En silla de ruedas, el narcotraficante mexicano Ismael El Mayo Zambada enfrentó ayer su segunda comparecencia en un tribunal federal de Texas, tras haber sido detenido la semana pasada.
Su próxima audiencia está programada para el 9 de septiembre. Sus abogados se negaron a hacer comentarios tras la breve diligencia, que presidió la jueza federal de distrito Kathleen Cardone.
El Mayo, de 76 años, llevaba una pulsera de hospital. Está detenido sin derecho a fianza y se declaró no culpable durante una audiencia la semana pasada, a la que también asistió en silla de ruedas.
Antes de la sesión, la fiscalía presentó una moción ante el distrito judicial para declarar este caso como complejo
, un recurso que evita un juicio rápido.
Los fiscales alegan que los cargos contra Zambada se relacionan con un proceso de 2012 en un gran jurado contra 24 miembros del cártel de Sinaloa.
De ese expediente surgen las siete acusaciones contra El Mayo: delincuencia organizada, dos acusaciones por tráfico de cocaína y mariguana; lavado de dinero; posesión de armas de fuego; homicidio agravado y actividades criminales continuadas por décadas.
La audiencia de este jueves incluyó discusiones sobre si Zambada debería ser juzgado con los otros acusados o por separado.
De esos acusados, Estados Unidos ha logrado la extradición de algunos y ha conseguido sentencias.
En la audiencia del jueves, la jueza Cardone preguntó a Zambada si estaba al tanto de que tener al mismo abogado que su hijo, Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, pudiera representar un conflicto de interés. El Mayo respondió que sí.
El Vicentillo fue extraditado a Estados Unidos en 2010 y llegó a un acuerdo de cooperación con las autoridades. Con una sentencia de 15 años de prisión, fue excarcelado en 2021 y se supone que es testigo protegido. Su abogado, Frank Pérez, es el mismo de El Mayo.
La corte de distrito fijó el 11 de septiembre como plazo para un posible acuerdo entre El Mayo y los fiscales, aunque la fecha puede moverse.
Zambada, antiguo líder del cártel de Sinaloa, eludió a las autoridades durante décadas hasta que un avión en el que iba a bordo junto con Joaquín Guzmán López, hijo del notorio capo mexicano Joaquín El Chapo Guzmán, aterrizó en un aeropuerto cercano a El Paso el 25 de julio.
Ambos hombres fueron arrestados y permanecen encarcelados. Guzmán López, de 38 años, se declaró no culpable el martes de cargos de narcotráfico y otros delitos ante un tribunal federal de Chicago.
Aún es muy poco lo que se conoce sobre los detalles de ese viaje.
Se pensaba que Zambada participaba más en las operaciones cotidianas del cártel que su líder más conocido, El Chapo, quien fue sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos en 2019.
Zambada tiene procesos en su contra en varios estados de Estados Unidos, entre ellos Nueva York y California. Los fiscales presentaron una nueva acusación contra él en la Urbe de Hierro en febrero, en la que lo describieron como el principal líder de la empresa criminal responsable de importar enormes cantidades de narcóticos a EU
.
(Con información de Ap)