El temor a una recesión en Estados Unidos se combinó con movimientos especulativos de grandes inversionistas que por años aprovecharon tasas de interés cercanas a cero en Japón para obtener grandes ganancias en los mercados accionarios y cambiarios, y las alertas máximas se encendieron ayer ante el derrumbe de los mercados bursátiles y de divisas, principalmente emergentes.
Aunado a lo anterior, el escalamiento de las tensiones geopolíticas exacerbó el nerviosismo de los inversionistas.
El epicentro de la volatilidad de los mercados globales fue Japón, en un contexto marcado por el reajuste de operaciones de carry trade a escala internacional, por lo cual las principales bolsas del mundo terminaron a la baja.
Durante años, los inversionistas pidieron prestados yenes a tasas de interés ínfimas y utilizaban esos créditos como forma de apalancamiento. Los inversionistas podían convertir estos yenes a dólares estadunidenses u otras monedas para comprar acciones y divisas y así obtener enormes ganancias. A esta estrategia se le conoce como carry trade, y nuevamente las tasas bajas lo hicieron posible.
La semana pasada el Banco de Japón aumentó las tasas de interés para controlar la inflación y se espera que continúe haciéndolo. El mercado no cree que la economía japonesa pueda manejar tasas más altas, ya que éstas han estado cerca de cero durante décadas, explicaron analistas.
Tras esta acción, el fuerte aumento del yen japonés frente al dólar estadunidense ha provocado un repunte de ventas, ya que los especuladores que habían pedido dinero prestado a la tasa de interés casi nula de Japón para comprar activos de riesgo estadunidenses han estado liquidando sus tenencias; de ahí que los mercados accionarios registraron pérdidas.
Acciones palidecen
El origen de la volatilidad de este lunes estuvo en el índice Nikkei 225 de Japón, que se desplomó 12.4 por ciento, su peor día desde 1987. Fue la primera oportunidad para los operadores en Tokio de reaccionar al informe del viernes sobre el empleo en Estados Unidos, donde el ritmo de contrataciones disminuyó en julio mucho más de lo que tenían previsto los economistas.
La pantalla del edificio de la Bolsa Mexicana de Valores muestra las cotizaciones del dólar y del yen tras la caída del mercado bursátil de Japón. Foto Pablo Ramos
Tras este informe, el mercado consideró aún más probable que la Reserva Federal será más determinante en la disminución de las tasas de interés en septiembre, pues se teme que el aterrizaje de la economía estadunidense no será tan suave como se pronosticó, sino más brusco por los altos réditos que se aplicaron para paliar la inflación, que llegó a superar 9 por ciento.
El S&P 500 perdió ayer 3 por ciento, para terminar en 5 mil 186.33 puntos, su mayor caída desde septiembre de 2022, y registró mínimos desde mayo de 2022.
El tecnológico Nasdaq cayó 3.38 por ciento, a 16 mil 208.38 enteros. Los índices accionarios redujeron las bajas, luego de que el indicador mensual de los servicios de Estados Unidos superó levemente los pronósticos de su repunte a zona de expansión (50 puntos). Algunas de las empresas más grandes del mercado de valores vieron caer sus acciones.
En tanto, el índice VIX, también conocido como el índice del miedo, tocó su nivel más alto desde la pandemia, al subir más de 40 por ciento durante la sesión.
El VIX es un Índice de volatilidad en tiempo real diseñado por el Chicago Board Options Exchange y sirve para medir las expectativas del mercado.
El petróleo retrocedió este lunes en una sesión volátil en la cual una brusca baja de los mercados bursátiles mundiales se vio contrarrestada por el temor a que las represalias de Irán por el asesinato de un líder de Hamas en Teherán puedan provocar a una guerra más extendida en Medio Oriente.
En tanto, los futuros del crudo Brent bajaron 0.66 por ciento, a 76.30 dólares el barril, tras cotizar cerca de mínimos desde enero. El crudo estadunidense West Texas Intermediate (WTI) perdió 0.79 por ciento y terminó en 72.94 dólares. La mezcla mexicana cerró en 67.87 dólares por barril.