Madrid. Si sale adelante el “preacuerdo”, para lo que todavía hay pendientes varios pasos parlamentarios y judiciales, Cataluña tendrá una caja fiscal propia, independiente, al margen del resto de las comunidades autónomas del país y con la que cumplirá una de las aspiraciones históricas del nacionalismo: que lo que se recaude en Cataluña se quede ahí. El contenido del pacto, del que sólo se conocen los detalles ofrecidos por los dirigentes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), fue avalado con júbilo por el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, quien incluso se confesó “feliz” y “satisfecho” por un pacto que “es un paso en la federalización de nuestro Estado autonómico”.
ERC y el Partido Socialista de Cataluña (PSC), con el apoyo del gobierno central, acordaron la creación de una especie de “concierto autonómico” catalán, similar al que tienen desde 1978 el País Vasco y Navarro, que en su día se aprobó en el referendo constitucional. El preacuerdo también permitirá que los diputados en el Parlamento catalán de ERC voten a favor de la investidura del socialista Salvador Illa, el candidato más votado en las elecciones del pasado 12 de mayo pero que sigue sin poder someterse a la sesión de investidura por falta de apoyos.
La salida de Cataluña de la caja común de las finanzas públicas españolas supondrán alrededor de un 25 por ciento menos de ingresos en las cuentas centrales y, por tanto, una merma en las redistribuciones de los recursos, sobre todo en las regiones más desfavorecidas, como son las Islas Canarias, Extremadura, Andalucía y Galicia. De ahí que ante el acuerdo y su transformación de raíz del Estado autonómico español se alzaron voces críticas, incluso entre las filas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que ven que con esta decisión se inicia la demolición definitiva de la estructura del Estado creada en la transición a la democracia y tras la aprobación de la Constitución de 1978.
El “preacuerdo” será sometido a votación entre los militantes de ERC, algo más de nueve mil personas, que decidirán este viernes si autorizan a su cúpula directiva llevar a cabo el pacto y, sobre todo, dar su respaldo como presidente de la Generalitat al socialista Illa.