Jerusalén. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se enfrenta a la molestia dentro y fuera de Israel por su gestión de las conversaciones sobre el alto el fuego en Gaza, que han fracasado, al tiempo que crece el temor de que la crisis pueda desembocar en una guerra con Irán, según tres funcionarios israelíes.
Las divisiones entre Netanyahu y el Ministerio de Defensa sobre el acuerdo, que podría contribuir a apaciguar la escalada de la crisis que amenaza con sumir a Oriente Medio, también han aflorado en declaraciones públicas y a puerta cerrada, en airadas conversaciones filtradas el sábado a la prensa israelí.
En las últimas cuatro semanas, tres funcionarios israelíes, uno del equipo negociador y dos que conocen de cerca las conversaciones, han expresado su preocupación por que la política esté minando las posibilidades de llegar a un acuerdo.
"La sensación es que el primer ministro está evitando tomar una decisión sobre el acuerdo y no está presionando con toda su fuerza", dijo uno de los funcionarios a Reuters el domingo.
Algunos de los socios de extrema derecha de la coalición de Netanyahu han amenazado la estabilidad del Gobierno en caso de que la guerra termine antes de que Hamas sea derrotado.
Netanyahu ha afirmado en repetidas ocasiones que la liberación de los 115 rehenes que permanecen retenidos en Gaza desde el asalto a Israel dirigido por Hamás el 7 de octubre, era una prioridad absoluta.
Pero la cuestión se ha vuelto más urgente, ya que la guerra en Gaza amenaza con convertirse en un conflicto regional más amplio, tras la dramática intensificación de la tensión entre Israel e Irán durante la semana pasada.
Los atacantes del 7 de octubre mataron a mil 200 personas y capturaron a más de 250, según los recuentos israelíes. Las autoridades sanitarias de Gaza, dirigidas por Hamás, afirman que más de 39 mil palestinos han muerto desde entonces en los combates en el enclave costero densamente poblado.