La compositora y pianista de jazz Olivia Revueltas Peralta, una de las grandes figuras de la cultura nacional contemporánea, falleció este viernes a los 73 años en la Ciudad de México.
La noticia fue confirmada en redes sociales por su hijo el guitarrista Julio Revueltas, quien asimismo informó que las exequias se realizarán a partir de las 22 horas de este mismo día en la funeraria J García López, sucursal Prim (General Prim 57, colonia Juárez).
Hija del gran escritor José Revueltas y sobrina del compositor Silvestre Revueltas, la maestra fue una artista combativa y comprometida, que se destacó por su personalidad intensa y vehemente, acorde con su linaje familiar. Revueltas, al fin y al cabo.
Nació en la ciudad de México, el 17 de julio de 1951 y a la edad de 23 años comenzó sus estudios autodidactas, específicamente de jazz, para iniciar su carrera profesional en 1978.
En la década de los 80 del siglo pasado, creó y digirió en Casa del Lago el ciclo Jazz de 5 a 7, que se mantuvo durante siete años y a través del cual logró el registro sonoro de las figuras más importantes del jazz mexicano de la época.
Según una semblanza familiar, en 1988 se unió a una huelga de hambre en el Zócalo capitalino que duró 10 días, en apoyo a un grupo de campesinos indígenas al que buscaban despojar de sus tierras, logrando una audiencia con el entonces presidente Miguel de la Madrid.
El 2 de octubre de ese mismo año, “ante las consecuencias de esa huelga”, decidió “autodesterrarse” y vivir en Estados Unidos, donde permaneció durante 25 años.
El humanismo no sólo era una premisa esencial en la vida de Olivia Revueltas, sino también en su forma de entender e interpretar el jazz, como lo reafirmó en una entrevista con este diario.
“Procuro que mi música sea profunda, que proyecte o exprese con sinceridad los sentimientos verdaderos que atraviesan el alma. Por la cultura que tiene México y las cosas tan desgarradoras que en él suceden, uno no puede hacer de lado la condición humana”, dijo en mayo de 2000.
“No hay necesidad de explicar nada; a la gente se le llega o no se le llega, ella se identifica o no se identifica. Decía Beethoven: ‘Si es algo del corazón, llegará al corazón’; es algo ineludible”.