Una caja de cartón del tamaño de la mitad de una barra de pan tenía una etiqueta de envío que declaraba su contenido: "adaptador". Fue entregado en octubre a un periodista de Reuters en Ciudad de México.
No había ningún adaptador dentro del paquete. En cambio, sellado en una bolsa metálica de Mylar, había un frasco de plástico que contenía un kilogramo de 1-boc-4-piperidona, un polvo pálido que es un ingrediente central del fentanilo. Fue suficiente para producir 750 mil comprimidos de la mortal droga.
Una periodista de Reuters había encargado el producto químico seis semanas antes a un vendedor en China. La asistente de ventas, "Jenny", utilizó una foto de una actriz china como avatar en pantalla. El precio era de 440 dólares, pagaderos en bitcóin, con envío aéreo incluido.
"Podemos enviar de manera segura a México", escribió Jenny en español en la plataforma de mensajes cifrados Telegram en julio de 2023, cuando la periodista preguntó por primera vez sobre el químico. "Nadie sabe qué enviamos".
Transacciones como esta son parte de la mayor perturbación en el tráfico mundial de narcóticos desde que comenzó la guerra contra las drogas hace medio siglo. La fabricación de fentanilo, el opioide sintético que mata a decenas de miles de estadounidenses al año, se ha convertido en una industria global infinitamente inventiva y despiadadamente eficiente.
El comercio depende de sustancias químicas conocidas como "precursores", que son los ingredientes esenciales de la droga. Los compuestos llamados piperidinas son el núcleo de la estructura del fentanilo. Otros precursores proporcionan los componentes básicos restantes. Combinados mediante reacciones químicas, estos precursores crean una droga 50 veces más fuerte que la heroína.
El problema para los reguladores es que muchas de las mismas sustancias químicas utilizadas para fabricar fentanilo también son cruciales para industrias legítimas, desde perfumes y medicinas a caucho y tintes. Restringirlos estrictamente alteraría el comercio global. Y debido a la potencia del fentanilo, incluso pequeñas cantidades de estos precursores pueden producir grandes cantidades de pequeñas píldoras mediante un proceso de fabricación simple, lo que hace que los ingredientes, el producto final y la cadena de suministro sean fáciles de ocultar a las autoridades.
Cualquier persona con un buzón de correo, una conexión a internet y moneda digital para pagar la cuenta puede obtener estos químicos, encontró una investigación de Reuters.
Para saber cómo funciona esta industria global, los periodistas realizaron múltiples compras de precursores durante el año pasado. Aunque algunas de las ventas resultaron ser estafas, el equipo logró comprar 12 productos químicos que podrían usarse para fabricar fentanilo, según químicos independientes consultados por Reuters.
La mayoría de los productos llegaron sin problemas como cualquier otro paquete de pedido por correo. El equipo también adquirió ingredientes secundarios utilizados para procesar los precursores esenciales, así como el equipo básico, lo que le proporcionó todo lo necesario para producir fentanilo.
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Los principales precursores que compró Reuters habrían producido suficiente fentanilo en polvo para fabricar al menos tres millones de tabletas, con un valor potencial en la calle de tres millones de dólares, una estimación conservadora basada en los precios citados por las agencias policiales estadounidenses en informes publicados durante los últimos seis meses.
El coste total de los productos químicos y equipos que compró Reuters, pagado principalmente en bitcóin: 3,607.18 dólares.
Convertir estos precursores en fentanilo habría requerido sólo modestas habilidades de laboratorio y conocimientos básicos de química. Un cocinero mexicano de fentanilo que abandonó la escuela a los 12 años dijo a Reuters que aprendió el oficio como aprendiz en un laboratorio ilegal.
"Es como hacer un caldo de pollo", dijo el cocinero independiente basado en el estado occidental Sinaloa, sede del poderoso cártel homónimo. "Es facilísimo crear esa droga", agregó.
Los reporteros de Reuters no fabricaron fentanilo, no tenían intención de hacerlo y organizaron la destrucción segura de los productos químicos y otros materiales que compraron. También siguieron la orientación de abogados antes de realizar las compras en un esfuerzo por garantizar el cumplimiento de la ley. Reuters oculta instrucciones detalladas y otra información que podría ayudar a sintetizar el fármaco.
Los actores dominantes en el comercio ilícito de opioides –los cárteles mexicanos que fabrican la mayoría de las drogas y las introducen de contrabando en Estados Unidos – han sido objeto de informes detallados a lo largo de los años.
Ahora, como la primera organización de noticias en comprar y probar los ingredientes esenciales del fentanilo, Reuters ha penetrado en la subindustria oculta que hace posibles las operaciones del cártel: la cadena de suministro internacional de precursores químicos.
El negocio del fentanilo es en gran medida un sistema comercial entre tres naciones: Estados Unidos, el mayor consumidor; México, el fabricante, y China, el proveedor de materia prima de la droga ilícita.
La investigación de Reuters ha revelado los nombres de los vendedores chinos, los métodos que utilizan para enviar sus productos químicos a Norteamérica y cómo estos paquetes evaden las inspecciones aduaneras en México y Estados Unidos.
La facilidad con la que los periodistas compraron los productos químicos y los equipos para fabricar drogas expone los agujeros en el marco regulatorio mundial y muestra cómo las fuerzas del orden se están poniendo al día en medio de una profunda transformación del mercado de opioides.
Con solo tocar el teléfono inteligente, los vendedores chinos envían precursores de fentanilo, a veces etiquetados falsamente como dispositivos, cosméticos y otros productos mundanos. Estos paquetes se cargan en aviones llenos de cajas de apariencia casi idéntica de exportaciones baratas que salen de China por miles de millones cada año.
Los principales destinos son los aeropuertos de México y Estados Unidos, donde los paquetes llenos de precursores suelen pasar por la aduana con otras mercancías, dijeron las autoridades en ambos países. No hay necesidad de enviar voluminosos barriles de productos químicos y navegar por la complicada logística de llevarlos a tierra, como es el caso de drogas como la metanfetamina.
"El juego es diferente ahora", dijo Christopher Landberg, subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado de Estados Unidos. La cadena de suministro es "más difícil de rastrear, es más difícil perseguirla" y el fentanilo en sí es "mucho más mortal", afirmó.
Este flujo está alimentando niveles alarmantes de producción, adicción y muertes de fentanilo. La droga es la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 45 años, según la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
El año pasado, casi 75,000 personas murieron por sobredosis de opioides sintéticos, principalmente fentanilo. Si bien esa cifra es aproximadamente un 2% menor que en 2022, ninguna otra droga ilícita se acerca al número de víctimas del fentanilo.
El presidente Joe Biden ha hecho de la lucha contra las cadenas de suministro ilícitas de fentanilo una prioridad de su administración. Un elemento clave de este esfuerzo ha sido el procesamiento. El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) ha acusado a al menos una docena de proveedores químicos chinos desde mediados de 2023.
Pero al menos tres de esos operadores siguieron en el negocio y vendieron precursores a Reuters meses después de que fueron acusados. Una de ellas fue la empresa de Jenny, que envió a Reuters el kilo de 1-boc-4-piperidona.
En charlas mientras organizaba la venta, se burló de la represión estadounidense. "Somos una empresa poderosa", escribió Jenny en julio de 2023. "Este incidente no tiene ningún impacto en nosotros", agregó.
En una declaración escrita, el portavoz del Departamento de Justicia, Wyn Hornbuckle, dijo que el DOJ y la DEA "continuarán investigando y procesando agresivamente cada eslabón de la cadena de suministro de fentanilo, incluidas las compañías químicas y los ejecutivos de la República Popular China que suministran los ingredientes utilizados para fabricar esta droga mortal".
Un alto funcionario de la Casa Blanca dijo que la administración ha atacado enérgicamente el flagelo del fentanilo en el país y en el extranjero. Esos esfuerzos incluyen impulsar la cooperación bilateral con China sobre el tema, realizar incautaciones récord del fentanilo que ingresa a Estados Unidos y sancionar a cientos de extranjeros involucrados en el tráfico de drogas.
Estados Unidos está salvando vidas mediante la aprobación federal de un medicamento de venta libre que revierte rápidamente los efectos de las sobredosis de opioides, afirmó el funcionario.
La administración también está buscando trabajar con el Congreso para fortalecer los requisitos de presentación de informes para pequeños envíos que llegan a los Estados Unidos, dijo el funcionario, "para que podamos rastrear, identificar y seleccionar mejor aquellos paquetes que puedan contener píldoras, precursores químicos, maquinaria, y piezas".
El producto químico que Reuters le compró a Jenny fue uno de los 16 que los periodistas encargaron a varios proveedores de precursores entre agosto de 2023 y mayo de 2024.
Catorce de esos productos químicos fueron entregados: seis a Ciudad de México, siete a un buzón alquilado en Nueva Jersey y uno a un apartamento en Nueva York. Algunas cajas llegaron con etiquetas falsas, que incluían "pomo de puerta" y "accesorios para el cabello". Dos precursores químicos venían sellados en bolsas de comida para gatos.
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Químicos independientes consultados por Reuters dijeron que 12 de los productos químicos entregados, por un total de 6.6 kilos, eran auténticos y podrían usarse para fabricar fentanilo. Cuatro de las compras de Reuters fueron estafas: un envío contenía azúcar. Otro fue lidocaína, un anestésico local. Dos vendedores no entregaron nada.
El equipo también compró una prensa para pastillas, dos moldes y un aglutinante que podría usarse para producir pequeñas tabletas de color azul claro con una "M" estampada en un lado y el número "30" en el otro, las marcas distintivas de una versión genérica del analgésico oxicodona.
El uso ilícito de fentanilo se disparó como sustituto de esa droga altamente adictiva, y la apariencia de imitación se ha mantenido. Gran parte del fentanilo ilegal que se vende en Estados Unidos todavía viene en forma de pastillas azules M30, dicen las autoridades.
En total, ocho proveedores entregaron precursores auténticos de fentanilo. Siete de ellos tenían su sede en China, el mayor exportador de productos químicos del mundo. Los periodistas rastrearon el país de origen a través de los números de teléfono utilizados por los agentes de ventas, registros de envío de los paquetes y otros medios.
Washington ha estado presionando a China y México para que hagan más para evitar que los precursores químicos del fentanilo lleguen a fabricantes ilícitos. Esos países defienden sus esfuerzos y dicen que Estados Unidos necesita abordar su problema de adicción.
En medio de las acusaciones, los proveedores de productos químicos no tienen problemas para evadir las regulaciones que existen, porque se pueden usar cientos de productos químicos diferentes para fabricar estos opioides sintéticos.
Muchos vendedores han dejado de ofrecer "precursores inmediatos": sustancias químicas que son más fáciles de convertir en fentanilo y enfrentan los controles más estrictos. En cambio, venden los ingredientes que se utilizan para crear los precursores inmediatos. Estos "preprecursores" requieren sólo pequeños pasos adicionales para producir fentanilo.
Otro truco consiste en modificar la estructura química de un precursor para eludir las regulaciones. Estos "precursores de diseño" todavía se pueden utilizar para producir fentanilo o uno de sus análogos, que a menudo son tan potentes como el fentanilo, o incluso más.
Cuando las autoridades restringen una sustancia química, los proveedores y traficantes simplemente cambian a otra, dijo Rahul Gupta, director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca.
"Es como jugar al gato y al ratón", dijo Gupta sobre los intentos del gobierno de regular los ingredientes del fentanilo.
Las compras de Reuters ilustran por qué la mayoría de los precursores que compraron los periodistas fueron piperidinas, un grupo de sustancias químicas esenciales para fabricar fentanilo, pero que también se utilizan para fabricar productos comunes, incluidos insecticidas y fragancias.
Los reguladores estadounidenses e internacionales han impuesto algunas restricciones a estos químicos en los últimos años en un esfuerzo por mantenerlos alejados de los fabricantes ilícitos de fentanilo. Pero en Estados Unidos y en otros lugares, el comercio de la mayoría de los materiales precursores es legal cuando se compran con fines comerciales o de investigación legítimos.
El foco de muchas leyes estadounidenses está en la intención de una transacción, lo que convierte en un delito federal comprar o vender productos químicos que de otro modo serían legales con el objetivo de producir fentanilo.
Los periodistas de Reuters no tenían intención de fabricar fentanilo con los precursores que compraron y no tomaron ninguna medida para hacerlo. En China y México, los productos químicos que compraron generalmente no están prohibidos ni restringidos. Los periodistas no compraron precursores inmediatos.
Su capacidad para obtener fácilmente ingredientes de fentanilo demostró el desafío de tapar el enorme flujo de precursores, dijo Todd Robinson, jefe de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado de Estados Unidos.
El funcionario agregó que las autoridades están equilibrando los esfuerzos para proteger al público frenando el flujo hacia los productores ilícitos sin poner en peligro a las industrias legítimas que dependen de estos químicos.
"Seguimos queriendo caminar por esa delgada línea", dijo. "No es fácil", agregó.
Muchos proveedores chinos, por el contrario, comercializaron abiertamente sus productos como ingredientes para drogas ilícitas. Dos vendedores, por ejemplo, proporcionaron diagramas de orbitales moleculares de los precursores del fentanilo, junto con instrucciones sobre cómo modificarlos químicamente para prepararlos para ser sintetizados en fentanilo.
China ha tomado algunas medidas para restringir el flujo. En 2019, colocó el fentanilo y sus análogos bajo control nacional, poniendo fin efectivamente a las exportaciones ilícitas del producto terminado.
El año pasado, China advirtió a los exportadores de productos químicos que no violaran las leyes extranjeras sobre drogas. Pero aún tiene que controlar tres sustancias químicas comunes que producen fentanilo que la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas agregó en 2022 a una lista de precursores que los estados miembros, incluida China, deben regular.
Liu Pengyu, portavoz de la embajada china en Washington, dijo en un comunicado que China está cerca de implementar controles sobre tres precursores del fentanilo. También está "tomando medidas enérgicas contra las actividades ilegales que involucran el contrabando, la fabricación, el tráfico y el abuso de sustancias de fentanilo y sus precursores químicos" como parte de una campaña especial, dijo Liu.
Sin embargo, no respondió preguntas sobre por qué Reuters pudo comprar productos químicos y equipos para fabricar fentanilo a proveedores chinos que abiertamente atendían el tráfico de drogas ilícitas. Pero Liu dijo que China está tomando medidas enérgicas contra la publicidad en línea relacionada con el fentanilo y sus precursores, y ha cerrado 14 plataformas en línea, 332 cuentas de empresas, 1,016 tiendas en línea y borrado más de 146 mil publicaciones en línea. Beijing tiene leyes antinarcóticos estrictas, añadió.
"Convertir a otros en chivos expiatorios, especialmente a China, que ha estado tratando de ayudar, no puede resolver el problema del fentanilo en Estados Unidos", afirmó Liu. "Lo que Estados Unidos debe hacer es reducir la demanda interna, fortalecer el control de prescripciones e intensificar la campaña de concienciación sobre las drogas", agregó.
En México, los legisladores aumentaron el año pasado los requisitos de presentación de informes para el comercio legal de precursores químicos y endurecieron las sanciones penales por uso ilícito. Pero muchas sustancias químicas para producir fentanilo todavía no están incluidas en esta legislación.
A diferencia de Estados Unidos, donde las agencias federales pueden actualizar las regulaciones sobre narcóticos, en México los legisladores usualmente deben aprobar cambios significativos, lo que hace que el proceso sea más largo.
La oficina del fiscal general de México, que investiga y procesa delitos relacionados con las drogas, declinó hacer comentarios para este reportaje. También declinaron comentar la Cancillería, la Agencia Nacional de Aduanas y la oficina de la Presidencia.
Los controles estadounidenses también tienen lagunas. Reuters obtuvo el precursor final que necesitaba de un mayorista de productos químicos de Estados Unidos, utilizando uno de los sitios de compras en línea más populares del mundo.
Del quirófano a las calles
El fentanilo marcó un gran avance en el manejo del dolor cuando se introdujo en la década de 1960, después de haber sido desarrollado por el químico belga Paul Janssen. En ese momento, era el opioide sintético más potente jamás creado y se convirtió en un pilar en los hospitales para aliviar el dolor postoperatorio.
Este y otros opioides sintéticos todavía se producen legalmente y se recetan ampliamente para sedar y aliviar el dolor.
Al igual que la heroína, el fentanilo produce un efecto eufórico. Una sobredosis puede provocar insuficiencia respiratoria mortal.
El fentanilo llegó a las calles de Estados Unidos en la década de 1970 como "China white", una forma de heroína de nicho salpicada de fentanilo. Pero la verdadera explosión se produjo en la década de 2010, a raíz del abuso de analgésicos recetados como el OxyContin de Purdue Pharma, una versión de la oxicodona.
Después de que Estados Unidos hizo más difícil para los médicos recetar estos medicamentos, algunos usuarios recurrieron al fentanilo ilícito. Al principio, el fentanilo callejero se fabricaba en China y se vendía a través de los llamados mercados de la "dark web" o web oscura.
Cuando las exportaciones chinas de fentanilo se agotaron en 2019 después de la represión de Pekín, los cárteles mexicanos se hicieron cargo de la fabricación del producto terminado. Los productores químicos chinos suministraban materias primas a los cárteles, según funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
Algunos de estos ingredientes van directamente a México, pero Estados Unidos se ha convertido en un importante centro de transbordo.
El gran volumen de mercancías que llegan diariamente a Estados Unidos en vuelos desde China hace que sea fácil introducir pequeñas cajas de productos químicos. Luego, los narcos envían los precursores a laboratorios en México y el fentanilo terminado a Estados Unidos. Los datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos muestran una explosión de incautaciones de fentanilo en la frontera con México en los últimos años.
Desde 2015, la tasa de muerte por sobredosis en Estados Unidos se ha duplicado, alcanzando 32.6 por cada cien mil personas en 2022, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Uno de los factores que impulsa el número de víctimas mortales es que el fentanilo es mucho más potente que la oxicodona y otros opioides recetados. Además, es muy fácil de hacer.
No se necesitan grandes extensiones de tierra para cultivar, como es el caso de la cocaína (elaborada a partir de hojas de coca) o la heroína (derivada de la amapola). En comparación con la metanfetamina sintética, el fentanilo es más seguro y más sencillo de producir y requiere menores cantidades de químicos, dicen especialistas.
Esa eficiencia se debe en parte a una innovación de los científicos del Ministerio de Defensa de la India. Al equipo se le asignó la tarea de encontrar un método simplificado para producir analgésico quirúrgico para ayudar a tratar las lesiones en el campo de batalla y, en 2005, publicaron un proceso simplificado para sintetizar fentanilo.
El procedimiento se conoce como "método Gupta", en honor al autor principal del artículo, Pradeep Kumar Gupta. Las descripciones del proceso están ampliamente disponibles en línea. Los fabricantes ilícitos de fentanilo adoptarían la técnica y le darían sus propios giros.
Reuters no pudo contactar a Gupta para hacer comentarios. El Ministerio de Defensa de la India no respondió a una solicitud de comentarios.
Compras de fentanilo
Al elaborar una lista de compras de fentanilo, Reuters siguió una versión del método Gupta popular entre los fabricantes ilícitos. El proceso requiere un compuesto a base de piperidina y tres precursores adicionales (2-bromoetil) benceno, cloruro de propionilo y anilina, así como un puñado de ingredientes secundarios.
Los reporteros comenzaron buscando suministros en la web oscura, un rincón de internet plagado de comercio ilícito. Acceder a él requiere el uso de un navegador web anónimo para mantener en secreto la identidad y ubicación de todos.
El equipo descubrió un mercado de drogas llamado Breaking Bad. El nombre es un guiño a la serie de televisión estadounidense sobre un antihéroe que cocina metanfetamina. El moderador del sitio se hace llamar "Heisenberg", el apodo del protagonista de la afamada serie.
Allí, decenas de vendedores ofrecen diversos productos químicos necesarios para fabricar drogas ilícitas. Muchos promocionan los embalajes falsos que utilizan para disfrazar los envíos de precursores, incluidos contenedores de aceite de motor y bolsas de café.
En respuesta a preguntas enviadas por Reuters, el administrador del sitio, Heisenberg, dijo que Breaking Bad es un mercado para algunos tipos de drogas, pero que el fentanilo y sus precursores son "venenos" cuya venta está prohibida en el sitio.
Reuters, sin embargo, compró precursores de fentanilo el año pasado a dos vendedores que anunciaban dichos productos químicos en la plataforma.
Pero resultó que no era necesario merodear por la web oscura para encontrar precursores: los vendedores abundan en la internet normal. Reuters localizó a los vendedores a través de los sitios web de sus empresas, en un mercado químico internacional y a través de burdos anuncios digitales esparcidos por la web.
Todos esos anuncios siguieron el mismo patrón. A casi todos los productos químicos conocidos se les ha asignado un código único que figura en un registro oficial de la industria química. Los vendedores crean anuncios simples superponiendo el código de un precursor (CAS 40064-34-4, por ejemplo) sobre una fotografía de polvo blanco, junto con un número de teléfono.
Un anuncio así significaría poco para la mayoría de los compradores. Pero los fabricantes de fentanilo que buscan sustancias químicas por su número de registro encontrarán cientos de estos anuncios en lo que equivale a un práctico directorio digital de proveedores.
En total, tres periodistas de Reuters interactuaron con casi 50 vendedores diferentes. Los agentes de ventas insistieron en comunicarse a través de canales de mensajes seguros como Telegram, Signal y WhatsApp. Las charlas eran principalmente en inglés, ocasionalmente en español. Si se acordaba una venta, los periodistas pagaban por los bienes, casi exclusivamente en criptomonedas.
Los reporteros realizaron los acuerdos utilizando nombres de usuario de aplicaciones de mensajes, como es estándar en los sitios, y no se les pidió que proporcionaran sus nombres completos.
La mayoría de los agentes de ventas utilizan nombres femeninos occidentales, incluidos Mary, Phoebe, Daisy, Sara y Justine. Sus fotografías de perfil eran, en su mayoría, de mujeres asiáticas jóvenes y atractivas.
Una vendedora que se identificó como Xiao Tong admitió en un chat de marzo de 2024 que su foto no era auténtica. "Pero yo también me veo bien, jaja", escribió en WhatsApp.
Simon, vendedor de otro establecimiento, estaba ansioso por ayudar a un cliente potencial a hacer la elección correcta. Él confirmó que una sustancia química sobre la que Reuters preguntó podría usarse para producir fentanilo, pero sugirió una alternativa eficiente.
"Los pasos de producción posteriores se reducen, puedes estudiarlo", escribió Simon en un chat de Signal en agosto de 2023.
Para examinar ese consejo, Reuters consultó a Alex J. Krotulski, un químico que estudia drogas ilícitas en el Centro para la Investigación y Educación en Ciencias Forenses, una organización sin fines de lucro cerca de Filadelfia. Él confirmó que el precursor recomendado por Simon, de hecho, requeriría menos pasos para transformarse en fentanilo.
Un representante de ventas llamado Sunnee fue aún más explícito. Durante una charla en abril en Telegram, Sunnee envió un diagrama de orbital molecular del "mejor producto de piperidina". Sunnee siguió dos días después con instrucciones sobre cómo cambiar químicamente el compuesto para que pudiera convertirse fácilmente en fentanilo.
"Siga revolviendo hasta que una gran cantidad de burbujas se desborden del barril de mezcla", decía uno de los pasos.
Krotulski dijo que las instrucciones de Sunnee eran acertadas.
Siete proveedores chinos representaron 11 de los 12 precursores auténticos que compró Reuters. Los periodistas encontraron dos de estos vendedores en Breaking Bad, uno a través del mercado en línea ChemicalBook y otro a través del sitio web del proveedor. Los periodistas localizaron a los otros tres proveedores chinos a través de anuncios digitales: uno que apareció en la plataforma de audio SoundCloud y dos que aparecieron en las búsquedas de imágenes de Google.
ChemicalBook no respondió a las solicitudes de comentarios.
SoundCloud dijo que, al igual que otras plataformas de redes sociales, ha sido "el objetivo de malos actores con el fin de publicitar drogas ilegales y sustancias peligrosas". La compañía dijo que está impulsando la inversión en moderación de contenido para identificar y eliminar dichos anuncios.
Google dijo que se basa en las leyes locales y en decisiones judiciales para determinar si el contenido es ilegal y debe eliminarse de sus resultados de búsqueda. Agregó que las consultas de imágenes de Google para estos anuncios eran "muy poco comunes" y que no había recibido orientación oficial con respecto a eliminarlos de los resultados de búsqueda.
Si bien fue fácil obtener los productos, resultó mucho más difícil identificar exactamente quién los vendió.
Reuters no pudo determinar si alguno de los proveedores chinos era el fabricante real de los productos químicos recibidos o simplemente intermediarios.
La organización de noticias tampoco pudo determinar dónde se ubicaron las operaciones. Los periodistas no pudieron encontrar nada más que los números de teléfono de dos de los vendedores. Para los demás, los sitios web corporativos y los documentos de registro mercantil chinos proporcionaron direcciones. Pero cuando Reuters visitó estos lugares, no encontró ninguna presencia visible de las empresas allí.
La dirección que figura en una base de datos gubernamental de un vendedor precursor conocido como Hubei Amarvel Biotech, por ejemplo, conducía a una torre de oficinas de Wuhan. Una visita al número indicado mostró que otra empresa ocupaba ese espacio, mientras que la dirección del edificio dijo a Reuters que el proveedor de productos químicos nunca había alquilado espacio allí.
Amarvel es la operación para la que trabajaba la agente de ventas Jenny. Es uno de los tres proveedores chinos que vendieron precursores a Reuters después de haber sido acusadosel año pasado por fiscales federales estadounidenses. El Departamento de Justicia acusó a Amarvel de exportar "grandes cantidades" de productos químicos utilizados para fabricar fentanilo y drogas similares. Dos sospechosos de Amarvel, Wang Qingzhou y Chen Yiyi, se encuentran en prisión en espera de juicio en Nueva York. Ellos se han declarado no culpables. Un tercer sospechoso no identificado sigue prófugo.
El abogado de Wang, Leonardo Aldridge, y el abogado de Chen, Marlon Kirton, declinaron hacer comentarios.
Una reportera de Reuters radicada en México se comunicó inicialmente con Amarvel a través de Telegram en julio de 2023 para preguntar sobre los precursores del fentanilo, unas semanas después de que se revelara la acusación del gran jurado en Nueva York. La agente de ventas Jenny denunció la política farmacéutica estadounidense y el caso contra la empresa.
"Lo que vendemos es completamente legal en China, pero Estados Unidos siempre usa este asunto para criticarnos. Incluso, en el pasado se hicieron pasar por compradores para obtener nuestra información y calumniar a nuestro país", escribió Jenny en español. "Odio a todos los estadounidenses, ellos mismos lo usan (fentanilo) y nos culpan", descargó.
Otros dos proveedores de Reuters han sido acusados en casos separados por fiscales federales en Florida.
Una es Anhui Ruihan Technology. Fue acusada de intento de importación de precursores de fentanilo e intento de lavado de dinero internacional, según una acusación del gran jurado presentada en septiembre de 2023. Nadie ha sido arrestado en ese caso.
El sitio web de Anhui Ruihan sigue ofreciendo productos químicos que pueden utilizarse para fabricar drogas ilícitas. Reuters compró un kilogramo del precursor de fentanilo (2-bromoetil)benceno por 150 dólares a la empresa en marzo de 2024.
Anhui Ruihan no respondió a las solicitudes de comentarios.
También fue acusada Jiangsu Bangdeya New Material, una empresa farmacéutica de Jiangsu, China. Fue acusada junto con su presunto propietario y operador, Wang Jiantong, en septiembre de 2023. Los cargos incluían conspiración para importar y distribuir protonitaceno y metonitaceno, opioides sintéticos que los traficantes mezclan con fentanilo para crear drogas aún más poderosas.
Wang fue declarado fugitivo en octubre de 2023 por un juez federal de Miami. No se pudo contactar a Wang para hacer comentarios.
Jiangsu Bangdeya siguió vendiendo ingredientes de opioides sintéticos. En mayo de 2024, Reuters compró el cloruro de propionilo, precursor del fentanilo, a una agente de ventas de la empresa llamada Lara.
En junio, Reuters hizo un seguimiento con todas las empresas y agentes de ventas a quienes había comprado productos químicos y equipos para explicarles que estas transacciones formaban parte de una investigación de la cadena de suministro de fentanilo. La agencia de noticias les hizo una serie de preguntas.
Lara de Jiangsu Bangdeya fue una de las pocas que respondió. En un chat de WhatsApp en junio, defendió la venta de cloruro de propionilo, diciendo que el químico es legal en China. Envió una lista de sus usos, incluida la fabricación de medicamentos y pesticidas. Lara dijo que su empresa sigue la ley china y que no era su responsabilidad saber cómo los clientes extranjeros usarían los productos en el extranjero.
"Este producto es legal en nuestro país", escribió Lara. "Pero no sé qué harás con él cuando lo exportes a tu país", agregó.
En anuncios en línea, la empresa enumeró una piperidina cuyo único uso conocido es la fabricación de fentanilo.
Jenny, la vendedora de Amarvel, negó haber vendido precursores de fentanilo a Reuters o a cualquier otro comprador en un mensaje de Telegram en junio. Cuando se le preguntó si Amarvel o Pekín compartían parte de la responsabilidad por la crisis del fentanilo en Estados Unidos, se enfureció.
"Si crees que el gobierno chino es responsable ante Estados Unidos, vete a la mierda, yanqui", escribió.
La Embajada de China en Washington y el Ministerio de Seguridad Pública de China no respondieron a las preguntas sobre por qué Amarvel, Anhui Ruihan y Jiangsu Bangdeya continúan operando después de haber sido acusados por las autoridades estadounidenses.
Pero el ministerio dijo que los agentes antinarcóticos chinos han intensificado la cooperación y el intercambio de inteligencia con sus homólogos estadounidenses. Estas medidas están dando frutos, dijo, como el reciente arresto de un ciudadano chino acusado de lavar dinero de la droga para los cárteles mexicanos.
Los periodistas también obtuvieron de un proveedor chino llamado Besttabletpress.com una prensa para pastillas y un molde de metal que podría usarse para fabricar tabletas M30 falsificadas. El precio era de 450.99 dólares.
Es ilegal comprar o poseer prensas de pastillas en México sin autorización del Estado. Estados Unidos generalmente permite este tipo de ventas, siempre que el equipo no se utilice con fines ilícitos, entre otros requisitos. Reuters envió la prensa de pastillas a Estados Unidos.
Besttabletpress.com es sincero sobre un uso potencial de sus productos. En una publicación de junio de 2023, el administrador anónimo del sitio explicó "cómo hacer tabletas M30 con una prensa manual".
Besttabletpress.com no respondió a las solicitudes de comentarios enviadas por Reuters a mediados de junio, y un hombre que contestó el teléfono al número que figura en el sitio web de la empresa dijo que un periodista tenía el número equivocado. El sitio fue dado de baja poco después.
Hornbuckle, del Departamento de Justicia, dijo que la DEA investiga habitualmente transacciones que involucran maquinaria para sellar pastillas que pueden desviarse al comercio ilícito de fentanilo. Describió los requisitos regulatorios de Estados Unidos sobre precursores de fentanilo y equipos relacionados como "robustos" y dijo que los infractores enfrentan una serie de sanciones, incluido un proceso penal.
Autorizado para entrega
En noviembre, la Comisión Nacional de Control de Narcóticos de China aconsejó a los fabricantes e intermediarios de productos químicos que tuvieran cuidado a la hora de vender precursores en lugares donde están controlados o son ilegales, como México y Estados Unidos, advirtiendo que podrían enfrentar cargos en esos países.
La guía también advirtió a las empresas que tengan cuidado con la "jurisdicción de largo alcance" y la "aplicación de la ley de phishing", aparentes referencias a investigadores antinarcóticos estadounidenses que han estado llevando a cabo operaciones encubiertas contra empresas chinas. La embajada china en Washington se negó a dar más detalles.
Para evaluar el impacto de la guía, Reuters se puso en contacto con Jenny de la red Amarvel en febrero. Esta vez, un periodista diferente, utilizando un nuevo número de teléfono, intentó comprar más productos químicos para enviarlos a Estados Unidos en lugar de a México.
Jenny dijo que la compañía ya no enviaba precursores de fentanilo a ninguna parte de América. "La policía china nos pide que tengamos cuidado con los espías estadounidenses", escribió Jenny en inglés. "Se hacen pasar por compradores", sentenció.
Jenny se ofreció a enviar precursores de fentanilo a Alemania u otros lugares fuera de América. Según fuentes de seguridad, los narcotraficantes a veces utilizan Europa para transbordar productos químicos chinos a México.
Reuters optó por no realizar una segunda compra a Jenny, pero encontró otros vendedores dispuestos a realizar envíos a Estados Unidos.
Uno de ellos fue Anhui Ruihan, que vendió a Reuters el kilogramo de (2-bromoetil)benceno en marzo. Este ingrediente esencial del fentanilo también se utiliza para fabricar productos farmacéuticos y fragancias.
El líquido llegó a Estados Unidos menos de dos semanas después de su pedido. Pero hubo un contratiempo en la entrega.
El paquete de carga aérea llegó desde China al principal centro de FedEx en Estados Unidos, ubicado en Memphis, con la etiqueta "TINTA PIGMENTADA". Eso desencadenó un requisito de presentación de informes.
La ley estadounidense exige que los importadores de productos químicos (en este caso, el periodista de Reuters que figura como destinatario de la "tinta") afirmen que la compra cumple con la Ley de Control de Sustancias Tóxicas. FedEx notificó al periodista que tendría que completar un formulario que acredite el cumplimiento de la ley, junto con el nombre y el valor del producto químico, para que el paquete pase por la aduana.
Anhui Ruihan también fue informada del retraso. Envió tanto a FedEx como al periodista un formulario completo que enumeraba el contenido como tinta pigmentada por un valor de 10 dólares.
El agente de Anhui Ruihan dijo que toda la documentación necesaria era la firma del periodista para que la CBP liberara el paquete para su entrega.
El periodista no firmó ese documento. Presentó una declaración precisa a FedEx, enumerando el producto químico comprado como (2-bromoetil)benceno, valorado en 150 dólares.
Ese mismo día, CBP despachó el paquete y FedEx lo entregó en Nueva Jersey menos de 24 horas después.
Cuando se le preguntó por qué se permitió la entrada del envío, FedEx dijo que el (2-bromoetil)benceno no está en la lista de sustancias controladas de la DEA y que los miembros de su equipo siguieron los procedimientos correctos basándose en la información proporcionada.
CBP se negó a comentar sobre compras específicas realizadas por Reuters. Pero un alto funcionario de la agencia dijo que la historia resaltaba la necesidad de fortalecer las leyes y regulaciones estadounidenses sobre paquetes pequeños que ingresan al país, y de mejorar la inteligencia y la cooperación con China para detener el fentanilo antes de que llegue a las costas estadounidenses.
"No podemos simplemente realizar incautaciones y pensar que así eliminamos la amenaza del fentanilo", afirmó. "Tenemos que trabajar en colaboración con todo el gobierno de Estados Unidos y con nuestros socios extranjeros", agregó.
Dos días después, tres periodistas de Reuters se reunieron con el químico Krotulski en su laboratorio en la frondosa Horsham, Pensilvania. Trajeron una bolsa de lona roja. Dentro estaba la botella de (2-bromoetil)benceno y un par de bolsas Mylar que contenían dos productos químicos en polvo comprados a otros proveedores.
El empleador de Krotulski, el Centro de Investigación y Educación en Ciencias Forenses, analiza muestras de drogas para agencias policiales, centros de tratamiento de adicciones y otros clientes.
Krotulski, director de toxicología y química, comprobó las compras de Reuters para determinar si eran auténticas. Colocó pequeñas cantidades de cada sustancia química en tubos de ensayo, mezcló las sustancias con un disolvente orgánico y las puso en tres viales. Luego pasó los viales por un espectrómetro de masas, una máquina que detecta la composición molecular de las sustancias químicas.
¿El veredicto? El líquido transparente era el verdadero:(2-bromoetil)benceno.
El siguiente fue uno de los polvos. Se suponía que era para-fluoro-4-AP. La sustancia química resultó ser lidocaína, un analgésico tópico comúnmente utilizado para reducir la cocaína, pero no como precursor del fentanilo. Reuters lo había comprado por 380 dólares en bitcoines en marzo.
La tercera sustancia tampoco era como se anunciaba. Se suponía que era 1-boc-4-AP, un precursor de fentanilo que está regulado en Estados Unidos, pero no en China. Sin embargo, resultó ser para-fluoro-boc-4-AP.
Krotulski dijo que el para-fluoro-boc-4-AP es una sustancia química estrechamente relacionada que los cocineros de fentanilo pueden sustituir en su proceso habitual. El producto final sería el fluorofentanilo, un análogo indistinguible del fentanilo en su efecto.
"Aun así, la gente se drogará", dijo Krotulski.
Reuters compró el para-fluoro-boc-4-AP en febrero de 2024 al agente de ventas Sunnee de Shandong Xiju Biotechnology, por 260 dólares en bitcoines. La empresa no respondió a las solicitudes de comentarios.
Hubo otra sorpresa en el acuerdo con Sunnee: su compañía envió sólo 100 miligramos del precursor en lugar del kilo que Reuters había pedido. Para compensarlo, Sunnee ofreció la posibilidad de comprar un producto químico nuevo y, por tanto, no regulado. Reuters aceptó, pagando 150 dólares en bitcoines.
Sunnee envió un diagrama dibujado a mano del compuesto a través de Telegram, junto con instrucciones sobre cómo alterar químicamente la sustancia para que pudiera transformarse fácilmente en fentanilo. Las instrucciones se referían al producto químico como BOC-X.
A principios de mayo, un periodista regresó al laboratorio de Krotulski con 300 gramos del misterioso polvo.
El colega de Krotulski, Joshua DeBord, pasó una muestra de la sustancia de color caqui a través del espectrómetro. Los resultados lo dejaron perplejo. No reconoció la "firma" del compuesto, un patrón que se muestra como picos en el monitor que indican la presencia de grupos químicos particulares. No coincidía con nada en la base de datos del laboratorio de cientos de miles de sustancias químicas.
Krotulski hizo un seguimiento un día después.
Tras comparar la firma con las coincidencias más cercanas en la base de datos, concluyó que BOC-X estaba muy cerca de lo que Sunnee prometió. No estaba en la lista de sustancias químicas reguladas en Estados Unidos. Podría usarse para fabricar una versión del fentanilo. Y si bien no era del todo novedoso, Krotulski dijo que era un precursor del diseñador poco conocido. Lo denominó orto-metil-boc-4-AP, por su estructura molecular única.
Su descubrimiento pone de relieve cómo los proveedores de productos químicos y los fabricantes de fentanilo intentan ir un paso por delante de los funcionarios estadounidenses inventando compuestos de piperidina cada vez más oscuros.
Cuando Reuters recibió el BOC-X en Nueva Jersey en mayo de 2024, la caja estaba sellada con una tira de cinta verde que llevaba la leyenda: "Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. EXAMINADO".
Eso quiere decir que la CBP detuvo el paquete cuando llegó a suelo estadounidense, echó un vistazo al interior y lo envió. La información de seguimiento no indicaba dónde se produjo la inspección.
CBP no respondió a las solicitudes de comentarios.
Una sustancia química idéntica de un vendedor diferente apareció una semana después en Ciudad de México, en una caja con la etiqueta "accesorios de computadora". Dentro había dos bolsas selladas al vacío etiquetadas como "comida para gatitos", cada una de las cuales ocultaba un químico en polvo.
Las pruebas realizadas en el Instituto de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) confirmaron que la sustancia era un auténtico precursor de piperidina.
Reuters los había comprado a Wuhan Hantian Biotechnology Company en abril, pagando un total de 750 dólares en bitcoines. La representante de ventas, Xiao Tong, era la agente que admitió que su avatar era falso.
Más tarde, en junio, Reuters contactó a Xiao Tong para pedirle comentarios sobre las ventas de precursores. Dijo que su jefe le había dicho que la empresa no vendía drogas y que no sabía que miles de personas mueren cada año por sobredosis de fentanilo. Dijo que recientemente había dejado el trabajo. En cuanto al precursor de piperidina que había enviado a Reuters, "si daña a la gente, es bueno que seas periodista y no lo hayas hecho circular", dijo.
Después de haber pedido con éxito varios paquetes de piperidinas auténticas y otros dos precursores, los periodistas tenían tres de los cuatro ingredientes esenciales en su lista de compras. El método Gupta requería sólo uno más: anilina. La anilina, precursora del fentanilo no regulado, también es ampliamente utilizada por los fabricantes de productos farmacéuticos, caucho, explosivos y textiles.
Una búsqueda rápida en línea arrojó una fuente: Amazon.com.
Un periodista pidió y recibió una botella de anilina de 100 mililitros a través de la web del gigante del comercio electrónico de Carolina Chemical, un proveedor de productos químicos industriales con sede en Carolina del Norte.
Robert Smith, director ejecutivo de Carolina Chemical, dijo que su empresa no fabrica la anilina que vende y se negó a revelar su fuente de suministro. Carolina vende muy poca anilina, dijo, y exige que los clientes indiquen por qué compran ciertos químicos cuando lo estipula la ley.
Amazon señaló que la anilina es un producto legal y ampliamente disponible. El minorista en línea dijo que exige que todos los productos que ofrece cumplan con las leyes, regulaciones y políticas de la empresa aplicables.
Reuters también realizó pedidos de los ingredientes secundarios restantes y muy comunes del fentanilo, incluidos amoníaco y acetona, y de un traje protector, un respirador de cara completa, vasos de precipitados y otros equipos.
Todos se compraron en Amazon.com y llegaron en dos semanas.
Con eso, los reporteros tuvieron todo lo necesario para producir una de las dosis más mortíferas del planeta.