Ciudad de México. A pocos minutos de subir al escenario del Teatro Rodolfo Usigui para encarnar a La virgen loca, el primer actor Alejandro Camacho se toma unos minutos para conversar con La Jornada; el histrión menciona que esta nueva etapa de la puesta ahí va, seguimos en la guerra, porque el teatro es la guerra y seguir en ella es un aliciente para mi espíritu. El arte es mi pretexto para ponerme a prueba.

Para Alejandro Camacho: de alguna manera el arte te da una perspectiva diferente a la realidad más cruda que se vive. A mí primero me cambió la vida y después me ha acompañado, no me ha permitido desprenderme de él. Tengo muchos años ejerciendo mi profesión y siempre trabajar para el público ha resultado una retroalimentación muy fuerte que agradezco profundamente. Me complace seguir vivo y además continuar actuando. No, la fama ya no importa.

Camacho agregó que el día a día nunca es el mismo, y como actor tienes que estar abierto a todas las expectativas, las dudas, críticas y opiniones para seguir nadando en el Canal de la Mancha.

Partiendo de la idea de Ionesco de que el actor siempre es el mismo ,nada más que a veces se le pone sombrero y otras veces se lo quitan o algunas lleva barba y otras no, nuestro entrevistado responde a si él se ha autocitado actoralmente sobre el escenario: Pienso que enmascararme se trata de desenmascararse, el texto de un autor contemporáneo, clásico o romántico, sólo es el pretexto para quitarte las máscaras y quitárselas a la sociedad. El hecho teatral es lo más importante de entablar un diálogo con el público, si no ocurre esa comunión no se da el hecho teatral, pero cuando sucede es maravilloso e incomparable.

Alejandro Camacho refiere: actuar es muy fácil, únicamente tienes que salir al escenario y morirte.

Específicamente sobre la obra La virgen loca, Camacho mencionó que “es una tragicomedia, es un bululú (cuando un actor interpreta a varios personajes), y ha sido una fiesta teatral donde la tragedia se convierte en comedia y viceversa, o sea la vida misma”.

Le preguntamos a Alejandro Camacho cómo se desprende de un personaje para entrar a otro, él menciona que la escuela y la disciplina, el método, el talento, el jugártela y la suerte es lo que procuro. El azar también juega un papel muy importante, porque igual se va la luz o una noche te asaltan o roban la taquilla. La relación entre el público y el actor es muy móvil, no es fija, sino impredecible.

La virgen loca fue escrita por el dramaturgo, actor y director veracruzano Hosmé Israel. Durante más de 40 años, su autor interpretó esta obra en su natal Xalapa, obteniendo incluso un récord Guinness. Esta obra, la única escrita por Hosmé, está imbuida del espíritu de la comedia del arte, señala Alejandro Camacho. Nos habla desde el humor sobre la vida y la muerte, la luz y la oscuridad, el amor, el fracaso, la alegría, la esperanza y la desesperación. Con disciplina y entrega Camacho se funde como actor y personaje para contarnos la vida de una solterona esencialmente sola, espiritual y torturada al mismo tiempo. El sagaz espectador conocerá a un ser profundamente teatral, que solamente puede existir en su hábitat natural: el teatro.

Alejando Camacho agrega: el teatro es el elemento natural que tenemos los artistas para poder expresar nuestras ideas, eso es lo más importantes para representar la realidad o un sueño.

Sin ponerle fecha de caducidad, Alejandro Camacho menciona que estará en el Teatro Usigli con La virgen loca “hasta que Dios me dé más fuerzas y vida ahí me estacionaré un rato para que el público venga a gozar de la tragicomedia, porque aquí soy un onnagata, un actor que representa los personajes femeninos, pero de alguna manera la experiencia que he tenido al interpretar Jean Genet me ha llenado mucho de estos conceptos de transformación, teatralidad y ceremonia para poder no ser una mujer sino representarla. Esta obra es la femineidad sin mujer. Claro, la interpreto con todo respeto, desde el punto de vista de la obra a una mujer”.

La virgen loca con Alejandro Camacho se presenta en el Teatro Rodolfo Usigli, cerrada Eleuterio Mendez 11- BIS, San Mateo, Coyoacán. Funciones sábados y domingos 19 y 18:30 horas, respectivamente.