Ciudad de México. En el contexto del comienzo de los Juegos Olímpicos de París, Francia 2024, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) aseguró que el deporte es un camino de unidad, humanidad y construcción de paz.
En un mensaje Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM y Ramón Castro, obispo de Cuernavaca y secretario general del organismo episcopal expresaron también su respaldo a los atletas mexicanos que participarán en la justa deportiva.
“Nos unimos, con profunda admiración y respeto, a cada uno de los deportistas mexicanos que participarán en este encuentro deportivo mundial. Les aseguramos nuestra cercanía, cariño y oración.”
Añadieron que “el deporte es una actividad humana llena de sentido y virtud. Con éste, el ser humano desarrolla y trabaja a un mismo tiempo todos sus talentos, tanto físicos como espirituales.
“Supone no sólo el dominio de habilidades personales, sino también relacionales, pues implica la asimilación de contextos sociales, reglas, autoridades, así como del manejo de tiempos y movimientos.”
Añadieron que el deporte conlleva ejercitarse, prepararse, plantearse metas y fines, en una dinámica de cuidado propio y de los demás competidores, pero también exige constancia, perseverancia, sabiduría y gracia.
“No es solamente el dominio, fortaleza y habilidades corporales. Es una actividad que requiere el manejo positivo y conjunto de nuestras facultades más humanas: la inteligencia, nuestra voluntad y pasiones, la memoria y la imaginación, así como el necesario sentido de la concreción y síntesis.”
Sostuvieron que “es urgente comprender el deporte como un camino educativo fundamental para la formación humana de nuestra niñez, adolescencia y juventud, así como el desarrollo de las artes, la religión y el escultismo, entre otros.”.
Gracias a todas estas actividades humanas, “la persona entra en una dinámica de superación constante, de consolidación de relaciones pacíficas y, sobre todo, le permite que emerja todo lo que hay de noble, verdadero y bueno en ella.”
Los jerarcas expusieron su profunda alegría ante estos Juegos Olímpicos París 2024 “y los reconocemos como una oportunidad para demostrarnos que, como humanidad, es posible vivir dignamente en medio de nuestras diferencias, haciendo a un lado los conflictos y construyendo relaciones de fraternidad, de paz.”
Remarcaron que los Juegos Olímpicos siempre han sido espacios de pluralidad, solidaridad humana, disciplina y grandeza. “Abrazan, en un mismo acontecimiento, los esfuerzos de deportistas, entrenadores, espectadores, organizadores y gobiernos, evitando toda exclusión de raza, lengua, estatus social, religión.
“El deporte, así como la fe, nos muestra lo dinámico de nuestra vida.“
El posicionamiento también está signado por Faustino Armendáriz Jiménez, arzobispo de Durango y presidente de la Comisión para la Pastoral Profética de la CEM y Alfonso Cortés, arzobispo administrador apostólico de León y responsable de la Dimensión para la Cultura y la Educación de la CEM.