París. Rusia y Argelia se enfrentaron este miércoles en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, después de que Moscú sacara a relucir una polémica sobre el género en el boxeo olímpico durante una reunión del organismo centrada en la mujer, la paz y la seguridad.
El embajador adjunto ruso ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, acusó a los países occidentales de monopolizar el movimiento olímpico y de imponer "agresivamente" al resto del mundo una agenda LGBT que, en su opinión, perjudica los derechos y la dignidad de las mujeres.
"En los Juegos Olímpicos de París las boxeadoras están siendo sometidas públicamente a violencia (por) atletas que previamente no habían superado las pruebas hormonales realizadas por la federación internacional de boxeo y que, según la federación y según el sentido común, son hombres", afirmó. "Esto es absolutamente repugnante".
Imane Khelif y Lin Yu-ting, representantes de Argelia y Taiwán, quedaron fuera de los Campeonatos del Mundo de 2023 después de que la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) dijera que una prueba de cromosomas sexuales había dictaminado que no eran elegibles.
Pudieron participar en París 2024 después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) despojara a la IBA de su condición de organismo rector de este deporte en 2023 y tomara el control de la competencia en la capital francesa.
El COI dice que son mujeres y afirma que la IBA está sumida en la opacidad financiera y comprometida por sus vínculos con los dirigentes rusos.
El diplomático argelino Toufik Koudri rechazó enérgicamente las declaraciones de Polyanskiy.
"La valiente boxeadora Imane Khelif nació mujer. Ha vivido su infancia, su educación y su adolescencia como mujer. Ha practicado deporte como una mujer de pleno derecho", declaró ante el consejo de 15 miembros. "No hay ni un ápice de duda al respecto, salvo para quienes tienen una agenda política".