasa de interés de referencia en 10.5 por ciento por segunda vez consecutiva, tras interrumpir un ciclo de siete recortes seguidos desde agosto de 2023.
La decisión fue una mala noticia para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien desde que llegó al poder en 2023 ha presionado por el descenso acelerado de las tasas para impulsar el crecimiento.