no sirve para nada, pero es una lectura equivocada: ¡claro que es útil!, aunque no para lo que supuestamente fue creada en 1948 (
integración, diálogo multilateral, democracia y paz), porque desde su fundación, Estados Unidos la ideó y convirtió en su instrumento para el férreo control continental y responder y cuidar, exclusivamente, a sus órdenes e intereses. Y abundan ejemplos de ello.
Si a lo largo del tiempo la OEA hubiera actuado como establece su carta fundacional, millones de latinoamericanos habrían evitado golpes de Estado, invasiones, intervenciones, represión, tortura, asesinatos, desapariciones, violación de derechos humanos y mucho más, en el entendido de que en toda América Latina esas barbaridades fueron promovidas, ejecutadas y financiadas por el gobierno estadunidense, sea directamente o por medio de sus títeres, siempre ante los ojos y con el aval de esa respetable
organización dedicada a promover la democracia, la paz y los derechos humanos
.
Pero hay de golpes a golpes de Estado: para no ir más atrás en la historia, en noviembre de 2019 Estados Unidos y sus hordas autóctonas tumbaron
a Evo Morales e impusieron a su marioneta Jeanine Áñez (hoy en la cárcel), y más tardó en concretarse el procedimiento
que la OEA en aplaudir y avalar el operativo; lo mismo en Perú (diciembre de 2022), donde defenestraron a Pedro Castillo, presidente constitucional, e instalaron a Dina Boluarte. La ovación de la democrática
organización continental – made in USA– se escuchó nítidamente en la Casa Blanca, no así cuando el putsch se lo aplicaron a Hugo Chávez en abril de 2002, pero se les apestó. Eso sí, en 2019, más rápido que una saeta, el impresentable Luis Almagro reconoció
al hipercorrupto Juan Guaidó como presidente
de Venezuela y avaló la catarata de sanciones que Estados Unidos impuso a esa nación.
Más reciente, tras los acontecimientos electorales del pasado domingo en Venezuela, de inmediato la OEA movió sus hilos para condenar a Nicolás Maduro acusándolo de fraude
y, respondiendo a los intereses de la Casa Blanca –con sus títeres machados y guarimberos–, convocó a una reunión extraordinaria
de sus integrantes para condenar el fraude del dictador
y tomar las medidas necesarias
, aunque se le olvidó un pequeño detalle: desde 2019, esa nación sudamericana no pertenece a la democrática
organización. De cualquier suerte, se le apestó al boina verde y siempre injerencista Luis Almagro –en la nómina de la Casa Blanca– y a sus marionetas, al no lograr la mayoría requerida. La ausencia de las representaciones de México, Brasil y Colombia impidieron el enjuague.
Por el contrario, ayer se enlazaron telefónicamente los presidentes López Obrador, de México, Lula da Silva, de Brasil, y Gustavo Petro, de Colombia, con el objetivo de apoyar los esfuerzos de diálogo
para resolver la crisis poselectoral que vive Venezuela. “En un comunicado, se informó que los tres mandatarios urgieron a que se respete la soberanía de la nación bolivariana –ante los intentos injerencistas desde el exterior–, exhortaron a evitar la violencia y llamaron a las autoridades electorales venezolanas a avanzar con celeridad en torno a la resolución de la reciente elección presidencial” ( La Jornada, Emir Olivares y Laura Poy).
Convocaron a los actores políticos y sociales involucrados en la crisis a la máxima cautela y moderación en sus manifestaciones y eventos públicos, a fin de evitar una escalada de episodios violentos. Mantener la paz social y proteger las vidas humanas deben ser la prioridad. Llamaron a las autoridades electorales a avanzar con celeridad y hacer pública la información desagregada por mesa electoral. Las controversias del proceso electoral deben resolverse por medios institucionales. El principio fundamental de la soberanía popular debe respetarse mediante una verificación imparcial de los resultados
( ídem).
En vía de mientras, ayer el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela convocó a todos los candidatos de las pasadas elecciones a que hoy se presenten para iniciar un proceso de verificación de votos.
Las rebanadas del pastel
¿Por qué Elon Musk está muy preocupado
por Venezuela ? Simple: porque la golpista María Corina Machado le prometió entregar los yacimientos de litio, coltán y torio y la Estación Terrena de Control Satelital para que haga operaciones satelitales; ¡quiere todo!
(Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela). Entonces, así o más demócrata
el magnate.
Twitter: @cafevega